¿Qué dicen economistas sobre el impacto de Donald Trump en América Latina y Uruguay, el dólar y más?

Analistas destacaron la falta de confianza en el dólar y el traslado de inversiones al mercado del oro y se refirieron al "escepticismo" por parte de la administración estadounidense para alcanzar acuerdos multilaterales.

Donald Trump
Donald Trump.
Foto: AFP.

En un contexto de tensiones en el Medio Oriente, economistas uruguayos evaluaron el impacto de la administración del presidente estadounidense Donald Trump en América Latina y Uruguay. Los analistas participaron del conversatorio “Comercio y geopolítica bajo la presidencia de Trump” y las claves para entender su impacto en Uruguay y la región organizado por la Academia de Economía. Destacaron la implementación de políticas proteccionistas aunque resaltaron que “todavía no hemos visto toda la película”.

Uno de los principales expositores fue el exvicepresidente del Consejo de las Américas en la Oficina de Washington, Eric Farnsworth, quien destacó algunos pilares fundamentales del concepto America First impulsado por Trump durante su campaña. El especialista dijo que si bien una primera interpretación estaba vinculada a un aislamiento por parte de Estados Unidos, lo que busca realmente es “consolidar los compromisos globales y centrarse en temas prioritarios”.

Otro de los elementos destacados por Farnsworth sobre la administración es trabajar con socios para aumentar el reparto de cargas (burden sharing). De hecho, mencionó las reuniones que mantiene con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la que busca alentar a comprometerse a un 5% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado al gasto militar.

“El reparto de la carga para conseguir que otros países paguen una mayor parte de los costes de gestión del entorno de seguridad mundial es una prioridad clara para Estados Unidos”, dijo. Sin embargo, señaló que la actual administración observa con escepticismo el multilateralismo.

Un tercer punto explicado por el profesional fue la competencia con China, donde Estados Unidos busca hacerlo “eficazmente” con el gigante asiático. Por último, destacó la implementación de tasas arancelarias globales decididas de forma unilateral y no elaboradas en coordinación con el Congreso estadounidense, como sería el caso normalmente.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Foto: AFP

“Si un país tiene un superávit comercial con Estados Unidos, la Casa Blanca cree que eso es algo negativo y quiere equilibrar la relación comercial, pero también los aranceles se utilizan como palanca para otras cosas”, ejemplificó Farnsworth.

Por otra parte, se refirió a la prioridad de Estados Unidos en materia de inmigración y sostuvo que “no es una cuestión de política exterior”. Además, agregó que “otra cuestión de política interior que tiene un claro impacto en la política exterior son las fronteras y la seguridad”. El especialista también señaló que a futuro se podrán observar la implementación de otras acciones que aislen a paises como Venezuela, Nicaragua y El Salvador.

“Creo que hay una oportunidad real en la medida en que el nuevo gobierno relativamente nuevo de Uruguay continúe impulsando la agenda comercial”, dijo en referencia al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífica (Cptpp por sus siglas en inglés).

Economía estadounidense

El economista Arturo Porzecanski realizó un análisis del comportamiento del índice S&P 500 entre las elecciones celebradas en Estados Unidos en noviembre del año pasado hasta la actualidad. En ese sentido, explicó que el mercado de acciones tomó la asunción de Trump con cierta “tranquilidad” ya que los números se mantenían estables. Sin embargo, días previos al anuncio de la implementación de nuevos aranceles, el nerviosismo comenzó a aumentar y entre enero y febrero de este año el S&P 500 se desplomó un 2%.

Porzecanski sostuvo que los meses siguientes la situación se recuperó debido que los agentes económicos mundiales vieron en Trump un hombre “menos dogmático de lo que luce”.

Por otra parte, el economista hizo referencia al indicador de volatilidad del S&P 500, que durante abril alcanzó el 50% y a pesar del conflicto en el Medio Oriente desatado las últimas semanas, se mantuvo en su valor habitual que ronda entre el 15% y 25%.

Dólar
Dólar.
Foto: Archivo

En cuanto al mercado de bonos, Porzecanski resaltó el caso de los bonos de Estados Unidos a 30 años, que aumentaron su rendimiento y bajaron el precio. Por este motivo, consideró que genera “preocupación” en el largo plazo fiscal y no solo comercial. Mientras que agregó que los bonos a 10 años presentaron una baja en su rendimiento y aquellos a 20 años se mantuvieron estables.

El dólar en Uruguay cotizó el pasado martes a un promedio de $ 40,17, el valor más bajo en los últimos 11 meses, según el Banco Central (BCU). En referencia a esto, Porzecanski señaló que la moneda estadounidense sufrió una depreciación en todo el mundo y que por este motivo, una importante cantidad de inversores se trasladaron al mercado del oro. En particular, bancos centrales de países emergentes buscan diversificar sus reservas mediante la compra de oro, que alcanzó máximos históricos en abril de este año.

El especialista agregó que no existe solo una falta de confianza en el dólar ya que países con altas reservas de oro como Alemania e Italia están evaluando retirar el metal amarillo de Estados Unidos debido a una baja confianza de la Reserva Federal de Nueva York.

Impacto en Uruguay

En su presentación, el economista Juan Manuel Patiño sostuvo que en función de la situación de incertidumbre que atraviesa Estados Unidos, el gobierno de Trump despliega tres grandes elementos: desregulación, recorte de impuestos e implementación de aranceles. Este último punto, “es el que más concierne a Uruguay”, indicó.

