ELIMINATORIAS

Uruguay, que aún conserva una posición de clasificación directa a la Copa del Mundo, pese a que la cuenta de puntos ganados no es la mejor en esta triple fecha, procurará sumar de visitante en el peor de los lugares: en la casa de Brasil.

En la tierra del gran favorito, del equipo que lo único que dejó por el camino son dos puntos jugando en suelo colombiano, la Celeste intentará cambiar la pisada, mejorar la imagen entregada frente a Argentina (después de sufrir el gol insólito de Lionel Messi) y dar el gran batacazo histórico. Sí, sería histórico alcanzar una victoria porque esto jamás fue posible en el camino recorrido en cada una de las fases de clasificación para un Mundial. Lo máximo que fue posible obtener fue la igualdad: en tres ocasiones.

Eso sí, los muchachos de Óscar Tabárez van a precisar que aparezcan todos sus atributos futbolísticos y anímicos. Para leerlo mejor: se necesita garra y fútbol para terminar con una historia negativa frente a Brasil por Eliminatorias y jugando de visitante.

La Celeste sabe que sumar en esta oportunidad permitirá marcar a fuego un perfil diferente. Entregará un vagón de carga positiva para todo el plantel y oficiará de plataforma de impulso para los seis partidos siguientes que le pondrán el cierre a la zona de clasificación sudamericana para Catar 2022.

Para romper la estadística el entrenador vuelve a confiar en su figura táctica más representativa y en gran medida también le adjudica la mayor responsabilidad a todos los integrantes de la vieja camada que tiene a la orden y que supieron llevar a Uruguay a la elite mundial.

Ahí están Fernando Muslera, Diego Godín, Sebastián Coates, Edinson Cavani y Luis Suárez. El único guerrero de grandes batallas que se quedará en el banco de suplentes es Martín Cáceres.

Parece ser claro que apela a la experiencia y a aquellos jugadores que tienen la piel curtida por salir de situaciones deportivas mucho más comprometidas que esta que se presenta ahora por el lugar que ocupa Uruguay en la tabla de posiciones.

Brasil, ese hueso duro de roer para toda Sudamérica, con un potencial futbolístico casi endemoniado porque parece que no hay nadie que lo pueda aguantar, obligará a la selección uruguaya a jugar un partido casi perfecto.

De aprovechamiento al máximo de las oportunidades que tenga y de cuidado extremo en la retaguardia para no ser el benefactor del ataque rival.

Los números de la Canarinha son reveladores del esfuerzo que hay que hacer. Lleva 22 goles a favor y tres tantos en contra, lo que deja al descubierto el extraordinario momento que viven los de Tite en la ruta hacia Catar, certamen al que ya están clasificados por más que haya que esperar las cuentas matemáticas más precisas.

A la hora 21:30 y en Manaos se pondrá en marcha la búsqueda de un batacazo deportivo de gran magnitud. El que solamente podrá ser lograble si el equipo es capaz de sostener el ritmo de juego que supo exhibir en los primeros 25 o 30 minutos de las últimas dos contiendas. Con garra y fútbol, se puede lograr.

Cavani-Suárez

La dupla que se entiende

La dupla ofensiva más explosiva de la historia de la Selección uruguaya, que ha sostenido en el tiempo un entendimiento fructífero, volverá a integrar el ataque de Uruguay en un partido de Eliminatorias. Frente a Brasil y en Manaos, la sociedad podría volver en toda su dimensión para quebrar incluso con una sequía importante por fase de clasificación. Es que desde el pasado 13 de noviembre de 2020, cuando ambos colaboraron en la goleada de visitante 3-0 ante Colombia, ninguno de los dos pudo volver a anotar un tanto con Uruguay. Es cierto que ambos se perdieron la triple fecha anterior, cuando Uruguay enfrentó a Perú, Bolivia y Ecuador. Y que “Edi” tampoco jugó frente a Paraguay y Venezuela en junio, antes de la Copa América, por estar suspendido. Es de esperar que la fórmula que le dio a Uruguay 18 tantos gestados entre ellos aflore nuevamente en un partido de gran trascendencia.