La historia de los futbolistas uruguayos en el club Botafogo de Brasil no es tan reciente en el tiempo. El primero en llegar al equipo fue el arquero Fernando Álvez en 1988, a él se sumó el delantero Juan Carlos de Lima. Tres años después llegó Hugo de León y en 2001 Claudio Milar (fallecido en 2011 a los 34 años en un accidente de tránsito). Desde entonces hubo un salto y entre 2008 y 2020 pasaron: Juan Castillo, Sebastián Abreu, Nicolás Lodeiro, Egidio Arévalo Ríos, Mario Risso, Álvaro Navarro, Gonzalo Bazallo, Juan Salgueiro, Rodrigo Aguirre y Federico Barrandeguy.

En 2023 se dio un nuevo éxodo de uruguayos. Sin embargo, el tipo de futbolistas que se exporta cambió de manera radical: ahora se apuesta a los jóvenes. El proyecto dio en el clavo, porque el equipo está primero en el Brasileirão con 44 puntos en 18 partidos, y sigue en carrera en la Copa Sudamericana.

Este año el Fogao sumó a cuatro uruguayos y todos tienen menos de 24 años. Diego Hernández (23) y Diego Abreu (19) fueron los primeros jóvenes en emigrar, aunque el último llegó a la Sub 20.

Foto: Botafogo

El primero, que suma 65’ minutos en el primer equipo, se unió tras un gran presente en Wanderers. Firmó en abril y se vinculó hasta 2026 por una cifra cercana a los U$S 2.500.000 (el Bohemio se quedó con el 20% de su ficha).

Hernández fue consultado por Ovación acerca de este aumento de uruguayos y lo atribuyó a una apuesta de largo aliento. “Botafogo apuesta mucho a jóvenes, porque no solo estamos los uruguayos, también hay de otras nacionalidades. Es un equipo que está en crecimiento, que apuesta al futuro”, expresó el exjugador de Wanderers. Y remarcó: “Por suerte nos está yendo bien, pero creo que la apuesta es a largo plazo. Se están fijando mucho en jóvenes talentos”.

Foto: Cortesía.

En tanto, el hijo de un histórico del club como el Loco, se unió días antes a la reserva. Diego Abreu cerró su arribo en calidad de préstamo por un año y medio con opción a compra, aunque para eso antes renovó hasta diciembre de 2025 con Defensor Sporting, el club que lo formó y con el que llegó a ser goleador en juveniles (115 tantos en total). El atacante llegó al equipo en marzo y días atrás anotó un gol en el empate parcial 1-1 ante Palmeiras por los cuartos de final del Brasileirão Sub 20. Posteriormente, el equipo quedó fuera del Campeonato Carioca tras un global de 3-1 en semifinales ante Vasco Da Gama.

En la última semana Botafogo cerró el pase de Mateo Ponte (20), campeón del mundo con Uruguay Sub 20. El lateral derecho llegó a Brasil el 27 de julio y fue presentado el 2 de agosto. El traspaso fue por US$ 2 millones y Danubio se quedó con el 25% de la ficha. ”Vengo a dejar todo y quiero ganarme la titularidad en este cuadro hermoso. Estén pendientes que vamos a dejar todo para ser campeones del Brasileirão”, dijo en su arribo al club.

Finalmente, el atacante Valentín Adamo (21) se convirtió en la cuarta alta uruguaya del Fogao. El delantero firmó hasta 2026 tras acordar su salida de River Plate -que cedió el 80% de su ficha por US$ 800.000-. El futbolista estaba a préstamo en Progreso, equipo en el que convirtió 10 goles en 20 partidos.

Francisco Flores/Archivo El Pais

El cambio de perfil de los futbolistas de Botafogo queda claro al ver las edades: la mira está puesta en la proyección.

Fotos: Archivo El País

El Loco (46) marcó una época en Botafogo, se ganó a la gente, logró establecerse como ídolo y su legado puede continuar con su hijo Diego. “La SAD, que es SAF en Brasil, cambió la dinámica del club: tiene un desarrollo institucional totalmente distinto, no es comparable con mi época en 2010”, explicó Abreu al ser consultado. Pero acepta que cuando surgió la posibilidad de que su hijo Diego jugase allí, pesó mucho este “cambio productivo” del equipo. “Tiene todo para potenciarse, mejorar y crecer”, añadió el hoy entrenador de César Vallejo (Perú).

