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Argimón: "Hay que bajar un cambio" con las candidaturas "y dejar que fluyan todas las expresiones del partido"

La vicepresidenta apuntó contra el apuro en las candidaturas de Delgado y Raffo y criticó al directorio por "no tomar definición" sobre el caso Penadés.

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Beatriz Argimón, vicepresidenta de la República.
Beatriz Argimón, vicepresidenta de la República.
Foto: Francisco Flores.

Para hablar de la interna del Partido Nacional, la vicepresidenta de quitó el abrigo y apuntó contra el apuro en las candidaturas de Álvaro Delgado y Laura Raffo. "Hay que bajar un cambio" dijo Argimón, que también criticó al directorio por "no tomar una definición" sobre el caso Gustavo Penadés. Opinó que "el Estado cumplió" con las Muchachas de Abril, pese a la ausencia de Luis Lacalle Pou.
La coalición de gobierno estuvo a punto de romperse este año por fuertes posiciones de Cabildo Abierto, sobre todo en relación a la reforma previsional. ¿Quedan heridas?

Creo que ese fue el punto más complicado de la coalición. No sé si son heridas. Pero el relacionamiento quedó como más cauteloso.

¿En qué sentido?

En términos del trabajo cotidiano. Cada partido quedó como reposicionado. Sigue siendo coalición de gobierno, pero cada uno desde su partido con su identidad de partido. No sé si me explico... Lo que sucedió después de ese cimbronazo fue como que cada partido se replegó para empezar a ver otra vez cómo se caminaba como coalición, en virtud de haberse tensado la relación del Ejecutivo con Cabildo. O sea, no estamos tan sueltos.

Álvaro Delgado y Laura Raffo ya están prácticamente en campaña. Raffo ya está haciendo, de hecho, discursos electorales. ¿Hay un apuro en el Partido Nacional al haber asumido ya este ritmo?

A mí me parece que sí. Ojo, yo hace muchos años que estoy en esto y es natural que en este año haya posicionamientos, haya armados, haya negociaciones. Eso es natural un año antes de las elecciones internas. Lo que me parece es que hubo un aceleramiento en la aparición de las candidaturas y a mí me llamó la atención.

¿Es contraproducente?

No nos hace bien que se esté hablando de candidaturas con tanto tiempo de antelación, y en la forma en que se hace, ya a nivel de competencia. Porque una cosa es que se vayan visualizando candidaturas y otra cosa es que ya se plantee como que estas son las dos candidaturas.

¿De qué manera cree que no le hace bien al partido?

Porque el Partido Nacional tiene una rica historia en tener distintas expresiones. Y en ese sentido, creo que el partido, y más aún en el siglo XXI, cuanto más abierto sea y más expresiones haya con las que el ciudadano pueda sentirse identificado, más va a crecer. Pero si al año de las internas ya se plantea un escenario de dos candidaturas y parece no tenerse presente que hay otras expresiones en el partido... Porque vuelvo a decir: una cosa es que se vean compañeros o compañeras que quieran ser candidatos, y otra cosa es que ya se planteen en términos de competencia.

¿Cree que está habiendo una polarización de lo que históricamente se conoce como herrerista en el partido? Porque las dos figuras de las que estamos hablando están identificadas con una de sus dos alas.

Sí, coincido. Y me parece que no es una buena estrategia pensar que haciéndonos creer que hay una polarización el partido está en el camino correcto. Me parece equivocado mostrar una competencia entre dos compañeros cuando es mucho más lo que tenemos que mostrar. Porque nosotros ahora tenemos la responsabilidad de hacer un seguimiento de las políticas que llevamos adelante en el gobierno, identificar qué queremos profundizar y en qué queremos avanzar en términos de tiempos distintos. Falta mucho contenido y me interesan los contenidos que vamos a darle a la ciudadanía. Por eso el camino que transitamos en Futuro Nacional es distinto, nos ponemos otros plazos. Yo quiero construir desde un lugar de propuestas, más que de personas, y esa es la diferencia que tengo con el escenario que está planteado.

¿Cómo ve al wilsonismo?

Después de muertos los líderes tradicionales como Wilson y Herrera, todos hemos ido teniendo, y más aún las nuevas generaciones, parte del wilsonismo y parte del herrerismo. Pero hay quienes notoriamente tenemos raíces o buscamos tener una forma de mirar el partido o el país con una concepción -a mí me gusta hablar de concepciones a esta altura- más del estilo wilsonista que del estilo herrerista. La concepción de Wilson es no solo una forma de ver el país, moderno, mirando mucho más allá -Wilson Ferreira Aldunate hablaba de los gobiernos locales y eso recién nosotros estamos viendo la importancia que tiene-, adelantarse a los tiempos, tener una agenda de futuro, que mire mucho más hacia los desafíos del siglo XXI. Incluye también concebir un partido que, lejos de cerrarse en opciones y en estructura, esté abierto. Por eso el error está en pensar que el tema está exclusivamente centrado en figuras (presidenciables).

¿En qué ubicación dentro del Partido Nacional estará situado Futuro Nacional, su sector?

Obviamente, yo tengo base wilsonista. Es notorio. Formé parte de la fórmula con el presidente Luis Lacalle Pou porque tengo un relacionamiento de muchos años con él, pero fundamentalmente también nos complementamos con la mirada que los dos tenemos. Ahora, no por eso dejo de tener mi historia y mi forma de ver estos tiempos. Y mi prioridad es trabajar en contenidos y eso es lo que estamos haciendo. Por eso inauguramos un Centro de Estudio. El mes que viene vamos a terminar de instalar las mesas en todo el país y después estoy conversando con quienes tenemos afinidades, hasta generacionales muchas veces, y con quien tengo una misma mirada de la necesidad de los contenidos.

