Su regreso generó mucha expectativa y se concretó en la tarde del lunes. Luis Suárez arribó a Uruguay para sumarse al plantel de Marcelo Bielsa y volver a vestir la camiseta de la Celeste con la que convirtió 68 goles que lo tienen como el máximo anotador histórico.

El Pistolero, luego de no ser convocado en las cuatro primeras fechas de las Eliminatorias, entró en la consideración del entrenador argentino que lo citó junto a otros delanteros como Darwin Núñez, Cristian Olivera y Federico Viñas pensando en los partidos ante Argentina (16 de noviembre - 21:00) y Bolivia (21 de noviembre - 20:30).

La camioneta de la Asociación Uruguaya de Fútbol se estacionó sobre las 14 horas a la espera de los integrantes de la selección uruguaya que aterrizaron en un vuelo desde Brasil alrededor de ocho minutos más tarde este lunes.

Unas 15 personas con celular, camisetas de Nacional y Gremio, se agruparon sobre una de las vallas colocadas en los accesos a la parte VIP del Aeropuerto de Carrasco, con la intención de compartir un instante con Luis Suárez, el que generó mayor interés entre los asistentes, dejando casi en el olvido a Felipe Carballo y Bruno Méndez.

Algunos pretendían una foto, otros una simple firma, mientras que los periodistas especulaban del lado de enfrente sobre lo que pasaría tras enterarse de la orden que dio la AUF para que el futbolista de Gremio no diera declaraciones.

El salteño no habló con la prensa, pero sí se detuvo varias ocasiones para complacer con la solicitud de los hinchas que esperaban para obtener un recuerdo con uno de los futbolistas más importantes de la historia de la selección uruguaya.

Foto: Leonardo Mainé.

Entre los fanáticos estaba Kimberly Brites, estadounidense de nacimiento, pero celeste de corazón, ya que no solo su padre es uruguayo; también es hincha de Luis Suárez. Juega en el fútbol de Estados Unidos y en estos momentos atraviesa una dura lesión tras sufrir una rotura de ligamentos cruzados.

Lo soñó. Lo buscó. Y lo encontró. La felicidad la desbordó y su alegría tomó forma de lágrima. Luis Suárez, su ídolo futbolístico al que imita en todo, se detuvo. Y Marcelo, su papá, estuvo allí para retratar el momento.

“Luis una foto, por favor”. Casi que suplicando, se acercó a las vallas y, tímidamente, le pidió una foto. Lucho accedió y en el momento en que se iba en camioneta la joven rompió en llanto abrazada a su padre. “Le cumplí el sueño a mi hija”, le dijo el hombre a Ovación.