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Insólito: el señor de lentes que definió una copa del mundo

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Joop Van Daele

EPISODIOS INCREÍBLES

Los jugadores de Estudiantes le rompieron los anteojos, pero Joop Van Daele ya había resuelto la final con su gol

El nombre de Joop van Daele no significa mucho ahora para el mundo del fútbol, salvo para los hinchas del Feyenoord, el primer club neerlandés en consagrarse campeón del mundo. No era uno de los jugadores más importantes del equipo de Rotterdam y ni siquiera fue titular la noche de aquella victoria por la Copa Intercontinental de 1970 ante Estudiantes de La Plata. Se lo identificaba sobre todo porque jugaba con gruesos anteojos, debido a su importante miopía. Los argentinos le sacaron los lentes y se los rompieron, pero era tarde: Van Daele ya había convertido el gol del triunfo.

Aquellos lentes rotos se encuentran hoy en el museo del Feyenoord como testimonio de la victoria que abrió el camino para la aparición internacional del fútbol del país entonces conocido como Holanda. También es un testimonio de los métodos de aquel Estudiantes, un equipo innovador en muchos sentidos, que instauró la cultura del trabajo duro en el fútbol argentino, pero que cada tanto recurría a trampas chicas o más grandes para imponerse.

El episodio resalta además el carácter inclusivo del fútbol, donde pueden alternar jugadores altos y bajos, hábiles y menos hábiles aunque empeñosos, jóvenes y veteranos. Y también un goleador miope, con aspecto de oficinista o profesor universitario. En realidad, cuando firmó su primer contrato profesional dejó su trabajo como cajero en la empresa estatal de correos y teléfono.

La Copa Intercontinental en su formato original, con partidos en América y Europa entre los dos campeones continentales, había comenzado a tambalear con la cuasi guerra entre Racing y Celtic en 1967 y más tarde con las agresiones de los futbolistas de Estudiantes a los del Milan en Buenos Aires por la edición de 1969.

Pese a eso, la copa de 1970 se llevó a cabo con normalidad. Por Europa aparecía por primera vez un club neerlandés. Si bien el año anterior Ajax había sido finalista de la Copa de Campeones (hoy Champions League), fue goleado por el Milan. En el 70, Feyernoord derrotó al Celtic y levantó la Orejona. Para situarnos mejor, entonces Holanda casi no existía en el planeta de la pelota y su selección había faltado a todos los Mundiales posteriores a la Segunda Guerra. Por eso muchos juzgaron ese triunfo como una rareza.

Estudiantes era entonces el tricampeón de la Libertadores, luego de vencer en sucesivas finales a Palmeiras, Nacional y Peñarol. Ya no representaba la máquina perfectamente aceitada por el técnico Osvaldo Zubeldía, pero mantenía su oficio. Y también su “pizarrón”, es decir, las jugadas preparadas. Gracias a ellas, en el partido de ida ante Feyenoord por la Intercontinental, disputado en la Bombonera el 25 de agosto de 1970, a los 15 minutos ya ganaba 2 a 0. El conjunto visitante parecía torpe, hasta ingenuo, y no pocos pensaron en la goleada.

Sin embargo, era un buen equipo. Estaba Willem Van Hanegem, un volante zurdo de gran talento, luego clave en la Holanda del 74. También Wim Jansen, otro titular de la Naranja Mecánica. Y la estrella sueca Ove Kindvall, que pocos meses antes había estado frente a Uruguay en México 70. Además, el técnico era el austríaco Ernst Happel, quien dirigiría a Holanda en el Mundial 78.

Con la zurda de Van Hanegem, los neerlandeses pasaron a controlar el partido, lo empataron y dieron sensación de que eran más equipo.

Estudiantes viajó a Rotterdam para la revancha del 9 de septiembre con la idea de sacar un empate que lo llevara a un tercer partido en Madrid. En YouTube está el video completo del encuentro, jugado en un estadio De Kuip rebosante, señal de cómo importaba la Intercontinental por esos días también en Europa.

Durante una hora de partido, Estudiantes se salió con la suya. Su arma defensiva más notoria era la jugada del offside. Resulta interesante ver su aplicación en el video, pese a que Feyenoord lo tenía estudiado y aplicó su contratáctica. Se asegura que los neerlandeses tomaron la idea de Estudiantes para aplicarla, con notable eficacia, en la selección de 1974.

Necesitado de goles, a los 15 minutos del segundo tiempo Happel dio ingreso al protagonista de esta historia, en lugar del delantero Moulijn.

Joop (en realidad sus nombres de pila son Cornelius Johannes) Van Daele era un jugador muy alto, desgarbado y más bien tronco, pero muy entusiasta. A veces actuaba de centrodelantero y otras de defensa, allí donde pudiera ayudar con su físico. Y siempre de lentes, lo que hace pensar cómo hacía para cabecear...

En realidad, no fue el único futbolista con anteojos de la historia, aunque casi todos fueron de épocas antiguas. Después, el avance técnico de los lentes de contacto o los anteojos de diseño cómodo y moderno, como los que usaba otro neerlandés, Edgard Davids, solucionaron los problemas de visión dentro de una cancha.

Hasta aquella noche, la carrera de Joop nunca había terminado de despegar. Disgustado por lo poco que jugaba, en cierto momento pidió que lo transfirieran. El SVV Schiedam se interesó pero le pareció caro el precio. Y Joop siguió perdido en el plantel de Feyenoord, hasta que Happel comenzó a darle oportunidades.

Cinco minutos después de ese cambio, su equipo peleó una pelota cerca del área rival, el puntero Wery desbordó por la izquierda, lanzó el pase atrás y Van Daele sacó un remate de derecha fuerte y bajo que se metió contra el palo.

El gol hizo estallar la protesta de los jugadores de Estudiantes ante el árbitro peruano Alberto Tejada, argumentando que el uso de anteojos no era reglamentario. Tras unos minutos de discusiones, el gol fue validado.

En un momento posterior, que el video del partido no permite apreciar, alguien de Estudiantes le quitó los lentes a Van Daele. El neerlandés pensó que era una broma, pero los argentinos se los fueron pasando entre sí hasta que aparecieron destrozados en el césped. El masajista de Feyenoord intentó sin éxito pegarlos con cinta. Como no tenía otro par de reemplazo, el autor del gol completó los 20 minutos que restaban persiguiendo sombras de colores.

Los hinchas neerlandeses festejaron el título con enorme algarabía. Y levantaron en andas a Van Daele, el héroe. Con el paso de los días aparecieron lentes de regalo, propuestas para realizar publicidad de ópticas y hasta un par de canciones sobre el campeón de anteojos. Más adelante por fin pudo jugar con lentes de contacto, aunque tampoco llegó a supercrack. Tras su retiro comentó fútbol en la televisión de su país. Medio siglo después, los hinchas del Feyenoord no lo olvidan.

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