El poder de los indecisos en este año electoral y las estrategias de los precandidatos para captarlos

El escenario planteado por los ciudadanos que no definen su voto es favorable al oficialismo, según advirtió Rafael Porzecanski; los precandidatos siguen caminos diferentes para su conquista.

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Estrategia: los precandidatos de todos los partidos saben que, luego de las internas, deberán ir detrás de los indecisos
Estrategia: los precandidatos de todos los partidos saben que, luego de las internas, deberán ir detrás de los indecisos
Foto: Canva

Se suele llamar indecisos a aquellos que aún no decidieron su voto, que no les importa la política y que muchas veces definen a quien elegir como presidente cuando tienen adelante una mesa repleta de papeletas con caras sonrientes. Lo que no se imagina ese aproximado 10% de la población es el dolor de cabeza que, con su desinterés y desconexión con los partidos y la puja electoral, generan en los comandos de campaña y en las empresas encuestadoras, que se devanan los sesos intentando predecir su comportamiento y aproximarse lo más posible al resultado de las elecciones de octubre y noviembre.

Y en un escenario de paridad casi total -las últimas elecciones se definieron por poco más de un punto porcentual- los indecisos tienen un poder clave para determinar quién se hará con el gobierno en 2025.

Por eso muchos precandidatos, pese a que tienen primero una batalla que desplegar en las internas de junio, ya están pensando en cómo conquistar ese apreciado botín y así eliminar la pequeña diferencia entre las dos coaliciones partidarias para llegar con mayor seguridad a la instancia de las elecciones nacionales.

Para este año electoral, una particularidad de estos ciudadanos es que están más cercanos a votar al oficialismo que al Frente Amplio, a diferencia del escenario de 2019, cuando eso era al revés. Así lo explicó el director de Opción Consultores, Rafael Porzecanski, en el último evento Balance anual anticipado que organizó El País. El sociólogo indicó allí que hay “datos concretos” que respaldan esta visión, y señaló que mientras las encuestas de 2023 dan que el 15% votó a la izquierda y un 38% a la coalición de gobierno, en 2018 el 46% de los indecisos había votado al Frente Amplio y un 22% lo había hecho por partidos del actual oficialismo.

Otra diferencia -continuó Porzecanski- entre ambos escenarios es que en la última elección tuvieron incidencia los frenteamplistas desencantados, que eran aquellos indecisos que “no estaban contentos con la marcha de las cosas”, ya que solo el 17% de los que entonces no sabían a quién votar aprobaba la gestión del gobierno. Y después, a medida que avanzó la campaña, se terminaron volcando nuevamente al partido.

Pero ahora, a diferencia de 2019, los “indecisos tienen una evaluación del gobierno relativamente buena: 40% aprueba el gobierno, 41% dice que no es ni buena ni mala y 18% que es mala o muy mala -además de que la mayoría votó por la coalición” en la última elección, indicó el sociólogo.

Entonces, ¿qué piensan hacer en el sistema político con esta clave para el triunfo en las urnas?

En filas nacionalistas, a priori, hay estrategias diferentes en los dos precandidatos que hoy por hoy se disputan la interna. Álvaro Delgado, que lidera las encuestas sobre preferencias partidarias, hace tiempo que en sus discursos de campaña está apuntando al votante que no es necesariamente blanco, y por eso trata de conectar con quienes no tienen decidido su voto o que en el pasado lo han confiado a la izquierda. Esto es algo que queda en evidencia cuando, por ejemplo, afirma -como lo hizo esta semana en un acto en Montevideo- que no tiene problemas en “reconocer las cosas buenas, independientemente de quién las proponga”, a diferencia del Frente Amplio -y, en particular, de la precandidata Carolina Cosse, que ha tenido dificultades a la hora de conceder algún logro al gobierno.

Su contendiente Laura Raffo está en cambio enfocada en las elecciones de junio, por lo tanto los indecisos no son su objetivo en este momento, señalaron fuentes de su comando, que sintetizaron: “En la interna no votan los indecisos”.

Una persona introduce un sobre de votación en una urna por las Elecciones Nacionales.
Una persona introduce un sobre de votación en una urna por las Elecciones Nacionales.
Foto: Fernando Ponzetto

El Frente Amplio, como ya informó El País, en marzo definió su campaña “Juntate por Uruguay”, una estrategia que tiene por objetivo contactar a un millón de personas para convencerlos de ir a votar el día de las internas. Para esto, los comités deberán abordar a público considerado justamente indeciso -pero que han sido votantes de la izquierda.

Desde el entorno del precandidato colorado Robert Silva, en tanto, indicaron a El País que se están “enfocando en resaltar” su liderazgo y que en la medida en que se “presenta como una opción seria y atractiva” dentro de su partido, eso lo “posiciona como una opción atractiva para los indecisos”. Su correligionario Andrés Ojeda, con otra visión, indicó que es “bastante enemigo de las estrategias específicas para captar determinados electorados” y que su “idea es ser lo más genuino y auténtico posible”, para revertir las indefiniciones.

Y desde Cabildo Abierto, por último, su nuevo presidente, Raúl Lozano, señaló que su partido tiene personas que “vinieron de todas las fuerzas políticas, sin excepciones”, y que tienen la intención de “captar nuevos” votantes.

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