El truco del doctor Alberto Sanagustín para controlar el hambre: ingerir esto antes de comer puede marcar la diferencia

El médico de familia Alberto Sanagustín recomienda consumir un puñado de almendras con piel antes de las comidas. Este fruto seco aporta proteínas, fibra y grasas saludables que ayudan a saciarse y a estabilizar el azúcar en sangre.

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Foto: Freepik

Redacción El País
La sensación de hambre descontrolada es un problema común que muchas personas enfrentan a diario. Para quienes buscan una solución práctica y saludable, el médico de familia Alberto Sanagustín compartió un consejo simple a través de un video en su cuenta de Instagram: comer un puñado de almendras con piel unos 15 minutos antes de las comidas principales.

Según explicó, este hábito actúa como un freno natural al apetito, ya que las almendras generan saciedad, estabilizan los niveles de glucosa y evitan los picos de insulina que suelen estar asociados al consumo de alimentos ultraprocesados o azucarados. De esta manera, ayudan a controlar el “picoteo” entre horas y a mantener una alimentación más equilibrada.

Las almendras se destacan por ser uno de los frutos secos con mayor cantidad de proteínas, con aproximadamente 6 gramos por cada 28 gramos de porción, una cifra comparable a la de los pistachos.

Este aporte resulta clave para quienes realizan ejercicio de manera regular o para las personas que, con el paso de los años, buscan conservar su masa muscular, un aspecto que suele volverse más desafiante con la edad.

Pero sus beneficios no se limitan a la saciedad o al cuidado de los músculos. Las almendras también contienen grasas saludables que protegen la salud cardiovascular y una variedad de minerales esenciales como calcio, magnesio, potasio, fósforo, hierro, zinc, cobre, manganeso y selenio. Todos ellos participan en procesos vitales como la formación de huesos, el equilibrio electrolítico y la producción de energía.

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Foto: Unsplash.

Otro de sus puntos fuertes es su riqueza en vitamina E, un antioxidante natural que protege a las células del daño oxidativo, refuerza el sistema inmunológico y contribuye al cuidado de la piel. Al combinarse con flavonoides y otros compuestos bioactivos, las almendras ejercen además un efecto antiinflamatorio y neuroprotector. Estudios recientes sugieren que su consumo regular podría colaborar en la prevención de enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la demencia.

La fibra presente en este fruto seco también juega un papel importante en la salud digestiva, ya que favorece el tránsito intestinal y ayuda a mantener una microbiota equilibrada. Al mismo tiempo, aporta un efecto prolongado de saciedad, lo que convierte a las almendras en un aliado ideal dentro de una dieta pensada para controlar el peso corporal.

No obstante, los especialistas advierten que, como en todo alimento calórico, la clave está en la moderación. El nutricionista Raúl Zamora recomienda limitarse a un puñado de almendras al día, lo suficiente para aprovechar sus propiedades sin excederse en calorías. En este sentido, la evidencia muestra que un consumo moderado contribuye a mantener el peso estable e incluso a prevenir aumentos a largo plazo.

En definitiva, las almendras representan mucho más que un simple snack: son una fuente de proteínas vegetales, fibra y grasas saludables que ayudan a controlar el hambre, mejorar la salud metabólica y proteger el corazón, los huesos y el cerebro. Como afirma Alberto Sanagustín, incorporarlas en el momento adecuado puede ser un truco sencillo y efectivo para mantener a raya esa sensación de hambre que tantas veces parece incontrolable.

En base a El Tiempo/GDA

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