Laura Raffo entró a escena en el auditorio de Antel sabiendo que los pasos que estaba dando hasta el centro del estrado -con una sonrisa abierta, ojos bien abiertos y saludando a la audiencia con un brazo en alto- no tenían retorno. Ni para ella, que de esta forma se presentó prácticamente como precandidata a presidente de las próximas elecciones internas -aunque formalmente lo que hizo ayer fue lanzar su plataforma electoral-, ni para el Partido Nacional, que de esta forma encendió los motores de la campaña de 2024.

El auditorio de la Torre de Telecomunicaciones estaba colmado; desbordaba de dirigentes y militantes, muchos de los cuales seguían el evento en otras salas, a través de pantallas, con la ansiedad del simpatizante político que sabe que hay un partido que está empezando.

Dentro de algunos minutos se iba a ver a Raffo -siempre en el medio de la escena, aplaudida-, tomando un celular para sacarse una selfie con sus dirigentes y con el público de fondo, a la manera de una estrella de rock -levemente inclinada y de nuevo sonriente- que termina un agotador concierto, o como más bien solía hacer el presidente Luis Lacalle Pou en campaña.

Y abajo, en primera fila, estarán varios integrantes de este gobierno mirando y aplaudiendo sin mucho entusiasmo. Entre ellos, una presencia que era esperada con incertidumbre: la del secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, hoy favorito en la interna nacionalista -los últimos sondeos lo muestran superando incluso el 50% de las preferencias de los blancos- y quien en realidad siempre tuvo resuelto asistir. Lo hizo acompañado de dos figuras muy de su extrema confianza, los ministros Martín Lema (Desarrollo Social) y José Luis Falero (Transporte y Obras Públicas), quienes son parte estructural del sector Aire Fresco, la base partidaria de la futura precandidatura del jerarca de la Torre Ejecutiva.

En primera fila también estuvieron el presidente del Directorio blanco, Pablo Iturralde, el ministro de Defensa, Javier García -quien aún no ha definido su precandidatura, pese a que hay voces en el Espacio 40 y Mejor País que la piden-, el senador Jorge Gandini, y entre los asistentes también estuvo la vicepresidenta Beatriz Argimón.

Foto: Leonardo Mainé

El movimiento se llama Sumar -al igual que el que lidera la candidata española Yolanda Díaz-, pero aparte de ese verbo hubo varios otros términos que Raffo usó en su alocución y que, al reiterarse, comenzaron delinear su discurso de campaña.

Por ejemplo, “futuro”, como cuando afirmó que hay por delante un “futuro desafiante”. Por ejemplo, “transformaciones”; por ejemplo, “ola” -para hablar de “ola de transformaciones" o la “ola de esperanza”.

Y luego, y aquí surge en forma aún más explícita uno de los desafíos políticos que la economista tiene por delante, apareció en más de un pasaje el adjetivo “mejor”, en donde tal vez se esconda la clave de cómo diferenciarse del gobierno representado -en esta campaña- por la figura de Delgado, pero intentando no caer en una simple oposición. Porque el quid de la cuestión, señalan en el entorno de la futura precandidata, es mostrarse diferente sin dejar de reconocer a Luis Lacalle Pou, sobre quien tampoco escatimó elogios en su discurso de alrededor de 20 minutos.

Alcanzar un equilibrio en esto no es ni será tarea fácil, pues ayer mismo ya hubo una frase -“estamos acá unidos por una convicción de que un Uruguay mejor es posible”- que no pasó desapercibida en absoluto por los jerarcas de gobierno que no están en sus filas y ayer la escuchaban sentados atentamente. De hecho, algunos llegaron a sentirse hasta incómodos, según supo El País.

“No es fácil presentarse como un cambio de los que están gobernando”, reconoció en este sentido un allegado de Raffo en diálogo con El País.

En otros pasajes, la economista fue más general, como cuando, cerca del final, dijo que son “millones” los que creen que debe crearse “un futuro mejor para todos los uruguayos”, y que eso consiste en asegurar una “educación de calidad” y una “oportunidad” a todos y cada uno de sus compatriotas. Asimismo, ya comenzó a identificar algunos problemas a resolver, como el narcotráfico y el “alto costo de vida” de los uruguayos.

Su otro desafío, sobre el que también se detuvo ayer, es comunicar la composición política de un proyecto que desde hace meses busca formularse como heterogéneo y no solamente herrerista.

Desde hace meses, también, algunos dirigentes del propio Herrerismo entendían importante que no se construyera una candidatura solo con las ropas de esta histórica agrupación -que fue la primera en impulsar su nombre y apoyarla-, además de que también era necesario extender por todo el país una estructura política que fue posible con la incorporación de Alianza Nacional, a la que luego se sumaron otros sectores.

Raffo, entonces, no renegó del legado de Luis Alberto de Herrera sino al contrario, lo citó -“la quilla de nuestro barco hiende mejor las aguas embravecidas”- pero recordó enseguida que Sumar también tiene a Wilson Ferreira Aldunate como una referencia relevante, por su “resiliencia”, su “lucha inclaudicable” y su entrega por la democracia. “Wilson no nos permitió que nos etiquetaran y nosotros tampoco lo vamos a permitir porque no estamos ni a la izquierda ni a la derecha de nadie; nosotros somos blancos”, dijo.

Faltaba, no obstante, una cita más: a Jorge Larrañaga, de quien destacó “la fortaleza de sus convicciones” y de quien recordó las cinco palabras que se pronunciaron como un eco tras su muerte el 22 de mayo de 2021: “Hay orden de no aflojar”. Todos, pero sobre todo los dirigentes de Alianza que estaban a su lado -Jorge Larrañaga hijo, Carlos Camy y Guillermo Besozzi, entre otros-, aplaudieron emocionados.