La pobreza en Uruguay es mayor que la que se pensaba y gobierno va a repensar estrategias y políticas

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) actualizó la metodología y bases para determinar el índice de pobreza en el país; economistas consultados por El País opinaron sobre esa actualización.

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Niño camina por el asentamiento 24 de Junio
Niño camina por el asentamiento 24 de Junio
Foto: Archivo El País

El nivel de pobreza e indigencia en Uruguay medido por el ingreso es del doble de lo que se pensaba aproximadamente, según el informe divulgado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que marcó diversas consideraciones de economistas consultados por El País, así como en el gobierno (ver aparte).

El nuevo dato del INE mostró que en 2024, el 13,4% de los hogares y el 17,3% de las personas en Uruguay estaban por debajo de la línea de la pobreza. En tanto, la indigencia alcanza al 1,5% de la población total.

El INE utilizó una metodología nueva (que entre otros aspectos establece que el ingreso utilizado para el cálculo de los indicadores a diferencia de la metodología anterior no incluye el valor locativo ni las cuotas imputadas por Fonasa ni por Sanidad militar/policial) y la base de la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de la canasta de 2016 y 2017 (en vez de la de 2006 utilizada antes).

Esto generó que en realidad el nivel de pobreza en Uruguay es más elevado del que se calculaba en años previos

Pobreza en Montevideo
Gente en situación de calle en día de frio en el barrio Cordón de Montevideo.
Foto: Estefanía Leal

“La realidad de 2017 es una realidad muy distinta por el crecimiento del país y la distribución en ese período” respecto a la de 2006 que era “muy humilde comparada con el nivel de consumo que tiene la sociedad en este momento”, dijo ayer el director del INE, Marcelo Bisogno.

El INE dio cuenta de las estimaciones con las dos metodologías. Así el 7,9% de nivel de pobreza mínima que se alcanzó 2017 con la metodología de 2006, en realidad fue de 15,5% con la metodología nueva.

Lo mismo ocurre en 2024, la pobreza afectó al 17,3% de los uruguayos (595.416 personas) con la nueva metodología y habría sido de 8,3% con la anterior.

En las dos metodologías hay una baja de la pobreza frente a 2023 (había sido de 19,7% con la nueva metodología y 10,1% con la de 2006), y estabilidad frente a 2019 (había sido de 17,3% y 8,8% respectivamente).

En la trayectoria no hay mayores variaciones (baja en el último año, estabilidad en el mediano plazo), pero el nivel de pobres es mucho mayor.

En cuanto a la indigencia, con la metodología anterior estaría en el 0,3% en 2024, y con la nueva afecta al 1,5% de la población (52.500 personas).

La pobreza afecta fundamentalmente a los niños menores de 6 años de edad (32,2%), seguida por el 28,1% de los niños de entre 6 y 12 años; y el 15,4% de los jóvenes de entre 13 y 17 años.

Otro dato clave es que la nueva metodología apunta a un mayor equilibrio entre la pobreza en Montevideo y el interior. En la capital alcanzó a 17,5% de las personas y en el interior al 17,1%. Con la metodología anterior esos guarismos habrían sido de 10% y 7,2%.

La línea de pobreza a diciembre de 2024 estaba en Montevideo en $ 23.635 si la persona es inquilina y en $ 14.545 si no lo es. En el interior esos valores eran de $ 19.033 y $ 12.672 respectivamente. Las personas que no alcanzan ese ingreso, son pobres.

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Sede del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Foto: INE.

¿Qué dicen los analistas?

Marcelo Sibille, socio de KPMG Uruguay, dijo que “la tasa de pobreza en Uruguay según el (nuevo) método del ingreso se encuentra casi diez puntos por encima de lo que teníamos como aceptado”.

“El ingreso utilizado toma un criterio más estricto asociado al ingreso y al gasto monetario, lo cual explica que la tasa sea de 17,3% en lugar de 8,3% según la metodología anterior”, añadió.

Sibille apuntó que “es positivo que en 2024 la tasa haya bajado 2,4 puntos con relación a 2023 volviendo a los niveles previos al covid-19. De todos modos, el nivel es alto. Más preocupante aún es la tasa de pobreza infantil, con casi un niño de cada tres en situación de pobreza”.

“Además de la consideración social, desde el punto de vista económico es grave pues ilustra un stock de capital humano deteriorado que afecta el crecimiento de largo plazo”, agregó.

Por su parte, el economista José Antonio Licandro dijo que “la pintura es la misma con ambas metodologías. La pobreza no ha cambiado tanto. Bajará cuando la economía crezca. (El ministro de Economía y Finanzas, Gabriel) Oddone insiste en que el Producto Interno Bruto (PIB) tiene que crecer más rápido para que se puedan desarrollar las políticas sociales, pero también porque hay una correlación directa entre el crecimiento económico y la pobreza. Si crece el PIB, todos somos más ricos y también mejora la distribución del ingreso, porque algo siempre derrama, independientemente de las políticas públicas y el signo de gobierno”, dijo a El País.

