El directorio del Banco Central (BCU) sorprendió al mercado y resolvió el martes por unanimidad recortar la tasa de interés de referencia en Uruguay, el "precio del dinero", en 50 puntos básicos. Es la quinta reunión consecutiva en la que el Central baja la tasa de interés. Esta vez redujo el "precio del dinero" de 8% a 7,5%, mientras el mercado esperaba una baja menor (en noviembre el recorte fue de 25 puntos básicos, en octubre había sido de 50 puntos y en agosto y julio de 25 puntos básicos en cada caso). ¿Qué implica esto? ¿Qué argumentó el BCU para bajar la tasa de referencia en esta magnitud? Y, ¿qué efecto puede tener la reducción de la tasa de interés en el dólar en Uruguay?
La resolución fue tomada tras la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU (que integran técnicos y el directorio) que señaló que "con esta decisión, la instancia se ubicaría en el entorno de la neutralidad", cuando en las reuniones anteriores hablaba de que estaba "reduciendo gradualmente la instancia contractiva hacia la neutralidad de la política monetaria".
En el comunicado del Copom, el BCU explicó que bajó el "precio del dinero" de 8% a 7,5% porque hay un descenso de la inflación así como de las expectativas de analistas y los mercados financieros.
De todas maneras, la magnitud de la reducción de la tasa de interés (50 puntos básicos en vez de los 25 puntos básicos de la reunión de noviembre) fue mayor a la esperada por el mercado.
Los bancos, consultoras, economistas y AFAP consultados en la Encuesta de Expectativas Económicas del BCU de diciembre (divulgada este lunes) esperaban en mediana (se ordenan las respuestas de menor a mayor y se toma la del centro) esperaban que la tasa de interés de referencia terminara el año en 7,75% (en vez del 7,5% que finalmente será).
El Copom señaló que "la inflación en noviembre se ubicó en 4,1% interanual, manteniéndose por debajo de la meta de 4,5%" y "la inflación subyacente (aquella que excluye precios volátiles como frutas y verduras) se ubicó en 4,3%" (era 4,7% a octubre).
El comunicado indicó que "las expectativas de inflación de los analistas y los mercados financieros descendieron a 4,6%, ubicándose prácticamente en la meta del Banco Central. El promedio de expectativas, que incluye a las empresas, se redujo a 4,9% en diciembre" (era 4,98% en noviembre).
A su vez, "las proyecciones de inflación de corto plazo del BCU se revisan a la baja y muestran un descenso en los próximos meses, en un contexto de mayor debilidad de los precios domésticos de las importaciones". Esto último, asociado a una baja en el valor del dólar.
"La persistencia de desvíos de los niveles de inflación con respecto a la meta de 4,5%, en este caso por debajo, representa un desafío para la política monetaria", expresó el Central. En una línea similar, el lunes el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone había dicho: “Para nosotros, y esto es importante reafirmarlo, para las autoridades del BCU, es tan inconveniente un incumplimiento de la meta inflacionaria por encima como por debajo, porque la consistencia de la política macroeconómica sobre la cual nosotros hemos enfatizado mucho, tiene que ver precisamente con esto, con el cumplimiento de la meta y no con una obtención de resultados anticipados que eventualmente se generan como consecuencia de efectos espurios" en referencia al impacto de la caída del dólar.
Con este escenario, el directorio del BCU dejó entrever que va a seguir reduciendo el "precio del dinero" en Uruguay.
"En la medida en que la inflación y sus determinantes continúen mostrando la trayectoria prevista, la senda de la tasa de interés podría avanzar hacia una fase más expansiva en línea con el objetivo de estabilidad de precios", afirmó el comunicado del Copom.
Para ello es clave el promedio de expectativas a dos años, que es lo que marca si el tono de la política monetaria es contractivo, neutro o expansivo.
El Central considera que una tasa real de 2,5% es "neutra" por lo que por encima de ese nivel, la política monetaria será "contractiva" y por debajo de ese nivel "expansiva".
Con expectativas de 4,9% más una tasa real neutra de 2,5%, el "precio del dinero" que sería neutro es de 7,4%. Así, la actual tasa de referencia de 7,5% está "en el entorno de la neutralidad", al decir del BCU (está 10 puntos básicos por encima de la considerada "neutra", cuando hace un mes estaba 52 puntos básicos por encima de la neutralidad).
Para verlo de otra manera: actualmente la tasa de interés de referencia real es de 2,6% (7,5% de tasa nominal menos 4,9% de promedio de expectativas de inflación a 24 meses).
