OVACIÓN EN BRASIL

La Celeste no tiene otra alternativa que ganar después de la derrota en el debut contra Argentina y del empate a uno con Chile, que lo tiene en el penúltimo lugar, solamente superando a su rival de turno. Como lo dijo claramente Tabárez en la conferencia de ayer, el triunfo no solo es importante para confirmar la clasificación, sino que lo es para posicionarse mejor en un grupo parejo, donde terminar en el cuarto lugar significaría -seguramente- enfrentar a Brasil, el “cuco” que tiene esta Copa América.

Si bien hay que ver en la cancha cuál será el esquema por el que se termina inclinando Tabárez, por los jugadores elegidos, todo hace indicar que será la misma táctica del primer tiempo contra los trasandinos, con la diferencia que en esta oportunidad Nández ocupará el lateral.

De ser así, Matías Vecino será el volante tapón, Federico Valverde jugará a su derecha, Nicolás De la Cruz a la izquierda y Giorgian De Arrascaeta de enganche para abastecer a Edinson Cavani y a Luis Suárez.

A pesar de las intensas temperaturas que hay en Cuiabá (se esperan 33 grados para las 18:00, la hora de Uruguay prevista para el comienzo del partido), y del poco margen entre partido y partido, Tabárez apunta a confiar en un equipo, con dos jugadores con una vocación netamente de armar juego, como De la Cruz y De Arrascaeta.

Hasta el gol de Chile, Uruguay había logrado mejorar esa faceta del juego, con intervenciones productivas del nacido en Nuevo Berlín, pero con el paso de los minutos se fueron apagando y terminaron siendo sustituidos. Hoy los dos volverán a tener la oportunidad en el 11 inicial.

Tabárez apunta con todo al duelo con Bolivia y no se guarda nada, reflejando la importancia del juego. Uruguay debe mejorar su actuación en defensa y deberá tener cuidado con un centrodelantero de envergadura de Marcelo Martins, el principal goleador de los verdes del altiplano.