Gabriel Oddone, ministro de Economía y Finanzas
Gabriel Oddone, ministro de Economía y Finanzas
Foto: Francisco Flores

Licandro afirmó que “no tenemos niños pobres -los niños no tienen ingresos-, sino familias pobres con hijos. Eso es importante entenderlo, porque la forma de bajar la pobreza infantil es mejorar los ingresos de las familias”.

El economista expresó que, si bien la “actualización” metodológica del INE es una “buena noticia”, la base que ha tomado es de 2017, estando en 2025. “Pasaron ocho años, este país no invierte lo suficiente en estadísticas. Las actualizaciones deberían ser cada cinco años, no cada diez”.

Nicolás Cichevski, gerente senior de Análisis Económico de CPA Ferrere, apuntó a El País que la línea de pobreza es más exigente con la nueva medición. “Por eso hay más hogares que quedaron incluidos como pobres. De todas formas, no ha cambiado el patrón de pobreza a la interna de la población. Las conclusiones son que hay un núcleo duro de personas pobres, complejo de bajar”, afirmó. Asimismo, destacó la importancia de redireccionar el gasto público desde áreas no prioritarias a los más vulnerables.

De su lado, Deborah Eilender, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), coincidió en que la nueva línea de pobreza tiene un salto de nivel, y recomendó no perder de vista que la medición de este indicador es solo por ingreso. Hay que notar que el dato actual de 17,3% se acerca bastante al índice de pobreza multidimensional (aquel que mide la situación de las personas más allá de su nivel de ingreso), ubicado en 18,9% en 2024, según el INE.

Dicho índice contempla otras dimensiones: educación, condiciones habitacionales, servicios básicos del hogar, protección social y empleo.

Billetera con billetes de 50 pesos.
Una persona cuenta billetes de 50 pesos.
Foto: Darwin Borrelli

Distribución del ingreso

La nueva forma de medición, también impactó en los datos de distribución del ingreso de Uruguay. El coeficiente de Gini es un indicador que varía entre cero y uno, indicando mayor nivel de desigualdad cuanto más cercano a uno se encuentre. Este indicador en 2024 fue de 0,405 y en 2023 de 0,417 según los datos del INE. La desigualdad es mayor a la que se estimaba con la metodología de 2006, ya que el coeficiente de Gini habría sido de 0,383 en 2023 y de 0,394 en esa medición, indicó el INE.

Oficina de Planeamiento y Presupuesto

Los nuevos datos llevan al gobierno a repensar las estrategias y las políticas

El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Rodrigo Arim, dijo ayer a El País que el nuevo informe de pobreza por el método del ingreso se construyó a partir de datos de la Encuesta de Hogares de 2017 (que se publicaron recién el 28 de febrero de este año, pero sin el informe de pobreza) y que usualmente lleva algunos años para realizar el nuevo informe, pero no ocho años. “Debió haber emergido en 2021 y no ahora. Se actualizó tardíamente”, apuntó.

Arim dijo que es “como navegar con una brújula muy imperfecta en políticas públicas en combate a la pobreza”.

Esta demora “no le quita confiabilidad a las estadísticas. En Uruguay no se discute sobre estadística”, afirmó.

La nueva metodología determina un nivel mayor de la pobreza que la que capturaba la anterior metodología, agregó.

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Rodrigo Arim, director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Foto: Ignacio Sánchez / El País.

El director de la OPP dijo que tras el salto que dio en la pandemia de covid-19, la pobreza baja y “luego hay un estancamiento, es el mismo nivel que teníamos antes de pandemia”.

Pero además, afirmó que no solo hay un problema de un nivel “más alto”, sino de “composición de la pobreza”. El peso relativo sobre el total de pobres de las personas que viven en el Interior aumenta respecto a la medición anterior con datos de 2006.

“Si uno tiene políticas que buscan llegar a los hogares pobres, la distribución (de esos hogares) importa para llegar directo”, indicó.

Estos nuevos datos “nos interrogan y hacen pensar también algunos instrumentos de la política” de combate a la pobreza, expresó el director de la OPP

“La buena noticia es que la incidencia en adultos mayores en términos relativos es mucho menor que otros países de la región” y eso no cambia con la nueva medición, pero “la pobreza infantil y adolescente sigue siendo muy importante, se mantiene” en niveles elevados.

“Uruguay sigue siendo un país que tiene el menor nivel de incidencia de pobreza” en la región dijo Arim, pero estos datos son “un ancla distinta a la que teníamos meses atrás” y si bien “no cambia la orientación”, es “una información nueva muy relevante” que lleva a “repensar estrategias, la población objetivo, la sustentabilidad del financiamiento a largo plazo”, añadió.

Eso “agrega una capa de información de la cual carecíamos, que nos permite ver por ejemplo cuánto le llevaría a Uruguay llegar a todos los niños en situación de pobreza”, señaló.

“Hubiese sido deseable contar con esta información hace algunos años”, concluyó.

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