Redacción El País
En la mañana del jueves, Nacho Álvarez abrió un extenso descargo en La Pecera (Azul FM) dirigido a sus oyentes de la colectividad judía. Comenzó aclarando que siempre defendió la posibilidad de hacer chistes de todo tipo —“de judíos, de gallegos brutos”— y que el humor, para él, es “una válvula de escape”. “Una cosa es eso y otra muy distinta la discriminación y el insulto”, subrayó antes de advertir que circulaba un fragmento de su programa “editado y descontextualizado”.
Pero antes de entrar en detalles, apuntó directamente contra una persona famosa: "Vos sabés de quién estoy hablando, te conoce mucha gente". Aunque sin dar nombres, contó que esa figura pública fue la primera en enviarle un mensaje ofensivo creyendo en la versión editada del audio.
“Te contesté bien y con respeto porque te conozco. No me contestaste nada, me clavaste el visto. Te volví a mandar otro mensaje con capturas y las amistosas y reconciliadoras respuestas de gente de tu colectividad, y seguís sin contestarme. Demostrame que estás a la altura que yo creía que estabas”, lanzó.
¿Qué pasó con el chiste de Nacho Álvarez?
El periodista se tomó su tiempo para explicar el origen de la polémica. Contó que todo empezó cuando recibió un mensaje privado en X de un oyente que decía estar indignado por haber escuchado el chiste: “¿En qué se parece una pizza a un judío?”.
“Te envío mi comentario en privado y no en forma abierta. Te agradezco que me digas el motivo que te llevó a hacer esto y las disculpas del caso si así considerás que así debe hacerse”, le escribió el oyente.
Álvarez mostró en cámara la conversación y su respuesta: “Muchas gracias, pero no te entiendo; se ve que no me escuchaste”. El interlocutor admitió que no había oído el programa completo, sino un audio enviado por WhatsApp que se cortaba justo después del chiste, donde Álvarez remataba: “Que la pizza no araña las paredes del horno”.
“El que cortó eso sí es un hijo de puta”, expresó el periodista sin reparos. “Lo que hice fue leer un mensaje que me habían mandado pensando que era un chiste boludo. Y en cuanto terminé, dije que me parecía terrible”, se excusó.
Luego reprodujo la grabación del momento. Allí, Leonel García, reciente incorporación al programa, preguntaba si los chistes de judíos solo podían hacerlos judíos. Bernardo Wolloch, integrante del equipo, respondió que no estaba de acuerdo con la corrección política y que reírse de uno mismo era sano. Entonces leyeron mensajes de la audiencia, entre ellos el polémico. “No, ese es un chiste antisemita”, reaccionó Wolloch, y Álvarez canceló de inmediato la lectura.
Al volver, siguió con su relato: “Cuando leo todo, digo: ‘Esto sí que hay que cancelarlo’”, se explayó.
Contó que recibió otro mensaje de un allegado que le expresó su dolor y anunció que daba por terminada su relación con él. Álvarez le respondió recordando que su primera monografía en facultad había sido sobre el Holocausto y que había dedicado informes en Santo y Seña (Canal 4) al tema.
Le dijo que igualmente haría una aclaración porque no podía permitir que lo pusieran “en un lugar donde nunca había estado ni estaría”. “Respecto a lo nuestro, tenés todo el derecho de hacer lo que te parezca”, le dijo. Minutos después, esa persona lo llamó y se reconciliaron.
Finalmente, relató que el propio oyente que había enviado el chiste le escribió para pedir “mil disculpas” a él y a la audiencia. “Más vale tarde que nunca. Esto generó que él tomara consciencia y pidiera disculpas a toda la colectividad judía. Es la mejor forma de cerrar este capítulo”, concluyó.
-
Carzolio: la pelea con Nacho Álvarez, un consumo que lo afectó y lo cerca que estuvo de ser futbolista
Victoria Rodríguez y Raúl Castro se cruzaron al aire y se dijeron de todo: "¿Dónde está la bravura?"
Tras ser multado tres veces en ruta, Nacho Álvarez encabeza reclamo ante Carlos Negro por sanciones "ilegítimas"