En noviembre, con la tasa de interés de referencia en 8% y un promedio de expectativas de inflación a 24 meses de 4,98%, la tasa de interés real era de 3,02%. Es decir, superior la actual (o visto de otra manera más "contractiva"). Eso muestra la importancia para el BCU de las expectativas de inflación, porque le determinan el "esfuerzo" de tasa para mantener la instancia de política monetaria.
Ahora, si pretende ir hacia una fase expansiva de la política monetaria, necesita que las expectativas de inflación se mantengan, ya que si se siguen reduciendo deberá bajar más la tasa (mayor "esfuerzo") para que la tasa de interés real sea menor a 2,5%.
Análisis de la situación económica local y global
El comunicado del BCU indicó que "el escenario internacional continúa marcado por una elevada incertidumbre. Las condiciones financieras globales siguieron suavizándose, los precios de los productos primarios se mantienen estables en niveles bajos —con excepción de la carne— y persiste la debilidad global del dólar. En la región, Argentina muestra cierta mejora en sus perspectivas económicas".
"En Uruguay, la actividad ha evolucionado por debajo de lo previsto y las perspectivas de crecimiento para este año se revisan levemente a la baja. Para 2026 y 2027 se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) evolucione en torno a su crecimiento potencial, aunque con riesgos a la baja", añadió.
Los efectos de la decisión del BCU en el dólar y otros aspectos
La tasa de interés de referencia del BCU marca el "precio del dinero”. Así señaliza lo que les cuesta a los bancos hacerse de liquidez (pesos uruguayos en este caso) mediante préstamos entre sí a un día y entre estos y el Central. Luego los bancos toman como referencia esa tasa para determinar la que cobran a empresas y personas por los créditos que otorgan. Al reducirse a 7,5% la tasa de referencia del BCU, el costo del crédito en moneda nacional debería tender a bajar.
Una tasa prácticamente "neutral", como en este caso, en teoría no promueve el ahorro ni el consumo, es decir que las empresas y familias no tienen incentivos a ahorrar ni gastar esos pesos. Aunque en los hechos, esto es más complejo e inciden otros factores.
No obstante, sí es una señal clara para las empresas y el mercado financiero de que el BCU se apresta a cambiar el ciclo monetario, ante una inflación que está por debajo del objetivo de 4,5%. Una fase "expansiva" tendería a alentar el consumo por sobre el ahorro en pesos (ya que la tasa a la que se accede por invertir es baja y también lo es la tasa a pagar para endeudarse en pesos).
A su vez, esto tiene efectos sobre el precio del dólar. Una tasa expansiva (como a la que prevé ir el BCU) en pesos en teoría, propiciaría una mayor demanda de dólares (porque para los inversores es más atractivo posicionarse en esa moneda que en la local) impulsando el valor de la moneda estadounidense hacia arriba.
Sin embargo, esto no es tan lineal porque a nivel global, las medidas que ha tomado Donald Trump de subir aranceles a la importación en Estados Unidos también influyen. A eso se suma, que la Reserva Federal de Estados Unidos también comenzó a bajar sus tasas de interés ("el precio del dinero" de la divisa estadounidense), lo que impacta a la baja el valor del billete verde.
De hecho, el dólar se ha debilitado 9,71% en lo que va del año a nivel global frente a una canasta de monedas relevantes (medido a través del Índice Dólar). En Uruguay, el billete verde cae 11,09%, con lo que una baja más rápida de la tasa de referencia del BCU podría ayudar a que el dólar en Uruguay no se debilite tanto (aunque no cambiará la tendencia).
El ministro Oddone había dicho el lunes en una entrevista con el programa En Perspectiva de Radiomundo que las autoridades económicas no están "cómodas" con la trayectoria del dólar y "con los efectos que la trayectoria del tipo de cambio puede tener”.
Próximas reuniones del Copom
El BCU reveló el calendario de las reuniones del Copom en 2026. Estos cónclaves serán el jueves 12 de febrero, martes 21 de abril, martes 26 de mayo, martes 30 de junio, martes 18 de agosto, martes 6 de octubre, martes 17 de noviembre y martes 22 de diciembre.
"Además, se definió que, a partir del primer trimestre del año entrante, la publicación del Informe de Política Monetaria se realizará cuatro días hábiles posteriores a la reunión del Comité de Política Monetaria", añadió el comunicado.
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