TENDENCIAS

Un viaje de paseo a Cuba en 2017 le marcó el camino laboral a Joaquín Rodríguez Sparpaglione (33 años). Hasta entonces era un trabajador independiente volcado al diseño gráfico que intercalaba con trabajos de temporada, como ser en la gastronomía en hotelería.

“Había dejado de trabajar hacía un tiempo y estaba buscando qué hacer. Entonces en ese viaje empecé a ver diseños de cerámicas que no había visto por acá y me pareció una buena idea para mantener ese tipo de diseños y tantos otros que hay de diferentes lugares. Me pareció interesante intentar resaltar eso que ya no se ve tanto”, cuenta a El País.

Buscando en las calles algo que pudiera gustar se le fueron disparando otras ideas.

Comenzó por replicar o redibujar diseños ya conocidos, lo que lo llevó a investigar y darse cuenta de que había mucha historia detrás de esos objetos de cerámica, que existían corrientes y movimientos y mucho arte por descubrir.

Se sintió especialmente atrapado por los azulejos que no eran uruguayos y que llegaron al país en la época de la Colonia y también mucho después, caso de principios del 1900.

“Como los azulejos Pas de Calais, que son franceses y aparecen en aljibes, pasajes interiores de las casas, patios internos”, señala.

De todas formas siempre trató de ir por lo diferente, que quizás algunas personas identifican pero otras no.

“Busco lo que llama la atención, tiene una historia detrás o algo lindo de contar”, apunta. De ahí el nombre elegido para su emprendimiento: Azulejos Únicos.

La búsqueda dio sus frutos y hoy puede decir que se dedica fundamentalmente a este mundo del azulejo, matizando con algún trabajo ocasional en otro rubro.

Confiesa que su formación proviene de unos pocos cursos básicos de diseño, lo demás ha sido todo autodidacta. “Y en una época en la que todavía no estaba tanto el YouTube”, aclara.

Joaquín montó el taller en su casa de Sayago y desde hace un par de años cuenta con la ayuda de su padre, que lo asiste más que nada cuando hay que hacer ferias y no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo o en la parte de organización.

“El diseño y el montaje de los azulejos lo hago todo yo”, explica sobre la labor que desarrolla con los azulejos en blanco que le compra a un distribuidor.

A partir de ahí surgen todo tipo de objetos: imanes, posavasos, colgantes para la pared en distintos tamaños, apliques para revestimientos, detalles en cerámica para algún lugarcito de la casa y mucho más.

En varios de los objetos que integran la oferta hay mucho aporte de la gente. Eso ha desembocado en que a los clásicos azulejos les haya sumado diseños más modernos que tienen que ver con viñetas, historietas, personajes de cómics, artistas famosos, afiches de algún Mundial… la creatividad o las ideas no tienen límites.

“Me pasaba que yo mostraba diseños viejos y venían y me hacían encargos más personalizados. Ahí vi la posibilidad de cortar la cerámica y hacer historietas. Escuchar a la gente hizo que el emprendimiento creciera en base a ideas propias y de cosas que me comentaban”, destaca.

Cuenta que las caricaturas se han vuelto un clásico entre sus clientes, así como los personajes de la música o las historietas de Mafalda.

En cuanto a los trabajos por encargo, pueden ser pedidos por unidad (imanes, posavasos) o ser revestimientos completos que se encargan por metro cuadrado y pueden incluir diseños personalizados.

En todos estos años ha hecho varias ferias, entre las que se encuentran Ideas+, la más reciente Semana de la Cerveza, Tristán Narvaja, Villa Biarritz, ferias en el Parque Rodó y la Feria de los Artesanos de Punta del Este.

Ahora se está preparando para debutar en la Feria de la Construcción que se celebra a mediados de mayo en el predio de la Expo Prado.

“Voy a ver si podemos dar ese pasito de mostrar esto a personas que quizás no están donde yo estoy presente siempre. La idea siempre es buscar hacer cosas que puedan integrarse al lugar al que voy, además de lo que suelo producir”, detalla sin querer adelantar mucho lo que hará para este evento. “La idea está en desarrollo”, es lo único que informa.

Joaquín destaca que siente que a la gente le gusta lo que hace, que notan que es “algo que interesa, que es curioso. Gracias a comentarios o lo que uno ha visto se pueden rescatar cosas que no solo son réplicas de azulejos viejos, sino también cosas que tienen que ver con algo que se ha perdido. Queda bueno, es un lindo objeto y al mismo tiempo una imagen que ya es difícil de encontrar”, concluye sobre sus Azulejos Únicos.