Son nombres prestigiosos de la música brasileña y regresan a Uruguay para un encuentro inédito en Medio y Medio

Paulinho Moska y Maria Gadú se presentan, por primera vez juntos, en el famoso festival de Punta Ballena. Antes del reencuentro con el público uruguayo, la dupla habló en exclusiva con El País.

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Paulinho Moska y Maria Gadú.
Paulinho Moska y Maria Gadú.
Foto: Cortesía Paulinho Moska y María Gadú.

"Brasil es autofágico. Comemos lo que producimos, nos alimentamos de nosotros mismos por la magnitud de cosas que tenemos. Pero Moska, a través de la música, me mostró la pluralidad de Latinoamérica y la profundidad de Uruguay”, dice la cantante y compositora Maria Gadú mientras mira a Paulinho Moska con cariño. Son amigos hace 15 años y desde este vínculo construyen una alianza musical que desembarca hoy y mañana en el Festival Medio y Medio. Quedan entradas para la cita del martes en Redtickets.

Desde Rio de Janeiro, la dupla hace una pausa en su primer ensayo para charlar en exclusiva con El País vía Zoom. “Es la primera vez que vamos a hacer un show juntos, así, entero. ¡Qué bueno que sea justo en Uruguay!”, dice Moska entusiasmado. “Tendremos sólo tres ensayos. Para mi es importante que sea de esta manera, que se sienta espontáneo”, complementa quien, en 2023 compartió escenario con Martinalia y ya es visitante asiduo del festival de Punta Ballena.

En los casi 60 minutos que dura esta charla se nota, en la mirada, en las palabras y los gestos de ambos, una admiración y cariño mutuo. Cuando Moska, por ejemplo, recuerda cómo conoció a Gadú, cuenta esto: “Fue en un show en Recife, estaba en mi camerino aprontándome, pero cuando empecé a escuchar aquella voz me quedé encantado. Es claro que todo artista necesita construir su obra, pero están los que llevan el fenómeno dentro de si mismos. Gadú es este tipo de artista y aquel día lo supe”. Acá, algunos fragmentos de esta charla.

—Gadú, en 2019 hiciste una pausa en la música para estudiar, recorrer Brasil y dedicarte al activismo por la causa indígena. Me acuerdo que el anuncio agarró a mucha gente de sorpresa. ¿Cómo se dio la decisión?

— Dentro de mis planes con la música, el éxito nunca fue mi objetivo. Soy de procesos lentos, me tomo siete años para hacer un disco. Imaginate: estudio historia (se ríe). Tengo problema con las cosas demasiado rápidas. Sin embargo, todo lo que me ha pasado en la vida con relación a la música, fue muy rápido. Y yo no estaba preparada para la exposición y presión que llegó. Además, vengo de una realidad muy pobre en la que rechazar trabajo es casi una herejía, entonces la carga era muy grande y eso de hacer shows todos los días me enfermó. No me daba el tiempo para hacer otras cosas que para mi son importantes. Entré en una depresión profunda y salir de ese lugar solo fue posible proponiéndome a hacer las cosas que quería, como estudiar. Pero claro, cuando decís que vas a parar en “el auge”, recibís críticas, la gente te dice: “quizás eso no vuelva”. Pero qué importante es poder decir que el “auge” es mi felicidad, eso es lo que importa.

—Moska, a ti te pasó algo parecido...

— Sí, tenía 20 años. Realmente la exposición es muy cruel, porque hay un mercado que te exige. Estuve 13 años en una discográfica, luchando con eso y luego decidí construir mi carrera de manera independiente. Es una decisión difícil porque renuncias a muchas ventajas, e incluso pueden entender como ingratitud de tu parte, pero es una elección fundamental para el desarrollo de la obra como sinónimo de vida. Y creo que eso es muy importante: la obra de un artista no son los objetos que produce, es el proceso que se establece para que estos objetos sean creados. Por eso tengo una admiración gigante por Gadú, hacer esa renuncia y partir para otras aventuras la transformó y el artista necesita de transformación, si no pasas una vida definido por una única cosa.

—¿Qué más te marcó de este período en que estuviste recorriendo el país?

— Gadú: Lo que más me cautivó, y creo que es algo que no se agotará, es la pluralidad de “brasiles” que existen. Creo que se ha creado una imagen estándar de los indígenas, pero es impresionante y emocionante ver la diversidad de pueblos que hay. En la selva las fronteras están mapeadas por cuestiones incluso espirituales, y ves que en un área de ocho kilómetros hay distintas lenguas y cosmovisiones. Es imposible para nosotros concebirlo dentro de un razonamiento lógico contemporáneo.

En una entrevista reciente Moska dijo que mudarse a Uruguay era una opción si el resultado de las elecciones hubiera sido otro. ¿Cómo analizan el escenario ahora en el país?

— Moska: Creo que mudarse a Uruguay era un plan de mucha gente (se ríen). Hoy tenemos un gobierno coherente con la idea de un Brasil diverso y de luchar por la igualdad. Sin embargo, los cambios no son simples. Son acciones que tardan décadas en llegar. Pasar por estos últimos años fue traumático. Ahora estamos viviendo una etapa de reconstrucción.

— Gadú: Hay un gran alivio, pero nadie cambia el juego de la noche a la mañana, por eso hay una gran presión y eso nos pone un poco ansiosos. El daño es muy grande, no fueron solo cuatro años de Bolsonaro, las cosas comenzaron a estropearse antes. Son 10 años que venimos perdiendo cosas sagradas, como el Ministerio de la Cultura, que había desaparecido.

—Ambos ya visitaron Uruguay muchas veces; son parte del grupo de artistas que logró traspasar las fronteras. ¿Cómo sienten la relación con el público de acá?

—Moska: Siempre digo que soy un carioca melancólico, que es como un uruguayo (se ríe). Las amistades que hice ahí me revelaron algo que llamo “melancoliberdade”, que es una liberación a través de la melancolía. Uruguay me enseñó a ser profundo, liviano y convertir mi propia melancolía en libertad. Y con el público se ha ido construyendo una intimidad. Es verdad que es distinto, pero también es bueno llegar a un teatro lleno y ver a las personas en silencio, solemnes. Nos ofrece la oportunidad de encarar nuestro trabajo de una manera distinta.

— Gadú: Siento que hay un acercamiento y una disponibilidad en recibirnos. Y sin cobrarnos eso que a veces sentimos en casa: la urgencia de tener novedades todo el tiempo. Aquello que está siendo presentado es respetado, y eso me parece magnífico. Existe un respeto a lo que se entrega, existe un respeto incluso a la repetición. El público es calladito pero cuando se levanta a cantar sentís que estás en un estadio. Y es por esa solemnidad que existe acá.

—¿Cómo armaron el repertorio de ese encuentro inédito?

— Moska: Haremos un espectáculo con canciones de maestros como Gilberto Gil, Milton Nacimento y Caetano; con temas de Gadú que amo y canciones mías que ella eligió. Habrá novedades: temas que nunca cantamos ni solos, los vamos a cantar juntos. Y Gadú, desde sus experiencias, va a llevar un Brasil que no es el turístico, el de la postal, pero es un Brasil que merece mucha atención. Así que creo que vamos a ir con un show de muchos “brasiles”.

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