Uno de los mayores mitos del mundo fitness: qué hacer y que no para tener un abdomen plano

Entrenar el core es clave, pero no se trata solo de hacer abdominales; conocé cuáles son las ideas erróneas que circulan en redes sociales y cómo mejorar tu salud.

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Mujer con abdomen plano.
Foto: Freepik.

Redacción El País
En redes sociales abundan los desafíos que prometen un abdomen plano en pocos días. Videos con títulos como “core perfecto en una semana” o “entrena así y consigue tu vientre soñado” se multiplican en TikTok, Instagram o YouTube. Pero detrás de esos mensajes virales hay algo más profundo: la obsesión contemporánea por la imagen y la creencia de que la apariencia física es sinónimo de salud.

El abdomen plano se ha convertido en un símbolo de disciplina y atractivo, más que en un verdadero indicador de bienestar. Aunque esta zona refleja la proporción entre masa muscular y grasa, no necesariamente representa una buena salud integral. De hecho, cada cuerpo cumple funciones diferentes y necesita cierto nivel de grasa para proteger órganos vitales y mantener un metabolismo equilibrado.

Un hombre haciendo una plancha.
Un hombre haciendo una plancha.
Foto: Pexels

Los falsos atajos del “vientre perfecto”

Las redes sociales han popularizado mitos que pueden ser peligrosos. Algunos de los más frecuentes son creer que los abdominales eliminan la grasa localizada, que sudar más o usar fajas ayuda a quemarla, o que los jugos “detox” y los tés milagrosos desintoxican el cuerpo. Nada de esto tiene respaldo científico. Tampoco lo tienen las dietas extremas que prometen perder varios kilos en pocos días, ya que suelen provocar pérdida de masa muscular y desequilibrios metabólicos.

Entrenar el core es clave, pero no se trata solo de hacer abdominales. Este conjunto de músculos estabiliza la postura y mejora el rendimiento, por lo que debe trabajarse junto con rutinas de fuerza, ejercicios de cuerpo completo y buena técnica.

Mujer haciendo abdominales
Mujer haciendo abdominales
Foto: Unsplash

Lo que realmente funciona

El camino hacia un abdomen saludable combina tres pilares: alimentación equilibrada, entrenamiento constante y descanso adecuado. Los ejercicios de alta intensidad (HIIT) y el trabajo de fuerza son los más eficaces para reducir grasa y tonificar. Sin embargo, el descanso, la hidratación y una dieta rica en proteínas, fibra y alimentos naturales son igual de determinantes.

Reducir procesados, controlar las porciones y evitar dietas restrictivas ayuda a mantener el metabolismo activo. En cambio, comer de forma irregular, hidratarse poco o abusar de bebidas azucaradas puede sabotear cualquier esfuerzo.

Dormir bien y manejar el estrés son piezas que muchas veces se olvidan. El sueño permite que el cuerpo se recupere y regule hormonas, mientras que el exceso de cortisol —la hormona del estrés— favorece la acumulación de grasa abdominal. La genética y la edad también inciden, por lo que compararse con otros carece de sentido: cada cuerpo tiene su propio ritmo.

Lograr un abdomen definido no depende de una rutina viral ni de un producto milagroso. Requiere constancia, equilibrio y metas realistas. El objetivo debería ser mejorar la fuerza y la salud metabólica, no solo verse bien frente al espejo. Con un plan de entrenamiento progresivo, una alimentación ajustada y hábitos sostenibles, los cambios comienzan a notarse en unas semanas, pero los resultados duraderos llegan cuando el bienestar se convierte en parte del estilo de vida.

En base a El Comercio/GDA

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