"A fin de cuentas, lo único que resiste a los efectos del tiempo son los recuerdos y los momentos que nos llevamos”, dice Chano Moreno Charpentier sobre el final del show de Tan Biónica en Open Park. “Alguna vez, los que estamos hoy acá, vamos a decir: ‘Yo estuve en La última noche mágica’”.

Y si de postales se trata, la vuelta del grupo argentino a Uruguay tras casi ocho años dejó unas cuantas para la memoria. Van algunos: los cuatro músicos, justo en el centro de la pasarela, sonríen mientras juegan a transformar a “El asunto” en un candombe; la sorpresa de Chano y su hermano Bambi cuando sobre el final de “Claramente” ocurre un confuso pedido de matrimonio en el campo; y la emoción de Chano mientras ve cómo los flashes de siete mil celulares lo alumbran antes de cantar “Obsesionario en La Mayor”.

Hubo muchas más. El pogo y el canto fervoroso del público en los estribillos de “Ella”, “Ciudad mágica” y “Arruinarse”; Chano cantando un fragmento de “Uruguay nomás”, de Jorge Drexler, antes de empezar con “Lunita de Tucumán”; y el papel picado de colores y el humo que estalla sobre el final de “Vidas perfectas”.

Pero hay una que le gana al resto. Ocurrió al inicio del show del viernes en Punta del Este, durante la tercera canción del repertorio. Chano y Bambi caminan por la pasarela que corta el campo en dos durante el estribillo de “Música”, y apenas Chano tira una guiñada mientras canta la frase “Todos los días del mundo existe una forma de resucitar”, su hermano lo mira fijo y lanza un “¡Claro que sí!”. Ambos sonríen. Es que la prueba está ahí, en el escenario de Open Park.

Foto: Ricardo Figueredo.

“Esta no es la primera vez que casi me muero”, le dijo el artista a El País en noviembre de 2021. En ese momento, se había enfrentado a varias internaciones derivadas de sus adicciones. Dos años después, está de regreso con la banda con la que forjó su carrera y alcanzó la redención.

Lo que inició en marzo con un show sorpresa en el festival Lollapalooza Argentina, se convirtió en el regreso más exitoso de 2023. De seruna “última noche mágica” pasó a ser una serie de recitales agotados en los estadios de Vélez, La Plata y River. Ahora iniciaron la gira que los reencontró con Uruguay y que, además, desembarcará en el Antel Arena el 13 de abril. Sobre eso, el cantante sorprendió con un anuncio: "Los que van a ir al Antel Arena estén atentos porque sabemos que la fecha salió muy cara para los que van a ir al campo. Vamos a lanzar otra fecha con el precio modificado, como corresponde. No fue nuestra culpa, pero sépanlo". La entrada para el campo cuesta 4560 pesos; el resto de los sectores está agotado.

Volviendo al show del viernes, todo este bagaje le añade una emoción extra al reencuentro de Tan Biónica, que en 2016 había entrado en un impasse. Desde la ya clásica introducción con “Seven Nation Army”, de The White Stripes, hasta la promesa de una “noche tremenda” en “Hola, mi vida”, todo está dispuesto para la fiesta colectiva. En el concierto auspiciado por Santander, las sonrisas cómplices del cuarteto al reencontrarse con canciones como “Beautiful”, “Mis noches de enero” y “Víctimas” es la misma que la que se ve entre los grupos de amigos que se festejan cada estribillo. Es como un abrazo postergado.

“¡Qué bien que me estoy sintiendo, carajo! ¡Qué linda noche!”, grita Chano antes de cantar “Obsesionario en La Mayor”. “¡Mirá, Bambi!”, dice, soprendido ante el efecto que producen los flashes que iluminan el campo. Ese asombro se repite en el rostro de Bambi cuando mira al público corear la letra de “Pastillitas del olvido” y en el gesto de “Diega” Lichtenstein mientras desata el baile gracias a su miniset electrónico.

Foto: Ricardo Figueredo.

“Esperamos haberles mejorado la vida, aunque sea un ratito, con este show”, dice el cantante sobre el final del concierto que rozó las 20 canciones y duró casi dos horas. “La vida es ese lugar donde la mayoría del tiempo nos la pasamos esperando algo, ¿no? La vida está llena de colectivos que no llegan, de trenes que se equivocan de estación, pero tarde o temprano, la vida nos demuestra el verdadero valor de las cosas”, agrega y un grito de “Olé, olé, olé, Chano, Chano” lo interrumpe. “Me van a hacer emocionar”, dice.

Luego, retoma el discurso: “El destino es la adivinanza, Uruguay, de aquello que todavía no hicimos. No hay nada escrito para nosotros, sino que somos lo que escribimos”. Y el viernes, justo antes del final del año, Tan Biónica escribió un nuevo capítulo en su historia.