Laura Raffo recibió a El País en la sede de su flamante movimiento, Sumar, a pocas horas de haber presentado esta plaraforma electoral hacia 2024. Frente a la Plaza Independencia y con vista a la Torre Ejecutiva, no dirá todavía que será precandidata del Partido Nacional pese a que es obvio, sino que tiene "la fuerza y las ganas para serlo". Para ella lo "importante" es "garantizar" la reelección del gobierno de coalición.
¿Se imaginó alguna vez como posibilidad estar en este lugar, liderando un nuevo movimiento del Partido Nacional con la mira puesta en 2024?

Hicimos la presentación oficial, nacimos formalmente, y había mucha emoción y mucha expectativa. Así que hacía meses que lo veníamos imaginando.

El año pasado, en entrevista con El País, dijo que su nombre sonaba para 2024. ¿Siente que ahora hay una confirmación de esa intuición?

En ese momento estábamos iniciando un trabajo en equipo que estaba más concentrado en Montevideo; fue como la precuela de lo que estamos haciendo ahora, que es con una dimensión nacional para poder construir una segunda etapa de transformaciones.

En aquella entrevista había dicho también que ya entonces se sentía “una líder dentro del partido”. ¿Cómo se siente hoy?

Me siento una formadora de equipos. Creo que hemos logrado consolidar un equipo muy diverso, no solo porque lo integran personas de distintas corrientes históricas del partido sino también porque lo integran mujeres, lo integran hombres, gente joven, gente con trayectoria y de todo el país. Es un equipo diverso que me dieron el honor de conducir, pero donde trabajamos mucho en grupo y donde se le da la voz y el protagonismo a la gente.

¿Qué falta para que se considere precandidata por el Partido Nacional?

En este momento lo importante no es quiénes vamos a ser precandidatos sino garantizar que haya un segundo gobierno de coalición liderado por el Partido Nacional.

¿Pero va a ser precandidata?

Yo tengo la fuerza y las ganas para serlo. Pero lo más importante es lo otro.

¿Cuándo lo decidirá?

Probablemente la oficialización sea el año que viene, que es el año de las elecciones. Pero repito: lo más importante es lograr otro gobierno para poder seguir con los cambios.

¿Por qué eligió Sumar como nombre?

El nombre me lo sugirió una compañera del equipo. Porque cuando estábamos peloteando ideas siempre decíamos: “Construyamos algo que inspire y que abarque a muchos”. Y siempre decíamos que teníamos que “sumar” gente, que había que llamar a fulano para que se sumara, y “sumar” tal idea o “sumar” los equipos técnicos.

¿Es una casualidad que ya existiera el movimiento Sumar de la española Yolanda Díaz o fue un modelo que se tomó, al menos en lo formal?

No tiene nada que ver... Cuando terminamos de definir el nombre sabíamos que en España existía un movimiento que se llamaba así, pero nos pareció que la realidad de Uruguay era la que importaba.

¿Sigue convencida de que comenzó su vida “desde abajo”, como afirmó en un spot de la campaña municipal de 2020 u hoy -a la luz de las críticas que se generaron con eso- no lo volvería a decir?

Las personas van ganando sus espacios o por posibilidades, trabajo y trayectoria, o a veces porque tienen todo regalado. Yo no considero que me hayan regalado las cosas. Sí sé que provengo de un núcleo de clase media, donde tuve contempladas mis necesidades. Se trató a veces de llevar esa frase para ese lado y creo que de ahí surgió la crítica.

En la presentación de Sumar dijo en un momento que “un Uruguay mejor es posible”. ¿Eso significa que este gobierno no logró que lo fuera? Hay quienes, en el Poder Ejecutivo, lo interpretaron así y les molestó.

Hablé de muchas cosas buenas del gobierno durante toda mi exposición (se ríe). No podríamos hacer una segunda etapa de transformaciones sin este primer escalón y estos grandes cambios que hizo el gobierno de Luis Lacalle Pou. Yo estoy muy orgullosa de este gobierno, de todos los cambios que hizo y creo que todavía podemos hacer más. Nosotros vamos a construir un mejor Uruguay, claro que sí. Estamos mucho mejor que hace cinco años y podemos estar mucho mejor aún. Siempre hay que apostar a seguir mejorando. Se iniciaron transformaciones muy importantes, como la educativa, por ejemplo, que es fundamental. ¿Queremos más? Claro que queremos más. Queremos que el día de mañana, nazca donde nazca cualquier niño, todos reciban la misma educación de calidad. Y para eso hay que seguir trabajando, no está todo hecho.

El jueves también dijo que impulsará una “ola de esperanza”, que inevitablemente hace acordar a la última campaña del Daniel Martínez, que también surgía de un oficialismo que buscaba continuar el gobierno, pero con cambios....

(Vuelve a reírse). El Partido Nacional tiene una característica y es que tiene una militancia muy fuerte. Y nuestros militantes, cuando recorremos los departamentos y conversamos con la gente, se esperanzan cuando ven algo nuevo. La esperanza es lo que mueve a todo el mundo.

En la presentación citó tanto a Herrera como a Wilson. ¿Eso respondió a quienes la señalan como una figura esencialmente herrerista?

