Cuando todos iban a los cumpleaños de 15 o salían a bailar lo señalaban. “Mirá cómo falta, si no va a llegar”. Eso pensaban algunos de los gurises del Cerro cuando Gonzalo Pérez perseguía la constancia de seguir entrenando, sin imaginarse que a sus 24 años iba a levantar una Sudamericana con Lanús. “Nunca me costó faltar a esas cosas, tenía la meta fijada, pero con estos títulos uno mira para atrás y se da cuenta de que todo ese esfuerzo valió la pena”, confiesa a Ovación tras consagrarse.
“Cuando tenía 18 años y estaba en el segundo año de Cuarta, no sabía si iba a firmar contrato con Liverpool y eso en el día a día me mataba. No sabés si te va a dar, si vas a llegar, si tantos años valían de algo. Arranqué a los cuatro y en ese momento te pasa de pensar capaz que todo lo que hice no vale la pena —recuerda Pérez— pero con estos títulos vas tomando fuerza”.
"A la hora de manifestar o agradecer le pido a él"
Parte de ese esfuerzo también lo hizo su familia, sobre todo su mamá, quien, tras el fallecimiento del padre de Gonzalo, se puso el equipo al hombro criando a tres hijos. “Es un orgullo muy grande. Si bien no tengo tanto recuerdo porque fue cuando era muy chico, lo tengo muy presente siempre, a la hora de manifestar o agradecer le pido a él. Me acuerdo en todo momento y también fue una gran compañía en este trayecto de mi vida futbolística, sé del fanatismo que tenía él por el fútbol”, reflexiona.
El título también va para él. Después de una Copa complicada, en la que una de las piedras que lanzaron los hinchas de Universidad de Chile le rozó la cabeza, Gonzalo habla de campeonar como un desahogo. “Veníamos de semanas complicadas. Llegamos muchos días antes a Paraguay y manejar esa ansiedad era imposible. Pero después de que terminó el partido fue mucho el desahogo y la felicidad. Ver a parte de mi familia y mis amigos ahí en la cancha. También me comuniqué con los que estaban en Uruguay, muy emocionante”, asegura. Y aunque sus sobrinos no pudieron acompañarlo por tener la fiesta de la escuela, son de esos que cada vez que pueden le mandan videos de aliento. “Cuando volví al vestuario hice videollamada con mis sobrinos y mi hermana, estaban muy felices”.
El camino no había sido fácil, de hecho en el viaje a Chile se vivió un ambiente que el uruguayo define como “hostil”, aunque trata de sacar lo mejor de aquella experiencia en la que fueron agredidos y casi ignorados por la policía. “Nos dio más fuerza para encarar ese partido, y aunque terminamos 2-2 el no jugar con público influyó en el resultado para mayor concentración. Creo que en todo el camino jugamos muy bien, nos impusimos ante todos los rivales”.
Lanús dejó por el camino a Atlético Mineiro al vencerlo en los penales en la final pero antes lo había hecho con Fluminense en semifinales. “En el día a día no pensábamos en la diferencia con los brasileños. Tuvimos a Vasco Da Gama en fase de grupo y también le ganamos de local. El equipo fue de menos a más en todo el torneo. Mostramos mucho carácter en la fase eliminatoria y se empezó a fortalecer a medida que íbamos avanzando”.
El penal del Laucha: "Se nos vino el mundo abajo"
El Granate se había quedado en la puerta del título en 2024 y de alguna manera este tuvo otro gusto. “Para mí vale doble, el plantel en teoría es nuevo, pero la base seguía y los referentes se mantuvieron. Vale doble por todo el esfuerzo que hicimos el año pasado y estuvimos tan cerca, pero no deja de ser una copa distinta, con compañía distinta y que lo vivís diferente y lo disfrutás también diferente”, dice Pérez, a la vez que confiesa que cuando Lautaro Acosta pateó el penal, sabiendo que era el último antes de retirarse, y lo erró, se les “vino el mundo abajo”.
Y añade: “Sentís que se te va de las manos algo que tenías ahí, para él era un broche de oro excelente, porque justo antes de la tanda de penales él decía que quería ir cuarto y el técnico lo había anotado quinto, así que era el broche de oro, pero la vida tenía algo escrito para él, eso no opacó todo lo que hizo por el club y por nosotros”.
Gonzalo, que desde que llegó Mauricio Pellegrino en enero de este año ha jugado de lateral y no de zaguero (incluso lo usó de cinco) tuvo la gran tarea de marcar a Dudú en la final. “El juego de ellos fluía por ese lado, tuve mucha participación y creo que la jerarquía de los jugadores brasileños era muy grande, pero creo que tampoco influyó tanto en el rendimiento del partido”. Sobre el final del tiempo reglamentario le pusieron a otro más fresco, que “estaba más rápido todavía”, pero ni así pudieron.
Festejo agridulce
El broche también fue para la clasificación a Libertadores, una competencia a la que hacía mucho no entraban. Más allá de festejar en el avión, el Granate tuvo poco tiempo para celebrar porque al llegar a Argentina tenían que enfrentar los octavos de final del Clausura ante Tigre. Salvo un cambio obligado por lesión, el equipo fue el mismo que en la final, pero no pudo avanzar.
“Por el gen competitivo que tiene el plantel nos fuimos muy enojados después de ese partido, porque lo encaramos de la misma forma que los anteriores y nos dolió mucho quedar afuera. Tigre tuvo una llegada sola al arco, lo manejamos y tuvimos las chances más claras, pero no se nos dio. Aprovecharon lo que tuvieron y después se metieron atrás y no le pudimos entrar”, confiesa.
"Nos mal acostumbramos en Liverpool"
Si avanzaban enfrentaría a un excompañero de Liverpool como Gastón Martirena, con quien se escribe seguido. El Oreja lo felicitó por el título y hablaron. “Le escribí luego de que le hizo el gol a River, pero ya tocará”. El año pasado cuando el campeón de la Sudamericana fue Racing hicieron un asado. “Subimos los dos juntos a primera en Liverpool, somos del mismo barrio, así que sí, por eso tenemos muchos conocidos también”, comenta.
El zaguero dice que ojalá se siga haciendo costumbre que los negriazules salgan del club y se coronen campeones. “Nos mal acostumbramos en Liverpool y ahora cada uno va consiguiendo cosas importantes”.
Si bien el gusto amargo de la derrota ante Tigre hizo que costara un poco más festejar, lo hicieron por Laucha. “No queríamos dejar de festejar, fue un cierre de año lindo. Conseguimos lo máximo y hacía mucho que el club no salía campeón, vamos a quedar en la historia”.
La copa a Rosario Central
Mientras estaban en Paraguay se enteraron de la copa entregada a Rosario Central: “Nos enteramos por un canal de deportes paraguayo. Muy raro, porque si era pactado a principio de año nadie iba a decir nada, pero cuando termina el campeonato, que le den un título así... Fue regular todo el año, es muy meritorio lo de Rosario Central, pero creo que lo que molesta es que no sea pactado desde antes, muy informal todo”, opinó.
Hay mucho para soñar
Con la camiseta de la final ya encuadrada, el recorte de la red y los botines listos para inmortalizarse en vitrina, hay nuevos deseos que se suman a la lista de Gonzalo Pérez está conseguir un título en el fútbol argentino, la Recopa Sudamericana ante Flamengo (fines de febrero) y por qué no, la selección.
“Para el uruguayo es lo máximo. Hoy en día la selección está muy bien en los puestos que juego, pero voy a seguir trabajando para ser mejor considerado y, por qué no, una citación”, concluye el uruguayo que ya disfruta de sus vacaciones en Uruguay.
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