"El Cone" a tres años de "Gran Hermano": su banda de música, el desnudo en teatro y el duro accidente de Thiago

Redacción El País
A tres años del Gran Hermano que lo hizo famoso, Alexis “El Conejo” Quiroga es de los pocos exparticipantes que sigue dando batalla en la industria del entretenimiento. El carismático cordobés de 32 años formó parte de exitosos y jugados espectáculos teatrales y lanzó su propio proyecto musical en clave de cuarteto.

En un breve paso por Uruguay, donde fue convocado para participar del relanzamiento del restaurante de sushi Umami, el mediático habla de su vida después de la ebullición de aquella edición del reality show. Además, se refiere a su vínculo con Marcelo Tinelli y a la trágica situación que atravesó su amigo y excompañero de programa Thiago Medina al sufrir un violento accidente de tránsito. “Hubo algunos que lo usaron para tener un poco de cámara”, arremete.

-Sos de los pocos ex Gran Hermano que ha conseguido mantenerse en la industria del entretenimiento, ¿cuál fue la clave?

-Es difícil. La gente piensa que uno sale de Gran Hermano y va a ser millonario de por vida, pero no es así. Yo me enfoqué mucho en el estudio teatral y musical. Es importante no creérsela y respetar los espacios que te dan trabajo. Es cierto que cuando salís de la casa te ponen la alfombra roja en todos lados, entonces uno piensa que lo van a llamar para trabajar todo el tiempo. Pero eso no pasa. En mi caso siempre fui un buscavida y eso es lo que me mantiene.

-¿Cómo es el momento en el que esa alfombra roja empieza a aparecer menos?

-Eso pasa cuando llega un producto nuevo y el viejo deja de gustar. Por poner un ejemplo al principio yo tenía canjes de la puta madre y ahora no. Es feo porque a uno lo hacen acostumbrarse a una cosa que se desvanece. Para poder sobrellevarlo hay que tener los pies sobre la tierra. A mí ese quiebre no me pegó, pero a muchos les afectó muy fuertemente. Hay un montón de exparticipantes que contaron cómo sufrieron y otros que pasaron por lo mismo pero eligieron guardárselo para adentro de su casa.

Foto: Carlos Díaz

-Al año siguiente vos mantuviste ese nivel de exposición al participar del Bailando.

-El Bailando es más temperamental. Salís a una pista con el conductor número uno, un jurado de la hostia, una tribuna que te mira. Es un lindo quilombo.

-Hace unos días publicaste un mensaje de apoyo a Marcelo Tinelli, ¿cómo es el vínculo que te quedó con él?

-Estuvimos hablando. Tengo un vínculo hermoso vínculo con él y con “El Chato” (Prada). Con Marcelo ahora hablamos menos por todos sus quilombos personales, pero quedamos en seguir trabajando juntos. Hay un montón de proyectos sobre la mesa, aunque ahora es momento de que arregle su vida y su situación familiar. Siempre hay mensajes de cariño entre los dos. A mí me cumplió en lo económico y en lo laboral. Por eso le mandé un mensaje de apoyo y agradecimiento. No me olvido que fue una de las personas que me abrió las puertas.

-Estuviste haciendo teatro y a su vez lanzaste tu propio proyecto musical, ¿por dónde te gustaría que avance tu carrera?

-Disfruto mucho la actuación, pero los cordobeses ya nacemos con la música. Por eso si me das a elegir prefiero cantar. Firmé un contrato con Warner por tres años y voy a estar haciendo shows este verano. Todavía es difícil que la gente me asocie a la música, porque me sigue vinculando a Gran Hermano, que es un monstruo difícil de sacarse de encima. Así que cuesta, pero se hace laburando como todo.

-En teatro hiciste Sinvergüenzas y Sex, dos obras en las que terminabas desnudo.

-Sí, pero eran distintas. Sinverguenzas es una historia que tiene drama y comedia. La otra es más sexual, interactúo con la gente e incluye un desnudo completo. Yo siempre me sentí cómodo con mi cuerpo, nunca tuve pudor.

-¿Te quedó alguna anécdota de tus intercambios con el público en Sex?

-Yo tenía un monólogo en el que me tenía que sacar una prenda y quedarme en bóxer, y el día del debut me olvidé de sacármela. Entonces, cuando terminé ese segmento una chica del público se puso a gritar para decirme que no me la había sacado. Yo la llamé al escenario para que me la saque ella. Después le dije que podía tocar lo que quisiera y me agarró ahí mismo. Yo no esperaba tanto (risas).

Foto: Ruber Oroz

-¿Cómo atravesaste todo el proceso del accidente de tu amigo y excompañero de Gran Hermano Thiago Medina?

-Me pegó fuerte. Yo fui de los pocos que pudimos entrar a verlo en terapia cuando estaba en la peor situación.

-¿Pensaste que se moría?

-No. Siempre intuí que iba a salir. Y eso que lo vi en una situación trágica, postrado en una cama con todos los aparatos. Fue muy impactante. Es la primera vez que hablo de él. Me llamaron de todos lados en ese momento y por respeto no hablé. Y además me había impactado tanto que no sabía expresar lo que había visto. Thiago chocó el jueves y la noche anterior yo había hablado con él. Me costó creer lo que había pasado. Ahora está bien. Está más flaco, perdió 20 kilos. Pero está entero y con ganas de vivir, con dos hijas que lo esperan en su casa.

-¿Te molestó algo de la forma en la que se manejó el tema mediáticamente?

-Me molestó que había periodistas que avalaban información que no existía, y los compañeros de Gran Hermano que usaron lo que le pasaba a Thiago para tener un poco de cámara. Me daba bronca. Hablaban sin fundamento y sin respeto a la familia.

-¿Te referís a Alfa, por ejemplo?

-Hubo muchos. Es gente grande que tiene que tener conciencia sobre la situación que se estaba viviendo. Por suerte todo salió bien.