El remo uruguayo estará representado en el Preolímpico de Río de Janeiro que se disputará entre el 14 y el 17 de marzo. En ese marco, Bruno Cetraro, diploma olímpico en Tokio 2020, buscará asegurar su lugar en los Juegos Olímpicos de París 2024.

El remero uruguayo de 25 años que vive en Sevilla, se encuentra instalado en suelo carioca y el 4 de febrero superó los selectivos para ser el representante celeste en el single masculino y ahora espera meterse entre los cinco mejores para sacar pasaje a la gran cita de París.

En conversación con Ovación, Cetraro explicó que la competencia tendrá una fase de eliminatoria, repechaje, semifinal y final y que las chances dependerán de cuántos países se presenten. Por tratarse de una competencia panamericana, todas las naciones de América podrán sumarse, salvo Estados Unidos y Canadá que ya tienen dos embarcaciones clasificadas cada uno.

Sobre cómo viene su año explicó: “Fue llegar acá y demostrar todo el trabajo que se viene realizando y ganarse el cupo dentro de la selección. Ahora estoy enfocado en participar y el objetivo es ir a ganar. Estamos entrenando con esa meta: ganar los clasificatorios y luego prepararnos de la mejor forma para llegar a París y estar ahí compitiendo”.

Si bien el objetivo de Cetraro es asegurar la clasificación en el mes de marzo, para volver a Sevilla (España) -donde vive- para seguir entrenando, aún tendrá una chance más en mayo en la repesca mundial que se realizará en Lucerna (Suiza).

Con una trayectoria que se remonta a 2008 en el mundo del remo, Bruno destaca que su verdadero compromiso comenzó en 2014: “Son muchos años de preparación. En 2019 empezaron a darse los primeros resultados de tanto esfuerzo y seguimos trabajando para seguir puliendo, mientras vamos confiando en el proceso, trabajo en la parte física, mental y espiritual. Porque somos cuerpo, mente, alma y estamos todos en sincronía apuntando hacia el objetivo. Hay que confiar mucho en todo el trabajo y en la preparación a la hora de competir”.

La ambición de Cetraro va más allá de la clasificación: su sueño es alcanzar la gloria olímpica. Aunque es consciente de la competencia feroz, se entrena diariamente con la firme convicción de lograrlo: “La medalla siempre es el objetivo. Mi sueño es ser campeón olímpico y siempre lo será. Para eso entreno día a día. Después, si se logra o no, es otra cosa”, explicó.

Y añadió: “En estos deportes, muchas personas se entrenan, se preparan y van a dar lo máximo. Pero el sueño es ese. Las regatas son regatas, hay que correrlas y el mejor o el que esté mejor preparado en ese momento va a ser el que se va a llevar la medalla”.

El remo implica no solo desafíos físicos, sino también financieros. Bruno agradece el apoyo de sus sponsors, reconociendo que el respaldo económico es esencial para mantenerse en competencia a nivel internacional.

“Tomé la decisión de radicarme fuera del país y tengo que mantener un alojamiento o comida. Además, tengo preparadores físicos, nutricionistas y psicólogos, que suman mucho a toda la preparación. Son gastos que uno va teniendo y que se solventan como se puede. Entonces cualquier ayuda es bienvenida”, sostuvo.

De todos modos se considera un privilegiado dentro de los deportistas olímpicos: “Dentro de lo que es el remo y el deporte, soy uno de los que está apoyado, entonces tengo que agradecer lo que tengo. También reconozco que hay gente que también necesita el apoyo”, indicó.

Este viaje hacia París 2024 no es solo individual. Es parte de un proyecto que comenzó en 2015 con la llegada de Osvaldo Borchi al remo uruguayo.

La continuidad y el compromiso a lo largo de los años han sido clave para el éxito: “Tuvo mucha continuidad desde 2015 hasta ahora. Son casi nueve años y creo que esa es la clave del éxito para cualquier cosa: ponerse un objetivo, una meta, e ir trabajando”, dijo.

Bruno Cetraro se ilusiona con otra clasificación olímpica y no bajará los brazos: “De la noche a la mañana no se van a dar resultados. Si a la primera no se consiguen, no se va a tirar todo por la borda. Hay que confiar en ese proceso que va a dar frutos, estar convencidos que ese es el camino correcto y como dice el dicho: los zapallos van acomodándose a medida que la carreta avanza”.