“El 10% de arancel adicional es algo que viene para quedarse”, dijo el economista y sostuvo que el duro perfil del presidente estadounidense "termina retrocediendo en respuesta a reacciones del mercado financiero”.

Por otra parte, consideró que para América Latina, el debilitamiento del dólar es un factor positivo. También se refirió al aumento del rendimiento a largo plazo de los bonos y sostuvo que para países latinoamericanos con importantes déficits fiscales “esto es un fenomenal problema”.

“Fuimos relativamente bien tratados, no tenemos grandes puntos disruptivos geopolíticos”, dijo Patiño y resaltó la importancia de “no hacerse autogoles” en referencia a la instalación de un posible puerto chino en Uruguay que para el gobierno de Trump puede observarse como algo que termine perjudicando al país. En ese sentido, agregó que “hay una oportunidad para los Tratados de Libre Comercio (TLC) y el bilateralismo”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saluda camino a anunciar los aranceles recíprocos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saluda camino a anunciar los aranceles recíprocos
Foto: AFP

Por su parte, el economista Isidoro Hodara centró su discurso en la política de comercio exterior de Trump y dijo que “aún no hemos visto toda la película”. A propósito, explicó que si bien algunas implementaciones generaron contradicciones y ambigüedades, resulta complejo predecir efectos particulares sobre América Latina o Uruguay.

Hodara también se refirió a los aranceles del 10% aplicados a Uruguay, Brasil y Argentina y señaló que “es casi imposible que el menos común de los aranceles comunes diera por casualidad la misma cifra para estos tres países”.

“Lo que va a venir ya no va a ser un ordenamiento basado en disciplinas y reglas, sino que va a tener más componentes del ejercicio del poder”, dijo y agregó que para Uruguay “los intereses más permanentes están al peligro ante este escenario”.

Comercio internacional

El economista Marcel Vaillant hizo referencia a una serie de medidas adoptadas por la administración del presidente estadounidense y opinó: “Seguirlas una a una se ha convertido en un campo de especialidad en sí mismo”.

Además, señaló que la problemática de déficit en cuenta corriente que presenta Estados Unidos no está vinculada a la política comercial. Vaillant sostuvo que el cambio en esta política “revela el repudio explícito de las reglas del comercio tal como las conocemos de la posguerra hasta ahora”.

“El cambio de orientación es ir hacia el comercio administrado y subordinado a otros objetivos distintos de relaciones internacionales: geopolítico, tecnológico y afinidades culturales”, dijo el especialista y agregó: “El comercio requiere cooperación basada en reglas”.

Donald Trump
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, saluda tras una conferencia de prensa.
Foto: Archivo El País

Vaillant también se refirió a la economía digital y los avances tecnológicos, respecto a los que consideró que Estados Unidos tiene una posición dominante que irrumpe con nuevos intercambios. A propósito, señaló que el proceso de aceleración del cambio técnico se convirtió en algo “terriblemente vertiginoso que sigue afectando los costos de comercio”. En ese sentido, sostuvo que los avances tecnológicos “caminan por arriba de cualquier regulación, en el sentido de facilitar el intercambio de actividad económica, tanto de bienes como de servicios”.

El economista también hizo referencia a la inserción de Uruguay ante el mundo. “Uruguay tiene un problema de relaciones internacionales con su vecino Brasil en referencia al veto a que pueda avanzar en acuerdos comerciales”.

En particular, mencionó al Cptpp. “Es necesario desarrollar una secuencia de acciones que refuercen el camino de apertura”, consideró y agregó que es necesario “seguir insistiendo con China y el Transpacífico”, consideró.

Trump y el resto del mundo

Patiño desarrolló algunos puntos de vista adoptados por el gobierno estadounidense respecto a su relación con otros países. Sostuvo que existe una percepción de que “el mundo se aprovecha de Estados Unidos” vendiéndole más de lo que le compra y con tasas de interés menores en otros países. En ese sentido, agregó que la actual administración observa este comportamiento como una “competencia desleal” en lugar de vincularlo a tasas de ahorro sustancialmente más altas en otros países.

Por otra parte, Patiño explicó que el gobierno de Trump entiende que Estados Unidos provee un “bien público global”: servicio militar y seguridad.

Desde el punto de vista de política comercial, Patiño puntualizó que existen varios países que presentan superávit de cuenta corriente. Agregó que el mundo está “descontento” con esta situación, “sobre todo si parece ser impulsada por el gobierno”.

En ese sentido, se refirió al caso de China y consideró que el estricto control en la producción y distribución de productos chinos de exportación representan un problema para varios países, entre ellos Estados Unidos.

Por otra parte, señaló que una de las carácteristicas de los países con superávit es que presentan un consumo reprimido. En ese sentido, consideró que lo que entiende Trump es que China "debe volverse más dependiente del consumo interno y menos sesgada a la exportación".

Patiño señaló que los superávit son contra cara del déficit de cuenta capital; recursos que se invierten en el resto del mundo y se encuentran principalmente en Estados Unidos. “La idea de que el mundo haga un reverso de esto, plantea serios cuestionamientos a la estabilidad en los precios de ciertos activos norteamericanos, sobre todo aquellos que tienen que ver con deuda”, sostuvo.

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