Abreu matizó que esa fue la visión desde el lado deportivo, porque desde el lado sentimental existe otra unión: “Tenemos un sentimiento personal y familiar por el club”. El Loco jugó en Botafogo entre 2010 y 2012 y se coronó campeón del Campeonato Carioca, la Taça Guanabara y dos ediciones de la Taça Río. Sus números en el Fogão indican que disputó un total de 105 partidos y marcó 62 goles.

El exarquero (45) fue uno de los cinco exfutbolistas de Botafogo que habló con Ovación y aseguró que en 2008 llegó ya maduro al equipo y que la realidad económica del club era muy distinta a la actual. “Nosotros sufrimos, había atrasos. Hoy en día Botafogo tiene una cabeza más empresarial, de inversión, que la hacen en jugadores jóvenes. Vienen a terminar de formarlos y que jueguen en un nivel altísimo”, explicó Castillo, que en 2008 solo tenía un solo compañero sudamericano, el argentino Alexis Ferrero.

Sobre por qué buscan uruguayos, señaló: “La forma que tenemos de encarar el fútbol es lo que le contagia y llama atención. El que te conoce en el día a día lo valora”. Por último, Castillo se refirió a las altas: “Ojala que estos pibes dejen una buena imagen para que queden las puertas abiertas, se siga viendo el profesionalismo y la rebeldía que nos caracteriza”.

Castillo destacó el cambio del perfil de los futbolistas que buscan: en el pasado apostaban a jugadores maduros y hoy se nutren de jóvenes. “Hoy la visión de Botafogo es a largo y mediano plazo, no la visión corta, que nos caracteriza a nosotros en el fútbol uruguayo. Si se insertan y son titulares, tienen una visibilidad muy grande. De ahí se van a cualquier equipo de Europa”.

Foto: Prensa Botafogo.

El delantero de Defensor Sporting Álvaro Navarro (38) se visitó con la del Fogão en 2015. Cuando llegó el equipo estaba quinto, a cinco puntos del primero, y la campaña fue espectacular. En 15 partidos hizo nueve goles y dio dos asistencias, el equipo salió campeón y subió dos fechas antes del final. Tuvo la opción de renovar, pero ya había dado su palabra para ir a Puebla.

El Chino también fue consultado sobre la llegada de orientales. “Principalmente se está dando el éxodo de jugadores uruguayos al fútbol brasileño porque los que están yendo están rindiendo. El jugador brasileño y el hincha gustan mucho del jugador uruguayo, de la garra, cómo va a cada pelota”, dijo el Chino.

“Creo que es porque los jugadores de nuestro país que han ido dejaron su huella en el club. Como a mí me tocó ir, que ascendimos y salí goleador, o al Loco, que es el principal ídolo, Castillo, Lodeiro, pasa por eso. La gente de Botafogo confía mucho y quiere mucho al uruguayo”, puntualizó.

Luego de la actuación de Uruguay en Sudáfrica 2010 se dio una migración parecida a la actual en cuanto uruguayos a Botafogo. Entre ellos estuvo Nicolás Lodeiro (34), actual atacante de Seattle Sounders, que disputó 60 partidos, anotó nueve goles y dio 10 asistencias durante su pasaje por el equipo norteño tras su arribo en 2012.

El ex Nacional explicó que en su época “siempre se subían jugadores de las categorías de la base, así le llaman ellos en Brasil, pero tal vez no le daban tanto protagonismo como ahora”. Y agregó: "Se están comprando muchos jugadores jóvenes porque también es una inversión que hacen para potenciarlos y después poder venderlos. No se compraba tanto, sí trataban de darle oportunidad a los juveniles de Botafogo, pero tampoco eran muchos porque los buenos los vendieron rápido. Está bueno lo que hacen ahora de comprar jóvenes, potenciarlos y venderlos y también el potenciar el equipo y tratar de hacer un buen campeonato, como lo están haciendo ahora”.

Para Lodeiro el mayor atractivo del Fogão es que es muy conocido en Brasileirao y que “están trabajando bien”. En sintonía con sus colegas, sostuvo que el club se acomodó. “Se ordenó la dirigencia, está primero en el Brasileirão y sigue en la Sudamericana: es un atractivo lindo”.

Álvez (63) fue el primer uruguayo en poner la bandera en el club, dijo “no tener una opinión formada” acerca el éxodo de los uruguayos, aunque matizó: “Sí sé que a través de los años han ido muchos jugadores (uruguayos). Ha cambiado la época, cuando yo fui tenía un dueño Botafogo y era el que ponía la plata. Ha cambiado la situación y se que apelan, por un tema de temperamento, a los uruguayos”.