Julio Mozzo, DT bicampeón de Tercera: el día a día con Diego Aguirre y su defensa a las formativas de Peñarol

Julio Mozzo se consolidó como una pieza clave del proyecto formativo de Peñarol. Bicampeón uruguayo de Tercera División en 2024 y 2025, asumió la Reserva en enero 2024 por pedido expreso de Diego Aguirre y logró combinar resultados deportivos con el objetivo central del cargo: preparar futbolistas para el salto a Primera.

En ese camino, juveniles como Nahuel Herrera, Leandro Umpiérrez y Stiven Muhlethaler se transformaron en realidades que hoy disfrutan los hinchas y en ejemplos del más valioso patrimonio que tiene el club.

Antes de volverse entrenador, Mozzo tuvo una extensa trayectoria como futbolista. Mediocampista central y zaguero, se formó en Central Español y allí debutó en Primera División. En enero de 2007 llegó a Peñarol, club en el que jugó tres años. Pese a que estuvo en el plantel el primer semestre de la temporada, no llegó a levantar la copa de campeón uruguayo 2009/10 porque cuando asumió Aguirre para su segundo ciclo como DT (enero 2010), a él se le terminó el contrato y emigró a Grecia.

Luego jugó muchos años en Argentina, volvió a Central Español sobre el final de su carrera y se retiró en Villa Española, donde pasó directamente al rol de entrenador. “Fue en 2021. Se fue el entrenador y me ofrecieron el cargo. Estuve un año, después un año parado y al siguiente agarré la Sub 17 de Cerrito, y después llegó el llamado de Diego”, recordó en entrevista con Ovación.

Foto: Natalia Rovira

“Nunca había trabajado con él (Diego Aguirre), pero me dijo que tenía buenas referencias mías. Hablamos mucho de fútbol y de la dinámica de la Tercera. Lo primero que me transmitió fue que estar en Peñarol era una gran oportunidad y que acá siempre hay que ganar. Lo cual comparto al 100%”, relató Mozzo.

En el día a día, el vínculo con el cuerpo técnico de Primera es fluido: “Con Diego hablo por casos puntuales, con Juan Andrés Iraola (asistente de la Fiera) todos los días por los jugadores que bajan: en qué posición quieren consolidarlos, qué tienen para mejorar o cómo dosificar los minutos”.

Si bien la idea futbolística es propia, “trabajamos todos en la misma línea”, afirmó. La gestión del grupo es uno de los pilares de su conducción, una enseñanza que arrastra de su etapa como jugador y de entrenadores que lo marcaron, como Gregorio Pérez, el Tola Antúnez y el argentino Guillermo Hoyos.

Desde lo táctico, busca un equilibrio entre estilo y características. “Siempre depende de los jugadores que tenés, pero intento plasmar mi idea: ser protagonista, dominar la posesión, que los jugadores sepan cuándo saltear líneas y presionar”. Dijo que valora mucho la solidez defensiva:“Si estás sólido atrás es más fácil ordenar todo. Apostamos al arco en cero y adelante sabemos que algún gol hacemos”.

En un año donde Nacional ganó con amplia ventaja la tabla general de juveniles, Mozzo defendió el trabajo formativo del club. “Se está trabajando bien. Este año le tocó ganar a Nacional, pero por otro lado muchos juveniles nuestros pudieron debutar en Primera. Esto no es un logro mío en Tercera, es de todos: entrenadores, coordinación y proceso”.

Foto: Natalia Rovira

Esa estructura, insistió, permitió sostener el nivel pese a una fuerte rotación a mitad de temporada, cuando varios futbolistas subieron y otros se fueron a préstamo. Mozzo entiende que está al frente de la categoría bisagra: “Hay jugadores que por edad ya necesitan jugar en Primera para no estancarse, y otros que vienen de abajo con proyección y hay que darles pista”.

El ida y vuelta con Primera también se refleja en pedidos puntuales, como la recuperación progresiva de Luciano González tras una larga lesión de ligamentos. “Había que darle fútbol porque es un jugador que a Diego le gusta”. De hecho la Fiera lo hizo debutar en 2024.

Para Mozzo, la misión de la Reserva está bien definida: “Es el último escalón antes de Primera. Los jugadores ya vienen formados y nosotros les damos el empujón final: mentalizarlos de lo que es jugar en Primera, la intensidad y el vestuario”.

Foto: Natalia Rovira

Ese mensaje suele quedar marcado. “Nahuel Herrera una vez contó algo que le dije: ‘Si dudás de vos, mirá el escudo de Peñarol que estás defendiendo’. Es algo que a mí me quedó como jugador y trato de transmitir porque también sé que Diego lo valora”. El sentido de pertenencia es parte central del trabajo y para trasmitir eso se apoya mucho en Maxi Bajter, exfutbolista formado en Peñarol y su primer asistente.

Mozzo sabe que en los equipos grandes el camino para los juveniles es más complejo, pero valora lo que viene pasando en el club. “Es más difícil por la presión, pero hace dos años se viene dando. Es mérito de ellos y de todo el proceso”, insistió.

En lo personal, mantiene los pies en la tierra. “Recibí alguna propuesta para dirigir en Primera, pero ninguna importante. Me gustaría dirigir a Central Español algún día. Dirigir la Primera de Peñarol es un sueño, pero por ahora no lo pienso. Hoy estoy cómodo y la idea es seguir en el club, embarcados en este proyecto que está dando frutos. Hay que seguir aprendiendo, crecer y tener paciencia”.