Redacción El País
En Uruguay casi el 70% de los depósitos bancarios son en dólares, lo que lo hace ser el segundo país del mundo con mayor proporción de ahorros en los bancos en moneda estadounidense, según había señalado el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Guillermo Tolosa. Con el objetivo de desdolarizar la economía uruguaya, el BCU prevé implementar una serie de medidas, y una de ellas, tiene que ver con la desdolarización de los depósitos, por la vía de que los bancos tengan menos incentivos a captar ahorros en dólares y más incentivos a hacerlo en pesos uruguayos.
En concreto, el directorio del BCU tomó dos resoluciones respecto al régimen de encajes. Los encajes son el porcentaje de los depósitos que los bancos deben inmovilizar en el Central y no pueden destinar a crédito. A mayor tasa de encaje, mayor es el porcentaje de dinero que queda inmovilizado sin poder ser prestado por los bancos.
La resolución del BCU explica que la entidad "se ha trazado el objetivo de generar incentivos a la desdolarización y reconstrucción de mercados en moneda nacional, como instrumento conducente a dotar de mayor eficiencia la implementación de la política monetaria definida".
Para ello, el BCU anunció que cambiará los encajes en pesos. Actualmente, los encajes en pesos son de 15% para depósitos hasta 30 días, 3% para depósitos entre 30 y 90 días, 2% para depósitos entre 90 y 180 días y 1% para depósitos entre 180 días y un año. Esto es, en depósitos hasta 30 días, de cada $ 100 el banco debe inmovilizar $ 15 en el Central y los otros $ 85 los puede destinar a prestarlos.
La resolución del BCU es que los encajes en pesos por depósitos hasta 30 días se mantendrán en 15%, pero para los plazos mayores a 30 días pasarán a ser de 0% a partir del 1° de marzo. Es decir, de los depósitos a más de 30 días de plazo, los bancos podrán destinar hasta el 100% a créditos.
La otra modificación es en lo que el BCU les paga a los bancos por los encajes. Por inmovilizar ese dinero, el Central remunera actualmente a los bancos el 60% de la Tasa de Política Monetaria (que hoy es 8%), lo que equivale a 4,8%. Esto es, cada $ 100 que los bancos inmovilizan en el Central, reciben una remuneración de $ 4,80.
A partir del 1° de marzo, la remuneración que pagará el Central será del 100% de la Tasa de Política Monetaria, es decir con el nivel actual sería 8% (en vez del 4,8%). En el mismo ejemplo, por cada $ 100 que los bancos inmovilizan en el BCU, pasarán a recibir $ 8.
En el caso de los encajes por depósitos en dólares, se mantendrán en 28% para depósitos a menos de 180 días y en 20% para depósitos a más de 180 días. Pero, sí cambiará la remuneración de esos encajes. En vez de pagar la tasa de la Reserva Federal (Fed) menos 50 puntos básicos para encajes del 28%, pasará a pagar la tasa de la Reserva Federal menos 100 puntos básicos. En el caso de encajes por depósitos a más de 180 días.
Esto es, actualmente la Fed tiene su tasa en 3,5%-3,75%, por lo que el BCU le remunera a los bancos por ambos encajes en dólares 3%-3,25% (tasa de Fed menos 50 puntos). Pero, a partir del 1° de marzo pasará a pagarles por los encajes en dólares en depósitos a menos de 180 días, 2,5%-2,75% (según el nivel actual de la Fed, menos 100 puntos básicos).
Con esto, el Central busca reducir el interés de los bancos por tomar depósitos en dólares e incentivarlos a que tomen más depósitos en pesos.
Para un cliente de un banco, en teoría esto debería traducirse en que le paguen más por depositar sus pesos a plazo y menos por depositar sus dólares a plazo, que lo que pagan las instituciones actualmente. Aunque en la práctica inciden otros factores.
La directora ejecutiva de la Asociación de Bancos Privados (ABPU), Bárbara Mainzer dijo en diálogo con El País que "es una medida más que está adoptando el Banco Central. Acá todos queremos desdolarizar porque es bueno para el país, es bueno para su gente, es bueno para las empresas y es bueno para los bancos".
"Tenemos una tradición muy arraigada en Uruguay que con el tiempo se está cambiando. Cuando uno mira la serie histórica, tenemos mucho más depósitos en pesos que los que teníamos antes", agregó.
