Puro corazón: la épica remontada de Nacional 96-97 sobre Aguada en las manos de Prieto, Smith y Oglivie

Con solamente el último cuarto por jugarse y visto como venía el trámite, pocos hubieran imaginado la impresionante remontada que cerró Nacional. Un equipo con juventud y mucha rebeldía, que atropelló al último campeón y terminó obligando una séptima final de la Liga Uruguaya de Básquetbol, que se juega mañana, otra vez en el Antel Arena.

Aguada dominó el partido desde el inicio y marcó el ritmo, aunque con una diferencia corta que no aseguraba nada. Pero en el tercer cuarto fue implacable y sacó 20 puntos de diferencia, la máxima del partido gracias a ocho puntos de Donald Sims y otros ocho de Jamil Wilson, que parecían encaminar a su equipo al cuarto triunfo y título. Se fue 16 arriba al último descanso y la fiesta estaba del lado de las tribunas rojiverdes.

Pero en los últimos 10 minutos pasó del cielo al infierno. Un parcial de 11-0 acercó a Nacional a cinco puntos con medio cuarto por jugar. El fervor en las tribunas del tricolor comenzó a empujar al equipo, que no encontraba respuesta de un rival tambaleante, que no daba crédito a semejante remontada. Como las que ya se habían visto en esta misma serie, pero al revés: una de 18 puntos que le dio a Aguada su tercera victoria, y otra de 21 pero que no pudo concretar y fue el 2-3 para Nacional.

Con poco más de 3’ en el reloj, se lució el brasileño Maozinha con un espectacular alley-oop tras asistencia de Smith, y Nacional se puso a tres. Pero Aguada respondió con un 2+1 de Frank Hassell que celebró cerrando los puños hacia la tribuna aguatera.

Más allá de que el tricolor se venía, un momento de quiebre fue la segunda técnica de Wilson en el partido (jugó condicionado con tres faltas desde el segundo cuarto, factor que limitó sus minutos en cancha), por la que fue automáticamente descalificado. El portentoso extranjero dejó la cancha, y le dio vía libre al rival para que termine lo que había empezado.

Foto: Ignacio Sánchez | El País

Nacional empujaba y empujaba, pero no encontraba el punto para pasar al frente en el marcador, cosa que no pudo hacer en todo el partido y lo logró a falta de 1:52 en el reloj. Y el responsable tuvo que ser el capitán, de incansable desgaste como en cada partido, y de incidencias intangibles en las estadísticas, pero que siempre son enviones anímicos adentro de la cancha y en la tribuna. Dos puntos por debajo, Patricio Prieto tiró desde poco más de los 6,75 y hizo explotar el Antel Arena.

Aguada intentó responder rápido, pero un robó de Maozinha a Hassell le devolvió la pelota al tricolor y terminó definiendo Smith, desde el límite de la línea de triple, con un lanzamiento forzado que rebotó en el tablero antes de entrar. Valió dos puntos, pero la cancha hizo ebullición y el norteamericano volvió corriendo al banco de suplentes para festejar con los suyos, dos puntos que definitivamente fueron la daga. No porque sacaran una diferencia irremontable para el tiempo que faltaba, pero sí porque derrumbó al equipo Aguatero anímicamente.

Más allá de la victoria y lo abultado del tanteador, sobre todo en los primeros cuartos, no fue un gran partido de Nacional. Pero tuvo en Michael Smith y el panameño Ernesto Oglivie a dos figuras determinantes. El americano se despachó con puntos de todos los colores y sumó 30 (66% de acierto) y ocho asistencias, el segundo aportó 27 (58% de acierto), de nuevo fue intratable bajo el poste, donde tuvo que lidiar nada menos que con el corpulento Hassell, quien metió 19 puntos y capturó 13 rebotes. Aguada desaprovechó otro match point y mañana jugarán de igual a igual por el título de campeón.