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Lacalle Pou evalúa medidas tras informe del GACH sobre la evolución de la pandemia

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Los científicos que asesoran al gobierno mantuvieron una reunión virtual con el presidente Luis Lacalle Pou. Foto: Darwin Borrelli
Conferencia de prensa de Luis Lacalle Pou, Presidente de la Republica y grupo de asesores en materia de covid 19, declarado pandemia por OMS, conferencia anunciando nuevas medidas para evitar que sigan aumentando los casos, Daniel Salinas, Ministro de Salud Publica, Rafael Radi, Henry Cohen, integrantes de Grupo Asesor Cientifico Honorario, GACH, en T. Ejecutiva, Presidencia, foto Darwin Borrelli, Archivo El Pais, nd 20201201
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

REUNIRÁ A SU GABINETE LUEGO DE CARNAVAL

Presentaron al mandatario un documento que analiza el escenario epidemiológico actual, los posibles escenarios futuros y una serie de recomendaciones a adoptar según el contexto.

En Uruguay está disminuyendo la transmisión comunitaria del nuevo coronavirus. El promedio semanal de contagios viene a la baja y cada vez se consigue comprender mejor dónde cada positivo contrajo la infección. Pero cierto crecimiento de la movilidad en febrero (según las estadísticas de Google) y la proyección de un incremento todavía mayor de esa movilidad luego de los feriados de Carnaval, deja la incertidumbre: ¿qué hacer?

Sobre ello conversaron los coordinadores del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) y representantes de Presidencia en una reunión que mantuvieron el miércoles. Los científicos presentaron allí un documento en el que intentan describir el escenario epidemiológico actual, los posibles escenarios futuros y una serie de recomendaciones para enfrentar cada uno de esos eventuales contextos.

El documento -que por ahora es de “uso interno”, pero que los científicos prometieron difundir “a la brevedad”- recoge algunas medidas que parecen haber funcionado en países con similitudes a Uruguay, lo que no significa que vayan a implementarse y mucho menos de que este sea el momento de hacerlo: desde fijar aforos para los espacios cerrados de bares y restaurantes, hasta el extremo de limitar la cantidad de personas que pueden asistir a una reunión social.

Hay dos conceptos que estuvieron en discusión en esta pandemia y que, al momento, parecen zanjados en Uruguay: las escuelas son lo primero en abrir y último en cerrar, y jamás se habla de una cuarentena obligatoria.

De hecho, otro informe del grupo científico asesor que ya es público insiste en la necesidad de retomar (de manera gradual) las consultas médicas presencial e instar a que los prestadores de salud vuelvan a los niveles de tamizajes cardíacos y oncológicos prepandémicos. Solo por la baja de pruebas de Papanicolaou (para detectar cánceres de cuello de útero), “se estima que quedaron alrededor de 3.500 pacientes con positividad sin diagnóstico”.

En la última conferencia de prensa en la que el presidente Luis Lacalle Pou anunció la flexibilización del ingreso fronterizo, recalcó que las medidas se van evaluando en el corto plazo. Por eso el lunes posterior a la semana de Carnaval, el mandatario prevé convocar a un consejo de ministros en el que se discutan nuevas medidas o modificaciones de las ya existentes.

“No sabemos si permanecen las (medidas) que están o hay más margen para aflojar o -ojalá que no pase- apretar un poquito más”, dijo el mandatario. Tras el encuentro virtual con los científicos, Lacalle calificó como “muy interesante” el documento elaborado por el GACH y reconoció la incertidumbre que depara el futuro tras las vacaciones de Carnaval. En ese sentido, fue enfático: “¿Recuerdan las cifras que hace algunos meses se estimaron que podía tener el país? Bueno, por suerte estamos muy lejos de eso, muy lejos de las camas de CTI ocupadas, muy lejos de los casos activos. Pero todos vimos cómo cambió de un día para el otro. O sea que esto hay que sostenerlo, mantenerlo, tratar de tener un plan de vacunación bueno y lo más rápido posible, y ahí tendremos otra tranquilidad”.

Los números de la pandemia.

El coordinador del área de análisis de datos del GACH, Fernando Paganini, había aclarado en conferencia de prensa que las proyecciones se realizan en base a la tendencia de un momento. A fines de noviembre, el número de reproducción del COVID-19 era 1,2. Quiere decir que, en promedio, cinco infectados irían a contagiar a seis y la epidemia seguiría en crecimiento. A comienzos de diciembre, los matemáticos observaron que ese número de reproducción seguía incambiado y fue entonces que hicieron la famosa proyección: para fin de año habría unos 1.200 casos diarios.

