Redacción El País
El presidente de la República, Yamandú Orsi, y el exmandatario Luis Lacalle Pou, se encontraron este lunes en la conmemoración de la Noche de los Cristales Rotos, organizada por la B'nai B'rith Uruguay.
Fue el primer encuentro entre el presidente Orsi y su antecesor luego del cruce de declaraciones sobre la repercusión que generó el anuncio de la rescisión del contrato con el Astillero Cardama,la empresa española con la que se acordó la construcción y entrega de dos buques de patrulla oceánica para la Armada Nacional.
En las imágenes del noticiero Subrayado (Canal 10), se observa que Orsi dialoga con el presidente del Directorio del Partido Nacional, Álvaro Delgado, cuando Lacalle Pou lo saluda brevemente. Luego ambos continúan dialogando con otros dirigentes que asistieron al evento.
Se realiza el acto de conmemoración de la Noche de los Cristales Rotos en la B'nai B´rith. Participa el presidente Yamandú Orsi y el expresidente Luis Lacalle Pou. pic.twitter.com/rVUaFE4FMn
— Subrayado (@Subrayado) November 10, 2025
El cruce por Cardama
"Yo creo que arrastraron al presidente a una operación política", afirmó Lacalle Pou sobre el caso Cardama, y sostuvo que "no había necesidad" de rescindir el contrato con Cardama. "No me cabe la menor duda de que esto es una decisión política de no continuar con lo que hizo el gobierno anterior".
"Suelo no ser comentarista de comentarios, pero me sorprendió con la energía y con la virulencia con la que salieron, no solo el presidente, sino varios actores del gobierno anterior cuando lo que habíamos dicho es que había una empresa que había hecho las cosas mal", manifestó Yamandú Orsi tras los dichos de Lacalle.
"Me hubiese gustado que salieran en defensa del Estado y no tanto en defensa de la empresa", afirmó Orsi y apuntó a que si bien el exmandatario "tiene derecho a pensar lo que quiera" él mismo puede pensar "que a él lo arrastró un amor no correspondido porque la empresa no se ha portado tan bien con el Estado". "Yo creo que fueron traicionados o fueron engañados de manera evidente", acotó.
Cuando el gobierno actual anunció la rescisión del contrato con Cardama, Orsi aseguró que la decisión respondía a "fuertes indicios de que estaríamos ante una estafa o un fraude al Estado uruguayo". "Cuando yo supongo que hay un ilícito lo que tengo que hacer es denunciar la situación. Estuvimos un año y pico engañados, ¿de qué solución estamos hablando si lo que se presentó es aparentemente falso? ¿tengo que barrer abajo de la alfombra, hacer de cuenta que acá no pasó nada?", cuestionó Orsi,
El mandatario defendió que era necesario informar a la población y denunciar la irregularidad antes que notificar a la empresa, pero admitió que puede darse una mediación. "Puede haber mediación porque está previsto en el contrato. Todos los caminos están", dijo y sumó: "Por supuesto la empresa Cardama está dispuesta a dialogar y hay que dialogar, pero esto no es blanco o negro".
Qué pasó con Astillero Cardama
Las alarmas se encendieron tres días antes del vencimiento del plazo de la garantía de fiel cumplimiento que Cardama buscó salvar a último momento. Como el 22 de setiembre -30 días antes del deadline- el astillero no había avisado que tenía intención de renovar la garantía del contrato, el gobierno se disponía a ejecutarla y cobrar lo acordado al firmarla: el 5% del total de valor de la obra, unos US$ 4 millones.
Pero no pudo hacerlo porque cuando Luis Bermúdez, el embajador uruguayo en Gran Bretaña -donde se suponía que estaba instalada la empresa que se presentaba como garante, Eurocommerce LTD-, intentó apersonarse en el domicilio de la firma se encontró con que lo que había allí era una inmobiliaria. La firma carece, entonces, de un domicilio real, dijo el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, durante el anuncio del gobierno. Luego se supo que tampoco tiene empleados (hasta 2022 tenía tan solo uno), su dueño es ruso ("y vive en Rusia") y está en proceso de liquidación.
Tras esto, se encomendó a un estudio inglés analizar el inicio de acciones legales en territorio británico y español contra Cardama, a quien ya se le hicieron tres transferencias -en función del supuesto cumplimiento de determinados “hitos” del proceso de construcción de los buques- por unos US$ 30 millones.
Los problemas con la validación de la garantía se habían generado de manera reiterada entre enero y noviembre de 2024. En ese lapso Cardama lo había intentado siete veces, y en todas ellas incumplió con los requerimientos mínimos. En algunos casos, como cuando presentaron como empresas garantes a Euro Exim Bank o a Redbrige, el Banco Central avisó al Ministerio de Defensa que no podía acceder a información financiera sobre esas entidades, detallaron fuentes del Ejecutivo.
El gobierno de Lacalle Pou, finalmente, aceptó a Eurocommerce LTD el 22 de noviembre del año pasado —cinco días antes del balotaje— pero por el plazo de un año, inferior a los 42 meses que se habían pactado en el contrato.
Todo esto ocurrió, además, pese a que Defensa contaba con un informe jurídico del estudio Delpiazzo, del 6 de noviembre pasado, que advertía de varias irregularidades en el documento en el que se presentó la garantía, como no estar “apostillado ni contar con certificación de firma”, ni tener debidamente acreditada “la representación del firmante”. El estudio también ya advertía sobre algunas de las incoherencias sobre la firma constatando en las últimas horas.
Además de todo esto, la entrega del primer buque, debía hacerse a los 18 meses desde diciembre de 2023, cuando se firmó el contrato, cosa que no sucedió.
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