La primera escena de Sly, el documental que estrenó el viernes Netflix y funciona como retrospectiva en primera persona de Sylvester Stallone, encuentra a su protagonista parado, imponente, en su casa. Está frente a un gran ventanal y a sus espaldas hay una pared repleta de fotos. Un poco más allá hay trofeos y recuerdos de una carrera en el cine que se extiende por cinco décadas.

Dirigida por Thom Zimny (el de Elvis Presley: The Searcher y Springsteen en Broadway), la película tiene un inicio distinto al que uno esperaría de un actor de acción. Y un desarrollo: acá su estrella, que se olvida de algunas películas y momentos de su vida —sus matrimonios con Sasha Czack o Brigitte Nielsen, la muerte de su hijo Cole, las denuncias de abuso, así como las películas The Party at Kitty and Stud’s o Cobra ni se nombran—, ahonda en sus pesares, su padre y el paso del tiempo.

“Puedo sentir que me marchito, me seco”, dice Stallone mientras un ejército de empacadores guardan sus guiones encuadernados, sus figuras de acción, estatuas y recuerdos cinematográficos. Su casa es un museo a su persona y sus personajes. Stallone ha guardado todo lo que salió sobre él, incluso las grabaciones propias sobre la creación de sus papeles más memorables.

La imponente y solitaria mansión en la que se encuentra comienza a vaciarse para el cambio de vida de Stallone, quien deja su hogar en Los Ángeles para buscar nuevas aventuras en Nueva York, la ciudad que lo vio nacer.

Hay muchos momentos de autoanálisis en esta película, lo que puede sorprender a los espectadores que lo suelen asociar más a los grandes músculos que a la sensibilidad.

Es que este actor de 77 años es de los pocos que ha creado tres franquicias de acción, todas exitosas: Rocky, Rambo y Los mercenarios. Este hecho, comentado por su eterno rival y amigo, Arnold Schwarzenegger, es uno de los mayores elogios que recibe Stallone en el documental.

A lo largo de la hora y media de duración también tienen su participación Talia Shire, la inolvidable Adrian en Rocky, su amigo Henry Winkler y el cineasta Quentin Tarantino.

Foto: Rob De Martin/Netflix

Pero cuando Stallone revisa sus principales trabajos, Rocky y Rambo: primera sangre (en ambos proyectos participó en la escritura), comienzan a surgir los motivos personales que sirvieron como base para estas historias, que terminan siendo un reflejo de la relación con su padre, del sentirse marginado y de su lucha con la fama.

Claro que, al ser una visión parcial de su vida, todos los hechos son mostrados desde su mirada; no hay que entender a Sly como una biografía definitiva del actor, sino como una manera de contar la vida de una estrella.

Igualmente hay espacio para conocer algunos momentos íntimos. Se muestra algo de su niñez, de cuando pasaba horas frente a un pequeño espejo imitando voces, de la separación de sus padres y su corta carrera como jugador de polo -que terminó súbitamente luego de discutir con su padre-. También se cuenta cuando escribía guiones junto a su amigo John Herzfeld y cuando dormía en plazas, bibliotecas o cualquier lugar que le permitiera soportar el frío.

Foto: Difusión.

Están sus inicios como actor y su amistad con Henry Winkler, quien le dijo que fuera a Los Ángeles y lo dejó quedarse brevemente en su casa. A los tres días Stallone ya había encontrado un “basurero” en el Valle, “a una calle de Balboa Blvd.”, comenta.

Y está cómo sus primeros trabajos en televisión, su admiración por Marlon Brando en Nido de ratas, los vínculos familiares, las ganas de triunfar y el conocimiento de sus limitaciones como actor lo llevaron a escribir sus guiones. Así surgió el papel de su vida: Rocky.

En Sly, Stallone comparte una entrevista en la que dice que le ofrecieron 265.000 dólares para que no fuera el protagonista de Rocky, su obra cumbre. No dio el brazo a torcer y, de la noche a la mañana, aquella película lo convirtió en una estrella.

Foto: Captura YouTube

Así como está el origen de Rocky, también se cuenta el surgimiento de su otra gran saga: Rambo. Para crear el personaje se reunió con veteranos de Vietnam, quienes le dijeron historias que terminaron en el film. Como cuando John Rambo cuenta, al final, cómo le volaron las piernas a su amigo en la guerra, algo que no estaba en el guion original.

También modificó el final: “Le dije al director, esto no es bueno. No quiero que todos los veteranos de Vietnam vean esta película y se den cuenta de que no hay ninguna esperanza”, dice. Todo eso es parte del retrato de Sly.

Es que Stallone con sus logros, fracasos, luces y sombras forjó su propio camino; y verlo vulnerable, viejo y sincero en una película sobre su vida no hace mella en su estatus de estrella de Hollywood. Más bien lo humaniza.

Además de una carrera llena de éxitos, Sylvester Stallone es el protagonista de un reality disponible en el streaming Paramount+.

The Family Stallone es el título de la serie donde el nominado al Oscar junto a su esposa Flavin Stallone y sus hijas Sophia, Sistine y Scarlet muestran algo de lo que ocurre puertas adentro del hogar.

La serie se convirtió en un éxito en la plataforma y apenas una semana después de su estreno, en mayo, Paramount+ anunció que habrá segunda temporada.

Además de la vida hogareña de Stallone la serie muestra la vida de su esposa, quien también es propietaria de una empresa de cuidado corporal, y como sus hijas intentan encontrar su lugar. También aparecen algunos famosos como Dolph Lundgren o Al Pacino.