Redacción El País
Durante el encuentro entre Cerro Porteño y Palmeiras por la Copa Libertadores Sub 20 un futbolista denunció un acto de racismo y se quebró en llanto al finalizar el partido. Corrían 78 minutos de juego y los brasileños se imponían 3-0. De repente, llegó la orden del cambio para que se retiraran Figueiredo y Luighi.

El defensor Gómez acompañó al "10" para que se fuera pronto de la cancha y, ante los insultos de la hinchada rival, Figueiredo reaccionó con algunos gestos y luego mostró su dorsal.

La cámara de Sport TV captó el momento en el que un fanático con un bebé en brazos le hace gestos racistas y varios lo insultan.

Ante la salida de su compañero Luighi, sucedió algo similar: los rivales lo acompañaron a salir y, luego de que enfocaran al recién ingresado Heittor, se pudo ver a Luighi reprochando una acción puntual de un hincha, aunque no se alcanzó a percibir exactamente qué fue.

Comenzó a abrir los brazos mirando a los costados, como pidiéndole ayuda al cuarto árbitro, luego miró hacia la cancha y sus compañeros le avisaron al arbitro sobre lo que acababa de ocurrir.

El juez principal lo percató y se acercó a él mientras los rivales intentaban apartarlo para que el juego prosiguiera. En el mano a mano con el árbitro, Luighi lo miró y le explicó qué fue lo que le dijeron: "Macaco, Macaco..." le trasladó en un momento captado por las cámaras.

Después, en plena entrevista tras la finalización del partido, Luighi quebró en llanto por lo que le sucedió y se mostró crítico con el entrevistador por no consultarle por la situación que había sufrido. También se refirió a los actos racistas: "¿Hablás en serio? ¿No vas a preguntarme sobre el acto de racismo que me ocurrió hoy? ¿Es en serio? ¿Hasta cuándo vamos a tener que aguantar esto? Dime, ¿hasta cuándo? Lo que me hicieron es un delito: ¿no vas a preguntarme por ello?".