En cuanto llegó a la comisión especial de Seguridad y Convivencia a la que estaba convocado para brindar explicaciones sobre su plan de gestión para el período, el ministro del Interior, Carlos Negro, adelantó a los senadores que su foco estaba puesto en trabajar y no en "hacer un raid mediático". Como los legisladores blancos y colorados registraron esa premisa, la conferencia de prensa que el titular de Interior tenía pautada para las 19 horas —tras un cuarto intermedio de la sesión— debió ser cancelada, ya que por quorum la oposición tenía mayoría y no permitió el descanso ni la exposición del ministro al comienzo de los informativos.
Por eso el encuentro de Negro con los senadores —en una instancia que fue propiciada por el senador blanco Javier García— se extendió por casi cuatro horas, y consistió básicamente en una larga exposición del equipo ministerial sobre el ya anunciado "plan de seguridad" a implementar a partir del año que viene, pero cuyas últimas fases y etapas estarán recién culminadas en mayo de 2026, según señalaron a El País fuentes parlamentarias.
La exposición, que estuvo respaldada por una presentación con diapositivas, incluyó un largo diagnóstico sobre la "crítica" situación que existe en la seguridad pública, además de los detalles sobre un plan que, al decir del propio Negro en un evento más temprano este martes, será el primero de este tipo desde al menos 1995, y "quizás desde restauración" de la democracia (ver recuadro). La finalidad de este proyecto, dijo también el secretario de Estado, es cambiar la dirección de una política que hasta ahora ha representado un "fracaso estrepitoso y continuado"de todos los que gestionaron la seguridad pública en los últimos 30 años.
El esbozo del plan, según supo El País, marca que tendrá unas cinco fases. Y, como buscó resumir en la conferencia de prensa posterior a la sesión la subsecretaria del Interior, Gabriela Valverde, se pretende un "abordaje integral, establecido como sistema, como causas y consecuencias en varias dimensiones", que tendrá un "alcance nacional" y para el que se convocará desde la sociedad civil y la academia hasta "los tres niveles de gobierno".

"En cuantos a las acciones del plan —continuó la jerarca—, presentamos 17 dimensiones, en las cuales estamos actualmente estableciendo intervenciones hoy, 2025, con el presupuesto vigente". Y a partir del nuevo presupuesto, que regirá el año próximo, se diseñarán las "nuevas intervenciones" que Valverde no detalló pero sí anticipó que contarán con un "acumulado de lo que se venía haciendo en gobiernos anteriores".
La exposición de los jerarcas fue criticada por los referentes de la coalición republicana, también en el diálogo con los medios, luego de la sesión. Quienes hablaron —García y los senadores Luis Alberto Heber (Partido Nacional) y Andrés Ojeda (Partido Colorado)— apuntaron a la falta de mayor definiciones y concreciones de ese plan y de las acciones policiales que ya se están implementando.
"Hay falta de rumbo y falta de un plan", dijo por ejemplo García. "Le dijimos al ministro que estamos dispuestos a ayudar, pero el gobierno tiene que marcar un rumbo".
Ojeda, por su parte, criticó la "poca información hacia el futuro", y que el reporte que hizo el equipo ministerial estuviera basado en "99% diagnóstico y 1% anuncios", lo que le generó "profunda preocupación".
"Llegaron diciendo que había una emergencia y ahora no tienen un plan y demoran más de un año para tener uno. ¿Mientras qué hacemos?", se preguntó en diálogo con El País el último ministro del Interior del anterior gobierno, Nicolás Martinelli —senador que también estuvo presente en la comisión.
Ya hubo 170 medidas y 66 operativos, dijo Negro
Además de hablar del plan, Negro también expuso sobre la actualidad de la seguridad pública. Se refirió a la situación de los homicidios —mostró una gráfica con el ascenso de la tasa de asesinatos, hoy situada en 11 cada 100 mil habitantes—, pero también al ascenso de otros delitos que considera "invisibilizados", como las estafas a través de los celulares.
También hizo referencia, entre otros temas, a las "más de 170 medidas" de seguridad tomadas en los menos de dos meses de su gestión; a que ya llevó adelante "60 operativos especiales, a razón de uno por día"; y a que que hay una priorización en el control de las motos y al combate de delitos nuevos, como los "robos pirañas" cometidos en las últimas semanas en distintos locales —aunque el ministro subrayó que vienen ocurriendo desde "el año pasado".
"Fundamentalmente —concluyó—, me gustaría destacar que la sesión de hoy culmina con el ofrecimiento de los partidos políticos, que se manifestaron proclives, a favor y disponibles para integrar mesas de diálogo que el ministerio por supuesto va a convocar para tratar los grandes temas de la seguridad pública".
El exministro del Interior Luis Alberto Heber destacó en conferencia de prensa que Carlos Negro haya mantenido al director nacional de la Policía, José Manuel Azambuya, y a “sus principales hombres”, además de “mucha gente” de su administración que hoy continúa en la gestión ministerial. El senador Javier García, en tanto, también afirmó que “en reiteradas oportunidades”. Negro reconoció que va a “continuar con políticas que se iniciaron” en el anterior gobierno.
Negro dijo que todas las gestiones anteriores a la suya fueron "un fracaso estrepitoso y continuado"
En un desayuno organizado por la organización Somos Uruguay, el ministro Carlos Negro pronunció una frase que quedó resonando entre los presentes y el sistema político: declaró que todas las gestiones del Ministerio del Interior que lo antecedieron desde por lo menos 1995 fueron “un fracaso estrepitoso y continuado”.
A partir de la ley de seguridad ciudadana aprobada hace 30 años, dijo el ministro, las diferentes soluciones giraron “sobre los mismos esquemas de punitivismo de aumento de penas, creación de delitos, fórmulas fáciles, baratas y con una base intuitiva de que la cárcel iba a ser la solución privilegiada para todos los temas de seguridad”. “Llegamos al día de hoy, donde reitero, no nos ha acompañado sino el fracaso”, remarcó.
El fracaso de las medidas tomadas ha ido acompañado, para Negro, por una modernización en los tipos de delitos, por lo que serán necesarias “imaginación y nuevas tecnologías” para hacerles frente.
Asimismo, el ministro consignó que una de las urgencias que tiene hoy su cartera es la atención a los homicidios, un delito que ha registrado “cifras que son escalofriantes”, pasando de cinco o seis asesinatos cada 100.000 habitantes, a los 11 que hay a la fecha.
Y a esto se suma “la proliferación de armas”, con “hasta un millón de armas en la población civil”.
Además, el ministro marcó que la situación de las cárceles en Uruguay es reflejo de la violencia que hay fuera de ellas: “Hoy en las cárceles uruguayas se verifican todos los delitos que hay afuera, hay rapiñas, hay secuestros, hay extorsiones, hay homicidios, hay hurtos, hay lesiones. Por lo tanto es ineficaz para prevenir el delito”.
Por último, adelantó allí lo que diría después en el Senado: que se abocará a la elaboración de un plan nacional de seguridad, que se hará “quizás por primera vez desde la restauración” de la democracia.
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