Mainzer afirmó que "en particular, los bancos privados tienen mucho interés en poder tener más depósitos en pesos, para poder dar más créditos en pesos", ya que de los depósitos en pesos que reciben menos los encajes, "todo lo prestamos. Y como no nos alcanzan los pesos para prestar, algunos bancos emiten Notas y otros usan su patrimonio para poder prestar más".
"Es el interés de todos avanzar en la desdolarización. ¿Esta medida del Banco Central es una medida más en el margen? ¿Puede tener alguna contribución? Claro que sí. Creo que son muchas cosas pequeñas que se van haciendo", añadió.
En cuanto a cómo afecta este cambio (menores encajes en pesos en depósitos a plazos mayores a 30 días, mayor remuneración de encajes en pesos, menor remuneración de encajes en dólares), Mainzer dijo que "esta medida en promedio es neutra, a algún banco le afecta, otro sale beneficiado, pero en promedio en el sistema las cifras son relativamente neutras".
"Creo que el Banco Central lo calibró como para dar una señal sin que genere un impacto, lo hicieron cuidadosamente para eso", añadió.
Economistas opinan
Para el economista Juan Antonio Licandro, el nivel actual de dolarización de los depósitos en Uruguay es “demasiado. Los bancos colocan la mayoría de los dólares en activos en el exterior —por ejemplo, compran títulos de EE.UU., acciones u otros instrumentos—, lo que significa que la mitad de los depósitos de los uruguayos financian emprendimientos en el exterior. Por eso el BCU quiere desdolarizar”, dijo a El País.
No obstante, Licandro considera que la medida de remunerar menos los encajes no será efectiva per se para la desdolarización, en tanto eso no depende solo de los bancos, sino del cliente.
“No creo que genere cambios. La gente se pasará a pesos en la medida en que se mantenga una inflación baja y estable en la comparación internacional. Van dos años con la inflación así, todavía es poco”, afirmó.
El economista piensa, además, que la meta de inflación de 4,5% —hoy la inflación está en 4,1%— “no es nada ambiciosa”, dado que hay países que la mantienen en 2% o 2,5%.
En tal sentido, arriesgó: “La mejor medida sería seguir con la inflación a raya y, a partir del año 2027, bajarla más. Eso sí es más efectivo para desdolarizar, que los encajes”.
Otra opción que propuso es que los encajes por depósitos en Unidades Indexadas (UI, pesos ajustados por inflación) puedan recibir una remuneración en UI en el BCU, teniendo en cuenta así la variación del Índice de Precios al Consumo (IPC), y no en pesos como se hace actualmente.
Al respecto, comentó que el BCU nunca quiso hacerlo, probablemente —dijo— porque les pareció que, como la inflación estaba en 7% u 8%, era como pagar una tasa de interés a esos valores. “Pero ahora, con la inflación más baja, lo que tendría que pagar el BCU sería la mitad”, observó.
A su entender, esta opción favorecería no solo la desdolarización, sino el desarrollo del mercado de depósitos en UI. De hecho, hay bancos privados que no tienen cuentas en UI.
Por su parte, la economista Gabriela Mordecki, profesora de la Universidad de la República (UdelaR), coincidió con Licandro en que la desdolarización será difícil por el arraigo de la divisa en la cultura uruguaya.
Sobre el impacto de la medida en la rentabilidad de los bancos, Mordecki evaluó que dependerá de cómo sea la combinación de negocios de cada uno, de su estructura, de cuántos dólares realmente colocan en el mercado, de la liquidez y capacidad de colocación.
Aclaró también que una eventual limitación o encarecimiento de los créditos en dólares, no necesariamente aumentará los préstamos en pesos, porque son mercados que tienen lógicas diferentes y, en todo caso, eso dependerá de la demanda del mercado y sus movimientos.
Finalmente, Magdalena Perutti, socia de KPMG, destacó a El País la importancia de que la medida del BCU se acompañe de otras que fomenten cambios culturales, potenciando la educación financiera y modificando, por ejemplo, la moneda en la que se transaccionan bienes relevantes para las familias como casas y autos. Algo que ya el BCU viene conversando con los actores del mercado, pero sin pensar en obligaciones.