El insólito pedido de una figura de Canal 4 a su pareja en pleno trabajo de parto: “Hasta vergüenza me da”

Redacción El País
La comunicadora en cuestión es panelista de Algo Contigo (Canal 4), mamá de dos niños —Ciro y Bruna— y está casada con un actor. Además de su trabajo en los medios, comparte en redes sociales contenidos sobre maternidad, crianza y vínculos, convirtiéndose en una referencia para muchas mujeres que atraviesan las mismas etapas. A esa faceta se sumó recientemente su primer libro, Parir(me), una guía sensible donde mezcla información, testimonios y vivencias sobre la transformación que implica convertirse en madre.

Se trata de Anahí Lange, quien fue invitada a Algo que decir, el ciclo que conduce Pablo Fabregat por Teledoce, donde sorprendió al contar una anécdota inédita: "No está en el libro. Hasta vergüenza me da", dijo entre risas.

Todo ocurrió durante el trabajo de parto de su segunda hija, Bruna. “Lo empezamos en casa, un poco rápido. Estaba Alicia, la doula, y mi marido (el actor Sebastián Rebollo)”, comenzó relatando.

“Él estaba trabajando, lo llamé y le dije: ‘Mi amor, se viene Bruna, venite’. Era un 30 de diciembre. Cuando llegó, yo ya estaba en trabajo de parto, y no se sacó la remera. Las remeras del trabajo de Seba —que ahora las cambió— no eran de algodón, eran de poliéster, y yo necesitaba sentir cosas lindas cuando él me abrazaba o me hacía masajes. Sentía ese poliéster que me daba calor”, recordó entre risas.

En ese momento, y pese a la intensidad del proceso, la comunicadora decidió parar todo y hacerle un pedido inesperado. “Le dije: ‘¿Te podés cambiar la remera?’. Y la doula lo miró como diciendo: ‘Hacelo, yo que vos no le discuto’”, contó divertida.

Foto: redes sociales

Finalmente, el actor accedió al inusual pedido y se puso otra remera, una “hermosa” que tenía un significado especial para ambos. “Era una de cuando fuimos a Bahía con la panza”, agregó.

Lange aclaró que no se trató de un capricho estético, sino de una necesidad emocional o sensorial. “No era que quería que estuviera lindo, sino que necesitaba sentir algo un poco más placentero en ese momento. Era algo más intuitivo”, cerró.