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Doble homicidio en La Teja: “Ahora hay que fumar un porro por ellos y festejar”

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Delincuente es llevado esposado por Policías. Foto: Archivo El País

INVESTIGACIÓN

Una pericia en el celular de uno de los detenidos por el doble homicidio ocurrido en La Teja fue clave para esclarecer el crimen.

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La Teja

amanecía conmocionada el domingo 26 de julio por el doble homicidio de Nahuel Miranda y Rodrigo García, los jóvenes de 16 años que fueron ejecutados a la salida de un cumpleaños de 15. Pero mientras la impotencia, el dolor y la indignación corrían por las calles del barrio, en otro lugar sucedería algo que sería clave para esclarecer el crimen: un contacto telefónico.

“Yo le quería encajar (disparar) igual, a lo primero fui para el evento”. Ese era parte del mensaje que un adolescente de 18 años le enviaba a su novia cuando ya García y Miranda habían sido asesinados. Este joven de 18 años se refería a que había estado en las inmediaciones del cumpleaños de 15 donde estuvieron las víctimas de 16 años antes de ser ejecutados en la madrugada de ese domingo. “Después me vine, me puse a hacer videos, llamadas ahí y ta... Después corte que los gurises vinieron a pedirme el fierro (el arma), les di el fierro y ta... Pasó todo eso”, continuó diciéndole a su novia. Estos mensajes fueron claves para que la Fiscalía de Homicidios de 3er Turno, a cargo de la fiscal Adriana Edelman, pudieran resolver una parte del doble homicidio: de dónde salió el arma que terminó con la vida de los dos adolescentes.

Según indicaron fuentes de la investigación a El País, ese joven de 18 años, que ya fue acusado por el crimen, negó haber tenido algo que ver con el homicidio ante la fiscal Edelman. De todas maneras, los mensajes que la Policía Científica pudo analizar del celular que se le incautó cuando lo detuvieron, fueron decisivos para poder acusarlo por coautoría de homicidio muy especialmente agravado.

“Yo le quería encajar al Nahuel Miranda, igual sabía, los gurises desafinaron mataron a los dos ahí en el lugar pero ta, no hay vuelta atrás igual… Bueno ahora hay que fumar un porro por ellos y festejar, fue horrible”, finaliza el audio que envió el acusado. Según se desprende del dictamen fiscal divulgado por la Fiscalía General de la Nación, Edelman entendió que este adolescente deberá responder por el homicidio porque cooperó con el crimen al entregar el revólver calibre 38.

Velorio de uno de los jóvenes asesinados en La Teja. Foto: Leonardo Mainé
Velorio de uno de los jóvenes asesinados en La Teja. Foto: Leonardo Mainé

“El autor material del hecho nada podría haber hecho esa madrugada de no haber sido por esta cooperación fundamental que fue nada más ni nada menos que la entrega del arma homicida. Otra hubiera sido la historia para los dos jóvenes”, argumentó Edelman.

En una audiencia judicial que tuvo lugar el pasado sábado se dio lugar al comienzo de la investigación penal contra este adolescente. Mientras continúa la indagatoria deberá permanecer 180 días en prisión preventiva. Este joven había sido detenido el jueves 30 de julio luego de cinco allanamientos en La Teja. Los investigadores de la Zona Operacional IV de la Jefatura de Policía de Montevideo (Cerro, La Teja y barrios aledaños) realizaron este procedimiento para dar con el autor material del crimen, con la persona que disparó contra los adolescentes. Esta persona que aún no fue detenida, según indicaron fuentes policiales a El País, está totalmente identificada y pesa una orden de detención en su contra. La Policía viene tras los pasos de esta persona y trabaja intensamente para poder capturarlo. El homicida y un menor de edad fueron a la casa del ahora acusado a buscar el arma para luego ejecutar a Miranda y García.

En el marco de los cinco allanamientos que se habían realizado en La Teja también había sido conducida a declarar la novia de quien envió los audios. Luego de declarar ante Fiscalía quedó en calidad de emplazada. También había declarado un menor por propia voluntad. Para resolver cómo habían conseguido el arma homicida, la Fiscalía contó con la declaración de siete testigos reservados.

Además se indagó a todos los que estuvieron con las víctimas al momento que les dispararon.

Preguntaron sus nombres y luego les dispararon

Nahuel Miranda, que jugaba en las formativas del Club Atlético Progreso, y Rodrigo García, quien había jugado en Uruguay Montevideo, salieron del cumpleaños de 15 cerca de las 6 de la mañana. Con ellos iba un grupo de aproximadamente seis personas. Cuando comenzaron a caminar por el barrio dos personas comenzaron a seguirlos.

Al llegar al cruce de las calles Gobernador del Pino y Aurora estos hombres se acercaron a uno de los adolescentes y le preguntaron: “¿Vos sos Rodrigo?”. “Sí, soy El Totito”, respondió el joven. Sin mediar palabra uno de ellos le disparó en la cabeza. Luego de eso giró y disparó tres veces al cuerpo de Nahuel, quien murió por herida de tres proyectiles de arma de fuego y Rodrigo por una herida por proyectil de arma de fuego. La hipótesis principal del móvil del crimen es un vínculo afectivo. Según explicaron fuentes policiales a El País una de las víctimas tuvo relación con la novia del hombre que los asesinó.

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