El fútbol uruguayo está en alerta por la salud mental de sus jugadores. Diego Galo fue encontrado sin vida el lunes 4 de diciembre y el deporte se conmocionó por su pérdida. Santiago “Morro” García, Williams Martínez, Emiliano Cabrera y Maximiliano Castro son otros de los exjugadores que se quitaron la vida en los últimos años y los propios hechos dan cuenta de una carencia en la prevención de este tipo de tragedias. En diálogo con Ovación, Sergio “Toto” Núñez, que brilló con Cerro Largo en el Torneo Clausura, expresó sus condolencias por el fallecimiento de un colega y contó cómo salió “a flote” cuando tuvo ideas suicidas.

También dejó un mensaje para otros colegas que pueden estar pasando por una situación crítica y contó cuáles fueron las claves para su recuperación. En el plano deportivo, se mostró feliz por haber clasificado a Copa Sudamericana con el arachán y dijo que le “encantaría volver a jugar en Peñarol” en 2024.

Llegó al club tras varios meses de parate luego de una experiencia traumática en Grecia. Vendió todo lo que tenía en Uruguay para cumplir el sueño de su primera experiencia en Europa, pero desde que llegó a Larissa la pasó mal. Vivió en un hotel con paredes de papel, llegó a pedir dinero para poder comer y terminó rescindiendo contrato unos meses después. A mitad de 2023 volvió al país con seis meses restantes de contrato en Peñarol. Pero no se sentía “preparado psicológicamente” para estar en el club por la exigencia que demanda y priorizó su salud, así que quedó como jugador libre.

“A los dos meses me di cuenta de que no tenía equipo y estaba en Paysandú. Fue el momento más difícil de mi vida porque te juro que mi madre nunca me había visto llorar tanto como esa vez. Golpeaba las puertas en todos lados y no me las abría nadie”, relató con la piel erizada.

“Es un poco fuerte lo que te voy a decir, pero sinceramente quería dejar el fútbol. Tenía pensamientos muy negativos. Hace unos días también se perdió un colega del fútbol. Y yo llegué a pensar hasta en quitarme la vida porque llamás y no te atienden”, añadió el delantero.

El cambio que vivió fue brusco. De la alta exposición de un club grande al sentimiento de anonimato. “Cuando estuve en Peñarol tenía 300 amigos y muchas propuestas. Me decían: ‘Eh, venite para acá y para allá’. Pero cuando me pasó esto a mitad de año no tenía a nadie. Y todos los que yo pensaba que eran amigos o las personas que decían que me amaban, desaparecieron”.

Foto: Archivo El País.

Fueron horas de desconsuelo y falta de motivación para ir detrás de su pasión: la pelota. Pero justo en ese momento se aferró a los de siempre: sus padres y esos amigos incondicionales que cuenta con los dedos de una mano. Ellos fueron los que no lo dejaron “caer en el pozo”.

“Mi papá y mamá me veían llorar todo el tiempo y yo me preguntaba por qué hacía seis meses atrás estaba bien en Peñarol y ya no tenía dónde entrenar. Preguntaba en algunos clubes y me cerraban la puerta diciendo: ‘Ya estamos completos, para el próximo año’”.

7 a.m. en Paysandú en pleno invierno. Núñez todavía recuerda el aliento incesante de un amigo cuando él no quería levantarse de la cama. “Yo le decía que no quería entrenar y él me respondía: ‘Vamos a entrenar, dale, dejate de joder que quiero que sigas en el fútbol, que para vos es tan importante’”.

En el peor momento hubo un club que le tendió la mano. Ignacio Ordóñez, DT de Cerro Largo, lo llamó y no demoraron nada en ponerse de acuerdo. Hoy su agradecimiento es eterno para el entrenador y Ernesto Dehl, presidente del arachán. “Se portaron muy bien conmigo. Nacho Ordóñez me agarró en un momento que tenía más ganas que nunca. Tragué veneno todo el año, él me acogió como un hijo y le he respondido, que eso para mí también es importante”.

Foto: @CerroLargoFc.

Las estadísticas describen su actualidad. En nueve partidos hizo seis goles y le anularon tres. Su equipo clasificó a la Copa Sudamericana y está feliz. Tras haber superado un momento adverso, el Toto Núñez le envió un mensaje a todos los colegas que padecen alguna problemática vinculada a la salud mental: “A veces hay un amigo que uno no espera y es el que te saca a flote, yo tuve mil charlas con él y hay que hablarlo. Porque uno se encierra en su mundo y ahí es cuando comete errores. Esto es muy cambiante. En la tormenta hay que aguantar el tirón porque capaz que en una semana tenés un llamado, sale el sol y ya no ves tan fea la situación”.

Sergio “Toto” Núñez hoy se siente totalmente recuperado, está fortalecido por una experiencia que le sacó a relucir “una fuerza interior” y sueña con una revancha en Peñarol.

“En este momento estoy capacitado mental y futbolísticamente. Peñarol no tiene la obligación de llamarme, pero me encantaría que lo hicieran porque estoy bien, he hecho muchos goles”, afirmó.

Foto: Estefanía Leal.

Si bien aún no lo han contactado desde el club, remarcó que “primero está Peñarol” por encima de cualquier nombre propio. Su deseo es jugar en el mirasol en 2024. Incluso por encima de los sondeos que ya recibió del fútbol mexicano, chileno y asiático.

De todas formas, también hay otros clubes uruguayos que jugarán copas internacionales en 2024 y están interesados en contratar al Toto.

“Imagino que en las próximas semanas ya confirmaré para dónde voy. El miércoles hablé con Ernesto Dehl, me dijo que me quiere vender y quiere que me vaya para el exterior, pero a mí me gustaría estar seis meses más en un equipo de Uruguay después de la mala experiencia de Grecia, desde donde volví con más dudas que certezas”, cerró el atacante de 23 años.

El rendimiento del artillero se mide en goles y Sergio Núñez celebró cinco tantos por el Clausura. Por ese motivo, se ubica como el sexto máximo goleador del certamen, pero con la particularidad de que es el único jugador que logró esa marca en ocho juegos.

El atacante debutó en Cerro Largo en el partido ante Montevideo City Torque por la octava fecha del Clausura y lo hizo con gol. En total disputó nueve encuentros con el arachán en los que celebró seis goles, incluyendo uno por Copa AUF Uruguay. Registró un promedio de un tanto cada 118 minutos.

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