Nicolás lauber
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Scott Lang es uno de los superhéroes más subestimados del Universo Cinematográfico de Marvel. Sobran los motivos: no tiene superpoderes, ni es millonario, hechicero, espía, tampoco tira flechas o tiene fuerza. Es apenas un ladrón que quiere dejar atrás su pasado criminal y estar junto a su hija, Cassie.

En el camino a esa redención y cambio de vida, el simpático Lang (interpretado por Paul Rudd) se encuentra con Hank Pym (Michael Douglas), su hija Hope Van Dyne (Evangeline Lilly), con un traje que le permite tener el tamaño de una hormiga y con eso convertirse en uno de los Vengadores.

Es verdad que en sus películas, Ant-Man, su nombre de guerra, no enfrenta a grandes villanos pero aún así ha sido clave para el desarrollo de la historia general de Marvel. En su primera película introdujo el caótico “Reino Cuántico” y al final de la segunda rescata a Janet Van Dyne (Michelle Pfeiffer) de su encierro de varias décadas en ese universo en miniatura.

Marvel Studios/Courtesy of Marvel Studios

Y el reino cuántico fue pieza clave para viajar en el tiempo y detener a Thanos, el anterior gran villano de Marvel, cuando parecía imposible revertir el chasquido que en Avengers: Infinity War que eliminó a medio universo.

Ahora se estrenó su tercera película en solitario y esta vez lo importante no es Ant-Man y su vida como héroe menor, su relación con su hija o su pareja, sino el enemigo al que se enfrenta: Kang, el conquistador, uno de los grandes villanos de Marvel de todos los tiempos desde su aparición en los cómics, en 1964.

Si Thanos, quien fue el villano de las primeras fases del Universo Cinematográfico de Marvel tuvo su introducción en Avengers (2012), Kang lo hizo en la serie Loki donde se lo llamó, simplemente, “Aquel que permanece”.

El personaje, interpretado por Jonathan Majors, es el que decide, nada menos, el destino del universo, controlando la línea del tiempo. Esto significa que la invasión a Nueva York, la destrucción de Asgard, el chasquido de Thanos y su posterior derrota (o sea toda la línea argumental hasta ahora), era todo parte de su plan.

Lo controlaba todo a través de la Autoridad de Variación Temporal (conocida como AVT), aquella burocrática oficina que parecía salida de un cuento de Mario Benedetti y se encargaba de eliminar versiones alternas de un mismo personaje.

Es difícil de explicar pero, digamos que tras su muerte -lo mató Sylvie, variante femenina de Loki- se dio inicio al multiverso. Las primeras consecuencias de algo así se vieron en Spider-Man: Sin camino a casa, y Doctor Strange en el multiverso de la locura.

Estamos, por las dudas, en la Fase Cinco del Universo Cinematográfico de Marvel, tras una Fase Cuatro atomizada en propuestas para el cine y el streaming y sin un rumbo claro. Se dedicó a mostrar las consecuencias de Thanos y presentó personajes nuevos: Ms. Marvel, She-Hulk, Moon Knight, América Chávez, Shang-Chi y los Eternals, aunque no tuvo un enemigo central, dejando a Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen), como la gran villana.

Esa fase terminó con Pantera Negra: Wakanda por siempre, que sumó más héroes: Ironheart y Namor; y cerró ese círculo de dolor que había comenzado con, tal vez lo mejor de esa fase, la serie WandaVision.

Ant Man and the Wasp: Quantumania, que se estrenó el jueves en Uruguay y el mundo es el inicio de la quinta fase que será corta (va hasta a mediados de 2024) y estará compuesta por seis películas y seis series. Eso no significa que la historia de Kang termine allí, ya que volverá para Avengers: Kang Dinasty que llegará a los cines en 2025. Y no se descartan apariciones especiales en otros ciclos.

Quantumania vuelve a contar con la dirección de Peyton Reed, quien ya se encargó de las películas previas de este gracioso personaje y ahora le incluye algunos guiños a, por ejemplo, Volver al futuro II. También regresan Evangeline Lilly, Michael Douglas, Michelle Pfeifer y suman a Kathryn Newton como la adolescente Cassie Lang, y a Majors como Kang.

A diferencia de las anteriores, Quantumania no tiene mucho humor y está más cerca de Viaje al centro de la tierra y Star Wars que de una de Marvel.

Foto: Jay Maidment

Los cinco protagonistas terminan en el reino cuántico donde encontrarán una variedad de criaturas bajo el yugo de Kang, quien destruyó sus mundos y ahora quiere escapar de ese minúsculo reino para expandir sus dominios a lugares más tangibles.

Es que a diferencia del interés de Thanos por lograr un equilibrio en el universo, a Kang solo le interesa conquistar, dominar y destruir.

La película comienza con Scott intentando sacarle el mayor provecho a su fama de superhéroe; escribió un libro con sus memorias (saldrá a la venta en Amazon en setiembre) e intenta ser un padre responsable, aunque no siempre coincide con su hija.

Gracias a un aparato creado por la nena en el sótano de su casa para comunicarse con el reino cuántico, los protagonistas terminan en ese ínfimo y peligroso mundo. Solo Janet, quien estuvo allí, sabe qué hacer para sobrevivir, y cómo escapar.

Todo eso es contado con mucho color, tal vez demasiado, más cercana a Flash Gordon que a Ant-Man. Tiene, sí, una historia entretenida que no demora en ir al grano y tiene traiciones, secretos revelados, un regreso inesperado, la aparición de Bill Murray y mucha acción.

Con sus defectos y virtudes, Quantumania vuelve a lo central del universo Marvel, una aventura con acción, superhéroes y un villano difícil de vencer que, ya se anunció, volverá. E intentará ser millones.