Responde a lo que es la identidad misma de Sumar, en donde se unen corrientes históricas. Es innegable. Tenés al Herrerismo, por un lado, con una columna muy fuerte; y por otro lado tenés una columna wilsonista que está representada por Alianza Nacional, por el Movimiento Nacional de Rocha. Y luego tenemos incorporaciones independientes o de otros sectores. Lo que nos dejan los líderes históricos de nuestro partido son los valores, las enseñanzas. En el discurso de Sumar hice referencia a lo que tomamos de cada líder porque es verdad que lo tomamos.

¿Cómo se imagina la interna blanca que se avecina? ¿Va a ser un mano a mano entre usted y Álvaro Delgado?

(Piensa unos segundos). Me imagino una interna en la que el objetivo principal sea lograr un segundo gobierno de coalición liderado por el Partido Nacional. Todos los blancos queremos lo mismo. El jueves, para todos nosotros, fue muy significativo que todos los integrantes del partido y de la plana mayor del gobierno estuvieran presentes.

Pero no respondió si cree que habrá un duelo con Delgado o si entiende que habrá más competidores.

Lo que imagino es un Partido Nacional fuerte, que abarque, que se ensanche y es a lo que voy a apostar. Después no importa quiénes seamos los candidatos, sino que el partido esté fuerte, al igual que el resto de los partidos de la coalición para lograr un segundo gobierno.

¿Le genera alguna preocupación el resultado de las encuestas, que hasta ahora han mostrado una distancia considerable con Delgado o no piensa en eso?

No estoy pensando en eso.

¿Tampoco le preocupa entonces que esas mismas encuestas muestren un nivel alto de antipatía con respecto a otros?

Pero no hay niveles altos de antipatía. Estamos medianamente todos en niveles de antipatía y de simpatía similares. Me parece que es comprensible, en un Uruguay que lamentablemente a veces se polariza, que haya simpatías y antipatías hacia los distintos políticos. Lo que nosotros siempre vamos a plantear es una apertura al diálogo, a tender puentes y a hablar con todo el mundo.

El senador Jorge Gandini reconoció a El País la semana pasada que al Partido Nacional le es más fácil polarizar con Carolina Cosse que con Yamandú Orsi. ¿Coincide?

Creo que las distintas opciones o candidatos que vaya a tener el Frente Amplio van a representar el mismo modelo de país que gobernó hace años y que dejó a Uruguay malherido en muchos aspectos, como en educación, en seguridad y en creación de empleo. Por eso independientemente de los candidatos considero que sería un retroceso volver a gobiernos del Frente Amplio.

¿Pero no ve una diferencia en si es Cosse u Orsi el conductor del proyecto frenteamplista?

Será el mismo programa del Frente Amplio.

¿En qué se va a basar su discurso a la hora de decirle al blanco que lo que usted representa es distinto a Delgado?

Creo que todos los blancos que terminemos siendo candidatos vamos a poner primero las necesidades de la gente, después al partido, luego al sector y por último a nosotros.

¿Pero por qué deberían elegirla a usted antes que a Delgado?

No voy a empezar a compararme con compañeros del partido porque todos tenemos un mismo objetivo común, que es lograr un segundo gobierno de coalición liderado por el Partido Nacional.

Si fuera presidente en este momento, ¿hubiera tomado decisiones diferentes en la gestión de la emergencia hídrica?

Por primera vez tenemos un gobierno que se hizo cargo del tema del agua. Antes de que se produjera la emergencia hídrica este gobierno ya había iniciado el proyecto Arazatí y ya había empezado a garantizar que existiera una segunda fuente de agua y una segunda planta potabilizadora. A medida que avanzó la crisis hídrica se fueron tomando las decisiones, con información y plazos.

¿No reaccionó tarde?

No me parece.

Y si tuviera que identificar un elemento con el que no esté de acuerdo de este gobierno o en el que hubiera tomado otra decisión, ¿cuál mencionaría?

Hay un área que nos parece muy importante seguir trabajando: la salud mental y adicciones. En esta Rendición de Cuentas ya se le otorgaron US$ 20 millones, pero es un área a profundizar mucho. Hay unos 350 mil uruguayos que tienen problemas de abuso de sustancia, de los cuales solamente 35 mil consultan. Se inició el camino pero hay que profundizarlo y esto tiene que ver mucho con el combate al narcotráfico, porque para combatirlo con la máxima firmeza hay que combatir la oferta y la demanda de droga.

¿Dice, entonces, que el gobierno debería haber actuado antes para enfrentar este problema estructural?

Esa es tu interpretación. Lo que digo es que es un paso en el que queremos profundizar.

¿Fue un error o hubo corrupción en la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset?

Creo que se entregó toda la información en la interpelación y, lamentablemente, en el momento en que se entregó el pasaporte, estaban dadas las condiciones para entregarlo, lo cual por supuestos nos prende una alerta de cómo hay que revisar los sistemas para que frente a casos tan notorios pueda haber un seguimiento más detallado.

¿El caso Astesiano nació de un error del presidente que podía haberse evitado?

Fue muy transparente de su parte al reconocer el error y decir que lo habían traicionado. Él es nuestro líder pero también es un ser humano, y me parece que ese reconocimiento lo dejó parado en un muy buen lugar. Y creo que nos debería servir para entender que Uruguay debe profesionalizar todo el sistema de seguridad presidencial.

¿Cree a Gustavo Penadés cuando dice que hay una trama en su contra y que es inocente de todas las acusaciones de abuso sexual a menores que han caído en su contra?

Yo fui muy clara desde el comienzo. Dije: creo y confío en la Justicia. Y que dé garantías para todas las partes.