MASACRE LOS MARINOS

Cuando el ministro de Defensa Javier García volvía en la noche del martes de Rivera y Tacuarembó, donde fueron despedidos los restos de los tres marinos asesinados, accedió a los resultados de la investigación de urgencia que había solicitado en la mañana del domingo al comandante en jefe de la Armada, Jorge Wilson, en la misma área naval del Cerro en la que ocurrieron las ejecuciones.

A partir de esa investigación primaria se comprobó, según el informe de la Armada, “una falla” en los procedimientos de seguridad antes de la ejecución de los infantes de Marina Alex Guillenea, Alan Rodríguez y Juan Manuel Escobar. No se cumplió con los protocolos de seguridad y directamente se desconocían.

“La calificación es mía, fue una falla notoria”, dijo el ministro en una conferencia de prensa ayer en el Parlamento, tras participar de una reunión de la comisión de Defensa en la Cámara de Diputados.

Con el informe en sus manos, García definió ayer al mediodía el relevo del comandante de la Infantería de Marina, el capitán de navío Marcos Saralegui, quien estaba a cargo del destacamento del Cerro donde ocurrió el trágico crimen. “Hay un principio cardinal de todo militar y es que se delega el mando pero nunca la responsabilidad”, afirmó García. Hoy asumirá el nuevo comandante, el capitán Rodolfo García.

Además, el ministro dispuso el inicio de una investigación administrativa para analizar la eventual existencia de irregularidades, “fallas y responsabilidades en todos los procedimientos de seguridad” que se debieron llevar adelante en la noche del domingo.

“No vamos a reparar la tragedia, pero es nuestra responsabilidad evitar que estas cosas vuelvan a reiterarse”, afirmó García, acompañado por el subsecretario Rivera Elgue. Al Parlamento también asistió el comandante Wilson. “Aquí se falló en cuidar a quienes nos cuidan”, indicó.

García recordó que al asumir el 1° de marzo había dispuesto que se reforzara la seguridad en todas las unidades militares. La orden fue reiterada hace quince días cuando sucedió el episodio de la granada en la Brigada Antidrogas del Prado.

Pero al menos en la base del Cerro eso no se cumplía. Los tres marineros tomaron la guardia a las 20 horas del sábado y los cuerpos fueron descubiertos a las 8 de la mañana del domingo. En el transcurso de esas 12 horas no hubo ninguna recorrida para “ver si estaba todo normal”, según el informe de la Armada. No solo eso, sino que tampoco hubo comunicaciones radiales ni llamados para ver “a qué se debía el silencio radial existente”, explicó García.

La investigación concluye que hubo desconocimiento de los procedimientos por parte de los funcionarios que estaban en la base naval del Cerro acerca de qué se debía hacer cuando había omisión de estas comunicaciones, según el informe que le llegó al ministro.

La pericia forense dice que los crímenes fueron llevados adelante entre las 22.30 del sábado y las 2.30 del domingo. “Eso quiere decir que entre esa hora y las 8 de la mañana hubo desconocimiento de lo que había pasado por parte de la base”, explicó el ministro.

Esa “falla notoria” de los protocolos de seguridad “preocupa muchísimo” en el gobierno. “Y nos lleva a tomar decisiones”, dijo García, para justificar el relevo. El ministro contó en sala que lo que sucedió “es considerado como un fallo grave”, según relató el diputado colorado Walter Cervini.

Está claro que hubo falta de vigilancia y recorridas, teniendo en cuenta la advertencia del propio Ministerio de Defensa hace 15 días sobre posibles episodios de robo de armamentos, indicó el presidente de la comisión de Defensa de Diputados, el frenteamplista Gerardo Núñez.

“Quien es responsable de un establecimiento de este tipo debe tener en su primer objetivo asegurar que estas cosas no sucedan”, apuntó. “Respaldamos las acciones que se han venido realizando y pretendemos que se continúe con la investigación administrativa para conocer las mayores responsabilidades”, indicó Núñez.

La diputada de Cabildo Abierto Nazmi Camargo siguió el tema con especial preocupación, ya que es de Rivera y en las últimas horas estuvo en contacto con las familias de los marinos. El ministro de Defensa prometió que “se les brindará todo el apoyo”, afirmó.

Huellas, manchas rojas en los championes y la confesión: “Fui yo”

“Quiero hablar. Fui yo”. Con esas palabras el imputado por el triple asesinato de los infantes marinos confesó el martes ante la jueza penal Diovanet Olivera haber cometido los crímenes, según supo El País por fuentes que participaron de la audiencia. Tras decir eso, el joven de 26 años, desertor de la Armada Nacional, fue interrumpido por su abogada defensora de oficio, quien le dijo que no era el momento procesal. El hombre fue imputado por un homicidio muy especialmente agravado de los tres infantes de marina en el destacamento del Cerro.

La Policía Científica encontró en el sitio huellas en el picaporte de una puerta interior que pertenecen al hombre detenido. Además, se constató que en los championes que utilizaba había manchas “pardo rojizas” que confirmaron ser de sangre. El martes estaba pendiente el análisis de ADN. Según informó Telenoche, ese análisis confirmó que la sangre es del joven imputado.