EFE
El ministro de Economía de España, Carlos Cuerpo, dijo este viernes que el G20 —foro que reúne a los países con las mayores economías del mundo— dio un paso importante al poner sobre la mesa la necesidad de crear un impuesto universal sobre las fortunas de los ultrarricos y pidió que ese esfuerzo continúe con la elaboración de una hoja de ruta para su futura implementación.

Según un estudio liderado por Brasil, si los cerca de 3.300 multimillonarios del mundo pagasen el equivalente al 2 % de sus riquezas en impuestos sería posible recaudar anualmente entre 200.000 y 250.000 millones de dólares para financiar proyectos de combate contra la pobreza, el hambre y el cambio climático.

Cuerpo señaló que primero debe elaborarse una base con datos sobre la renta y los activos de riqueza de los individuos considerados ultrarricos a nivel internacional y luego será necesario establecer mecanismos de cooperación para intercambiar esas informaciones e identificar las brechas que les permiten evadir impuestos.

El ministro brasileño de Hacienda, Fernando Haddad, dijo la víspera que la propuesta de Brasil para crear un impuesto universal a los ultrarricos fue aclamada por el G20 e incluida en uno de los documentos que serán divulgados este viernes, al final de la cita ministerial.

Foto: Pablo Porciuncula/AFP.

Haddad admitió que, pese a la "satisfacción" ante el apoyo recibido por Brasil, lo aprobado en Río es tan solo el primer paso de un proceso que puede durar varios años para que ese impuesto sea implementado en un acuerdo internacional.

Cuerpo admitió que ese tipo de negociaciones internacionales no son fáciles y recordó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ha tardado más de una década en la negociación de un acuerdo de coordinación en materia de recaudación para regular los impuestos pagados por las multinacionales.

"Creo que se han dado pasos muy importantes. No estamos todavía en el punto de llegada, pero hemos conseguido acordar una declaración conjunta", dijo. Agregó que confía en que las negociaciones avancen pese a la resistencia de países como Estados Unidos, que apoya la propuesta, pero considera difícil implementarla.