Redacción El País
El presidente Luis Lacalle Pou fue consultado ayer sobre la postura que tomará Uruguay en la próxima cumbre del Mercosur, que tendrá lugar a partir de la próxima semana en Río de Janeiro.

Lacalle Pou sostuvo a la prensa que su gobierno va a “pedir una reunión de los jefes de Estado del Mercosur con el jefe de Estado de China” y que, de no darse, pedirán que los servicios técnicos del Mercosur se reúnan con jerarcas de China “porque no vienen hace mucho tiempo y es muy importante”, destacó.

El mandatario dijo que si bien el actual gobierno de Argentina puede no estar de acuerdo con el avance de Uruguay con China en una asociación de libre comercio, hay respaldo por parte del presidente electo Javier Milei.

“Si uno escucha los discursos del presidente que va a asumir, dijo textualmente que él está de acuerdo con que en el Mercosur se pueda hacer lo que Uruguay quiere, uno debería de esperar que en poco tiempo se acceda a eso”, planteó Lacalle Pou transmitiendo confianza en que a partir del 10 de diciembre, cuando asuma Milei, la postura de Argentina en materia de relaciones internacionales tenga un viraje más afín a los intereses uruguayos.

“Cuando fui por China, el presidente chino (Xi Jinping) dijo que estaba dispuesto a acelerar la asociación de libre comercio con Uruguay. Ahí se pone un punto y aparte y al mismo tiempo sugiere que políticamente el Mercosur se ponga de acuerdo”, recordó el mandatario y explicó que esto indica que “China está para avanzar con el Mercosur o bilateralmente con Uruguay, lo que no quiere es ruido, conflicto de los otros países”.

En cuanto al avance de un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, dijo que espera recibir buenas noticias en la medida en que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, culmina este año su presidencia en la UE y tiene un “compromiso mutuo de avanzar” con el presidente brasileño, Lula Da Silva.

“Lo que no parece lógico es que hace 25 años estemos negociando un acuerdo. Si lo vamos a hacer, hagámoslo”, afirmó, porque la espera “genera frustración”.