SOLIDARIDAD

La pandemia por el nuevo coronavirus dejó cuatro cosas claras para Flavia Sola: “Precios abusivos, falta de rotulado, personas con una gran necesidad de acceso a los alimentos y que estamos olvidados”. Hacía referencia a los celíacos, aquellos que tienen algún tipo de intolerancia al gluten, esa sustancia formada por proteínas que se encuentra en la semilla del trigo y de otras gramíneas como centeno, cebada y avena.

Se estima que en Uruguay hay unos 34.000 celíacos. Flavia Sola, Lili Cazaban y Andrea Quintana saben que solo pueden abarcar a un pequeño porcentaje pero, con todo, trabajan para sobrepasar una meta que se marcaron en marzo: repartir en el año 5.000 canastas 100% libres de gluten. No están lejos de conseguirlo: ya llevan entregados 2.560 paquetes con aproximadamente 10 productos aptos para celíacos.

“En los casos donde detectamos niños vulnerables hemos entregado dos canastas. Vamos a tener que remar un poco más porque queremos entregar 2.600 más y así cubrir el país dos veces”, dijo Sola. La ayuda que arman las voluntarias en base a donaciones de empresas y colaboraciones solidarias se reparten en 17 departamentos del país. No llegan a Cerro Largo y San José porque no se les ha facilitado un censo aproximado de cuántos celíacos necesitan este recurso.

El valor de la canasta es de $ 600. Sola explicó que han conseguido muchos productos al costo; de otra forma, ese valor sería superior. Las opciones sin gluten se venden en plaza hasta cuatro veces más caras que sus similares con trigo. Por ejemplo, en el paquete se incluye un sobre de cocoa de 250 gramos que en los supermercados es adquirido por $ 140 pesos. “En muchos lugares del interior, por ejemplo, en Florida, han llegado a querer cobrar $ 400 por un kilo de harina de arroz”, indicó.

La Asociación Celíaca del Uruguay (Acelu) ha calculado que la compra de productos básicos libres de gluten ronda los $ 6.000 mensuales en base a los precios actuales.

“La celiaquía es un gran negocio”, lamentó Sola.

Por cada $ 300 donado a Canastas para Celíacos (emprendimiento que se generó dentro de Canastas UY), el equipo arma un paquete que satisface tres días de alimento para una familia de cuatro personas. Incluye harinas, panes, galletas, barritas, tostaditas, además de la cocoa y otros alimentos. Un debe para Sola es que no se pudo agregar leche en polvo porque no hay ninguna que asegure que se evita la contaminación cruzada en su preparación o fraccionamiento.

El único tratamiento que requiere esta enfermedad es una alimentación libre de gluten. Los productos identificados con una espiga de trigo con una cruz son, en su mayoría, importados, lo que contribuye a que su precio sea más alto.

No obstante, la selección de productos no solo debe reducirse a los alimentos. Otras manufacturas contienen gluten y no están etiquetadas de forma correcta. “Hay pastas de dientes, champús, medicamentos, lápices de labios o plasticina con gluten. Hay gente que tiene reacciones alérgicas. Necesitamos el rotulado”, afirmó Sola en diálogo con El País.

El objetivo para Canastas para Celíacos es continuar en actividad, por lo menos, hasta diciembre, dado que avizoran que habrá familias que necesiten de la ayude por la crisis económica provocada por la COVID-19.
Por tal motivo, están abiertas las vías de colaboración para depositar $ 300. Estas son: Banco Itaú Caja de Ahorros en pesos Nº 3870717; Abitab Colectivo 109540; RedPagos Colectivo 72460. Siempre hay que poner la referencia “Celíacos”.