Tras la cuarentena por su regreso de Brasil, el presidente Luis Lacalle Pou inició actividades presenciales e inauguró un CTI. Foto: Leonardo Mainé
Tras la cuarentena por su regreso de Brasil, el presidente Luis Lacalle Pou inició actividades presenciales e inauguró un CTI. Foto: Leonardo Mainé

Eso no se cumplió. Hubo medidas del gobierno nacional y departamental en Montevideo, comienzos de licencias, fin de las clases y un posible cambio de actitud ciudadana ante las advertencias mediáticas. En enero, los científicos intentaron proyectar nuevamente, pero desistieron porque el escenario era incierto (subía algunos días y bajaba otros). De ahí que el propio Paganini ha defendido a los modelos como un elemento de comprensión de qué pasaría si la tendencia siguiera.

¿Se les ganó a las matemáticas? El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, no considera que haya una rivalidad entre la ciencia y la política. “Vengo del mundo universitario, estuve en el cogobierno en representación de los estudiantes, en todas las etapas: claustro, consejo de mi facultad y consejo directivo de la Universidad, vi cómo siempre hubo entre la academia y la política cierto grado de desconfianza. Creo que a partir de la creación y asesoramiento del GACH, del vínculo con la Universidad, del asesoramiento científico, la desconfianza entre la academia y la política se terminó. Ese vínculo vino para quedarse”.

Delgado explica que las proyecciones tienen determinados supuestos. “Si los supuestos no se dan, las proyecciones son otras”. Pese a las medidas adoptadas en diciembre, dice, “en enero había matemáticos del GACH diciendo que si no se tomaban medidas más drásticas iba a empeorar el panorama. La realidad es la realidad, y los mismos que hacen pronósticos los van reajustando permanentemente”.

Los científicos han discutido al respecto. Incluso el equipo de análisis de datos del GACH está integrado por académicos que vienen de la epidemiología (con una mirada más de la conducta humana) y por matemáticos con especialización en genética de población.

Conferencia del GACH. Foto: Estefanía Leal
Conferencia del GACH. Foto: Estefanía Leal

El documento que el GACH entregó al Ejecutivo el miércoles, de hecho, ha sido definido como “transversal”. En él participaron los coordinadores de distintas áreas, aunque se excluyeron algunas sugerencias de tipo socioeconómicas que había planteado informalmente el equipo liderado por Fernando Filgueira y Ricardo Bernardi. En ese sentido, el informe presentado apunta más a la necesidad de bajar los contagios a menos de 200 positivos por día, para recuperar el control, y advertir cómo, por la dinámica del COVID-19, se podría pasar a un escenario de alto riesgo en poco tiempo.

Hallan relación de movilidad y contagios

Seis científicos del Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de COVID 19 (Guiad) estudiaron la eficacia de la restricción de la movilidad para el control de los contagios.

Para ello se basaron en 23 países con similitudes a Uruguay: población de entre uno y doce millones de habitantes, con un esfuerzo de testeo razonable, y que en algún momento tuvieron la epidemia controlada.

El análisis se basó en la asociación entre la marcha de la movilidad, medida por la georreferenciación que permiten los reportes de Google, un índice sobre las medidas gubernamentales recopilado por la Universidad de Oxford y la curva de contagio usando la escala de riesgo de Harvard.

Aunque el trabajo no apunta a recomendaciones, y hace la advertencia de que la disminución de la movilidad no siempre es la consecuencia de una medida de gobierno, sí concluye que “a niveles bajos de reducción de movilidad el número de casos promedio aumenta, mientras que a niveles altos de reducción (mayores a 30 o 40) el número de casos promedio disminuye”.

Los autores de este trabajo dicen que “para controlar el crecimiento sostenido en los contagios ha resultado efectiva la estrategia de restringir la movilidad (en ocasiones a niveles cercanos a los del confinamiento), siendo presumiblemente más efectiva (y más corta) cuando se inicia a niveles no muy altos de incidencia”.

En ese sentido, explican que las medidas tienen que estar vinculadas a un objetivo. Como ejemplo, señalan, Uruguay podría reducir la movilidad para retornar a la zona de menor riesgo (verde) y luego ir abriendo “de a poco” hasta llegar a la movilidad de mediados del 2020.

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