Hay una afinidad que parece bastante clara entre usted y el proyecto integrado por el Espacio 40 y Mejor País. ¿Esto puede traducirse en un acuerdo electoral concreto?

Tengo mucha afinidad con Juan Sartori, con los sectores Mejor País y la Lista 40, y en realidad las señales que hemos dado estando juntos en determinadas instancias son señales que las damos porque creemos en la necesidad de una columna de estas características. Estoy convencida que le hace bien al partido. Tenemos un origen y miradas comunes. Futuro Nacional está viendo, entre esas afinidades, qué es lo que se va a ofrecer, si tomamos un camino propio o el de alianzas. A mí me gustan las alianzas porque creo que también es una forma de crecer.

Esa eventual alianza que integraría Futuro Nacional, ¿sería con una figura propia que aspire a llegar a la Presidencia de la República o ve inevitable terminar apoyando alguna de las ya instaladas?

Ojalá tenga una expresión propia. Pero una cosa son candidaturas y otra cosa liderazgos. Hay que estar atentos a lo que la gente nos dice.

Las encuestas marcan una polarización, con un neto favoritismo de Delgado. Y en un segundo escalón aparece Raffo.

Porque son los dos que han manifestado su voluntad de ser candidatos.

Y en un tercer escalón aparece usted. ¿Qué evaluación hace?

Sí, aparecemos varios. Si se fijan, los que aparecemos después no nos pronunciamos sobre candidaturas, salvo por Jorge Gandini, y somos todos de un mismo origen. Y esa para mí es la señal.

También es cierto que todos los nombres por afuera de Delgado y Raffo, sumados, apenas llegan a la cuarta parte de intención de voto del partido.

Pero no se puede llegar a más cuando no hay nadie proclamado o alguien que salga públicamente a decir que nos representa como candidato a la Presidencia.

¿Hay un momento para que ese espacio se encolumne bajo una candidatura?

Sí. Eso es lo más complicado. Definir cuándo es el momento. Por el bien del partido me parece que habría que bajar un cambio y dejar que fluyan un poco todas las expresiones.

¿Y usted? ¿Sigue analizando su precandidatura?

En realidad la estuve evaluando a fines del año pasado, cuando vi la posibilidad de que este sector y esta estructura pudiera precisar una candidatura. Sigo sin descartarla, pero priorizo la construcción de esa columna. Me parece que la unión es muy importante.

¿Quedó conforme con la forma en que el Partido Nacional procesó el caso de Gustavo Penadés?

Cuando empezó todo este tema, yo asumí que tenía que trabajar fuertemente para que el partido, aquí, en la cámara, pudiera pasar este trance difícil de la mejor forma. Fue un momento duro. Y me pareció que no me tenía que meter con las autoridades del partido. Y creo que el Senado en general y la bancada del Partido Nacional estuvo a la altura de las circunstancias de lo que se tenía que hacer. Sin lugar a dudas. Pero dos días antes de levantarse los fueros se reunió el directorio del partido y ese era el momento en que el partido tenía que tomar una definición. El directorio sabía cuál iba a ser la decisión de los senadores... Yo esperaba una definición como partido.

¿Qué evaluación hace como compañera de partido y colega en el Parlamento de la situación de Penadés? ¿Lo esperaba?

No. Lo dije y lo voy a seguir diciendo: en lo político, pero en lo personal también, fue muy removedor. Todo el mundo sabe, yo he pasado toda la vida hablando de las víctimas, tanto de niños como adolescentes. He trabajado históricamente en todo ese tema. Esto fue muy fuerte. También decidí, desde que esto está en manos de la Justicia, no emitir opinión alguna, porque creo que es mi mayor contribución a que las cosas salgan.

¿Hizo alguna reflexión de lo sucedido en el acto de reconocimiento del Estado a los crímenes de las Muchachas de Abril? Hubo críticas por la ausencia del presidente en esa instancia.

El presidente me dijo que entendía importante que fuera yo quien asistiera. Yo presidí comisiones de derechos humanos y he estado siguiendo todos estos temas. Sentí que lo hacía como algo natural. Y así lo tomé. El día del acto público sentí que fue un acto del Estado. Puedo llegar a entender obviamente que las expectativas que tenían Familiares fueran otras. Pero el Estado hizo lo que tenía que hacer.

¿Pero no cree que hubiera sido una buena señal que el presidente estuviera presente, sobre todo cuando desde el propio gobierno se reivindica lo actuado en esta materia y la proporción de información? Hubo abucheos y chiflidos por esa ausencia.

Ahí realmente vi la importancia que le habían dado a la presencia del presidente. Fue cuando vi materializada la expectativa que había.

¿Para usted hubiera sido una buena señal que estuviera Lacalle Pou?

No me llevo por señales. Me llevo por lo que había que cumplir. Y el Estado uruguayo cumplió.

¿Cómo serán las actividades por los 50 años del golpe de Estado esta semana?

Constituimos una comisión con todos los partidos políticos, donde entre todos pensamos durante el año distintos episodios que fueron importantes hace 50 años. Hubo un homenaje al excomandante en jefe de la Armada, Juan José Zorrilla, ya hace dos meses, y pensamos para el Parlamento, en especial, recrear la noche del 26 (de junio de 1973), que fue la más emblemática. Entonces decidimos emitir esa sesión a la misma hora, 22.30, para rememorar así aquel episodio histórico. Y dejamos lo tradicional, como todos los años, para el 27.

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