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Por Nicolás Lauber

Cuando Marvel anunció, hace 10 años, una película de Guardianes de la Galaxia, fue una decisión arriesgada. Era entendible, se trata de un grupo de personajes poco convencionales y menos conocidos. No eran Iron-Man, Thor, ni Hulk. Eran un terrícola raptado por un grupo de ladrones espaciales, un mapache genéticamente modificado y muy bueno con la tecnología, una criatura que parece un árbol y solo dice “Yo soy Groot”, un musculoso alienígena que no entiende metáforas ni indirectas, y la hija de Thanos, entonces era el gran villano.

El jueves se estrena Guardianes de la galaxia Vol. 3 de estos personajes que se convirtieron en uno de los grupos más esperados por los fanáticos del universo de Marvel.

James Gunn, quien escribió y dirigió todas las entregas, está de vuelta en el asiento del director. Es su última película para Marvel (se va para DC, la competencia), y el tono de despedida se siente desde el primer momento. El adiós es para realizador, y para buena parte del elenco. Zoe Saldaña o sea Gamora dijo que es su última vez en Marvel, y por los comentarios de Dave Bautista, o sea Drax, tampoco estará de vuelta en el futuro.

Pero también es una película de presentaciones. Por un lado el de Adam Warlock (Will Poulter), uno de los superhéroes más poderosos de Marvel quien había sido mencionado en una escena postcrédito de Guardianes de la Galaxia 2. También de un nuevo villano, el Alto Evolucionador (Chukwudi Iwuji, quien había trabajado con Gunn en la serie Peacemaker de DC). Es un villano bien definido, concentrado únicamente en crear a la civilización perfecta. El detalle que no menciona es qué ocurre con los intentos fallidos. Seguramente los grupos por el cuidado ético a los animales criticarán la película. Hay experimentos cuyo destino es bien fiero.

Pero Guardianes de la galaxia contiene un ingrediente extra que la diferencia de las otras de Marvel, tiene personalidad. No solo son aventuras y humor de esta pandilla, también aborda temas como la paternidad y la familia. En esta tercera entrega en particular, hay mucha emotividad. La banda sonora vuelve a ser magnífica, y no dude en llevar pañuelos. Los va a necesitar, y más de una vez.

El viernes se realizó una conferencia virtual con buena parte del elenco de la película, a la que asistió El País. Allí, James Gunn dijo que hace 10 años que está trabajando en esta trilogía, pero que no pensó que se convirtiera en algo cultural. “Sentí que estábamos haciendo algo diferente que el mundo estaba necesitando, una aventura espacial, así que quedé muy sorprendido cuando mis mayores esperanzas se hicieron realidad”, dijo el realizador.

Si bien para Gunn es su despedida definitiva, dijo que lo que extrañará más, estos personajes que escribió. “Les tengo mucho cariño a varios de ellos, en especial a Rocket. Voy a volver a ver a los actores, porque se convirtieron en amigos, pero ya no más a los personajes en el futuro, y eso es triste”.

En cuanto a Chris Pratt, quien interpreta a Star-Lord, comentó que su personaje ya no es el que se la pasa bailando y haciendo chistes malos. “Quill es una persona que pasa va de relación en relación. Es algo muy humano el encontrarnos en una relación, o en las filiaciones que tenemos con un equipo o una familia. Y él ha perdido”, dijo.

También Kevin Feige, presidente de Marvel Studios estuvo presente. Allí dijo que haría más películas con Gunn. ““Hacer películas es divertido, ese es el camino, aunque el destino, a veces apesta. Trabajas mucho, le película llega al cine y apesta. Pero James ha logrado hacer el camino y obtener la recompensa. Sus películas son increíbles”.

La primera película de Guardianes de la Galaxia se estrenó en 2014. Es una historia muy colorida, repleta de aventuras y humor, y con una genial banda sonora. Esos elementos la convirtieron en un éxito y marcaron el tono de las secuelas. Además, tuvo buena recepción de la crítica y terminó recaudando 94 millones de dólares en su primer fin de semana. Finalizó con 772 millones de dólares obtenidos en todo el mundo. Nada mal teniendo en cuenta que se trataba de un grupo de superhéroes menores: desadaptados que viven aventuras independientes a lo que les ocurría a los Avengers.

A la secuela, estrenada en 2017, le fue mejor, con 146 millones en sus primeros días, y 863 millones de dólares en todo el mundo. El éxito de estos personajes motivó que los Guardianes de la Galaxia tuvieran un rol importante en Avengers: Endgame, película que cerró la tercera fase del Universo Cinematográfico de Marvel.

Desde entonces pasó agua bajo el molino y Gunn, el encargado de darle un tono más divertido y descontracturado al mundo de superhéroes, fue despedido en 2018. Ocurrió luego que resurgieran viejos mensajes en Twitter que Gunn había escrito, según él en broma. A Disney no le gustaron y lo desvincularon.

Lo reincorporaron en 2019 luego que varios de los actores de la franquicia, sobre todo Dave Bautista, criticaran la decisión de Disney. Mientras tanto, Gunn no se quedó de brazos cruzados. Saltó a la rival DC y a los estudios Warner. Dirigió El escuadrón suicida que se convirtió en un éxito, la serie Peacemaker y ahora está a cargo de DC Studios junto a Peter Safran, con quien reinicia el Universo DC en la pantalla grande. Ya se apuntó uno de los títulos más esperados: Superman: Legacy, que dirigirá el propio Gunn.