Minutos antes de las 18:00 horas, Darío Rodríguez llegó al Palacio Peñarol. No entró a escondidas ni por el estacionamiento. Entró por donde ingresan los hinchas a la Tienda del club, como uno más. Pero desde ayer, el exjugador de 48 años ya sabe que no es uno más porque se convirtió en el entrenador carbonero.

Será nada menos que el estreno de Darío como director técnico principal —ya tiene experiencia y títulos como asistente— y el momento de Peñarol no es el mejor, pero eso no le importó a la hora de aceptar la propuesta del área deportiva del club mirasol porque ya sabe cómo afrontar las malas.

“Todo lo que es Peñarol me sedujo para estar acá. Los jugadores también. Y si bien van a venir futbolistas para reforzar el plantel que van a ser importantes para lo que se nos viene, hay buenos jugadores que volviendo a su nivel van a ser muy importantes para el club”, dijo el flamante entrenador en conferencia de prensa ayer en el Palacio Peñarol.

Y asumir la conducción técnica de Peñarol es uno de los desafíos más importantes para Darío Rodríguez en los últimos tiempos, sin lugar a dudas.

Foto: Estefanía Leal.

Así lo demostró con sus gestos, con sus palabras y con la emoción de estar nuevamente en el club de sus amores, pero ahora en otra función muy diferente a las anteriores.

Lo cierto es que cada nuevo desafío trae objetivos y los de Darío al frente de Peñarol son varios. El primero y principal —tal como lo dijo el director técnico en conferencia de prensa— será recuperar la confianza del plantel.

Lo anímico juega un rol fundamental en los futbolistas y este momento de Peñarol en el que el equipo se cae a pedazos, el nuevo conductor del barco deberá apostar a mejorar ese aspecto de manera inmediata.

Otra de las metas inmediatas para el flamante entrenador será la de cortar la racha adversa de seis partidos sin triunfos entre Campeonato Uruguayo y Copa Sudamericana.

El mirasol acumula dos empates y cuatro derrotas. Está último en el Torneo Intermedio y también en el Grupo F de la Copa Sudamericana, ya sin chance alguna de poder avanzar a octavos.

Foto: Estefanía Leal.

Y para buscar dejar atrás esa mala racha, otro de los desafíos de Darío será que en pocos días de trabajo, el equipo levante su nivel.

Pero no solo se trata del colectivo, sino también de varias piezas que individualmente no están rindiendo en la medida de lo esperado y eso hace que Peñarol siga acumulando malos resultados en los dos torneos que está jugando actualmente.

Son muchos desafíos y es poco el tiempo. Pero hay más. Otro objetivo será recomponer la relación entre el plantel y la hinchada, que el sábado en el Parque Viera explotó contra los jugadores luego de un pobre empate sin goles con Wanderers.

La Era Darío Rodríguez está en marcha y se renueva la ilusión en todo Peñarol.