EN TURÍN

Lyon no llegó al Juventus Stadium a replegarse y lo demostró desde el primer minuto donde atacó a los dirigidos por Maurizio Sarri con velocidad por las bandas.

En una de esas llegadas, un jugador del equipo francés fue derribado dentro del área por Rodrigo Bentancur y aunque las cámaras dejaron ver que el uruguayo tocó la pelota, se mantuvo el penal.

Memphis Depay no se puso nervioso y la picó, definiendo con clase y poniendo así el 1-0 parcial y el 2-0 en el resultado global.

Un instante después, Federico Bernardeschi desperdició una chance increíble tras sacarse de arriba al arquero con un amague y no poder definir cuando tenía el arco libre.

El empate llegó, pero también con polémica. Una mano, que no pareció ser penal, derivó en que el árbitro cobrara la pena máxima que valió la igualdad de la Juventus.

Cristiano Ronaldo se hizo cargo del remate y aprovechó la chance para poner el empate que dejaba a la Vecchia Signora a dos goles de la clasificación.

Y fue también el portugués quien movió la balanza a favor de los locales gracias a un golazo en el segundo tiempo. Cristiano Ronaldo tomó la pelota en banda derecha, enganchó y sacó un zurdazo implacable.

El atacante luso firmó así su doblete en el juego y ser el primero en alcanzar los 130 goles en la UEFA Champions League, además de ser la esperanza del elenco de Maurizio Sarri al que le faltaba un gol para avanzar a los cuartos de final.

Ese tanto no llegó, los minutos pasaron y Lyon terminó siendo la sorpresa de los octavos de final dejando afuera a un equipo que llega nueve consagraciones consecutivas en Italia, pero que no puede despegar en Europa.