Mucha gente hoy en día siente que su relación con el dinero está “rota” y que necesita reinventarse. Esta sensación de constante inestabilidad no solo genera angustia, sino que también nos obliga a repensar cómo manejamos nuestros ingresos y ahorros. Estos pilares fundamentales de las finanzas personales se ven continuamente desafiados por un entorno económico que cambia abruptamente, dejándonos a menudo desorientados y sin una estrategia clara.
La volatilidad económica no es un fenómeno nuevo, pero parece que cada crisis nos golpea con una intensidad renovada. Las fluctuaciones en el mercado laboral, la inflación descontrolada y la incertidumbre política contribuyen a esta sensación de que la estabilidad económica es una zanahoria móvil que nunca se alcanza. Sin embargo, en medio de este panorama desalentador, es crucial recordar que siempre hay espacio para la adaptación y la mejora.
En este Finanzas de Bolsillo, discutiremos cómo podemos aumentar nuestros ingresos y desarrollar hábitos de ahorro más efectivos. Para ello, compartiremos algunos consejos prácticos que pueden ayudar a fomentar esa reinvención tan necesaria para navegar con éxito en un entorno económico tan desafiante.
La reinvención es una oportunidad para construir una relación más saludable y sostenible con el dinero, que nos prepara para enfrentar las inevitables fluctuaciones futuras.
Reinventar relaciones
Si trabajás en relación de dependencia, lo más probable es que cuentes con una sola fuente de ingresos: tu salario. Eso es lo primero que debés modificar si querés iniciar el camino hacia la independencia económica.
El beneficio de la diversificación está claro: cuando una fuente de ingresos sufre un percance, las otras pueden compensar. ¿Y si ninguna se ve afectada? Entonces el camino hacia tu objetivo se acelera y podés alcanzarlo antes de lo planificado.
Es importante aclarar que no se trata de cambiar tu trabajo full-time por varios trabajos part-time. La generación de múltiples fuentes de ingresos debe darse en dos ejes distintos: inversiones (ingresos pasivos financieros) y nuevos emprendimientos (ingresos pasivos monitoreados).
Fuente de ingresos pasivos financieros: siempre se pueden encontrar oportunidades potables. Esto puede crear una fuente de ingresos adicional, reduciendo el riesgo de depender de una sola fuente y aumentando tus ingresos totales. ¿En qué invertir? Algunas opciones interesantes incluyen fondos de inversión, Letras de Regulación Monetaria, deuda de empresas garantizada con fideicomisos, entre otros.
Fuente de ingresos pasivos monitoreados: Internet ha facilitado el acceso a nuevas oportunidades, eliminando muchas barreras de entrada y permitiendo una estrategia de prueba y error más accesible.
Si trabajás en relación de dependencia, el primer paso para conseguir este tipo de ingresos consiste en identificar un producto o servicio relacionado con tus conocimientos y actividades. ¿Cuáles son tus hobbies? ¿Qué es lo que más te apasiona? ¿Cuál es tu momento favorito del día? ¿Cuál es tu habilidad más destacada? ¿Hay tareas específicas en tu trabajo actual que disfrutes? ¿Qué soñabas ser cuando eras chico?
Una vez definido el producto o servicio, podés seguir los nueve pasos que propone Jeff Haden en su artículo Start a Business: 9 Steps to Validate a Business Idea While Keeping Your Full-Time Job. Si trabajás por tu cuenta, en lugar de diversificar inmediatamente en negocios diferentes, podés “escalar” tu fuente de ingresos actual incorporando ideas que te permitan cobrar más de una vez por el mismo trabajo.
Relación con el ahorro
El camino financiero común es bastante sencillo: cobrás tu sueldo, pagás los gastos y, si sobra algo, ahorrás. Sin embargo, este enfoque usualmente lleva a que los ingresos se “derritan” rápidamente entre gastos fijos, variables y algún que otro gustito. El concepto de “pagate a vos primero” propone un enfoque diferente: separar al menos un 10% de tu ingreso mensual apenas lo recibís, y luego ocuparte de los gastos con el resto.
Con ese 10% podés invertir en opciones simples como deuda del gobierno o Letras de Regulación Monetaria. ¿Cómo afrontar las erogaciones mensuales luego de apartar ese 10%? Tu primer objetivo será reducir gastos para adaptarte a vivir con el 90% del ingreso que solías tener.
Estímulo de ahorro
El estímulo adecuado es crucial para mantener el esfuerzo de ahorro. Definí un objetivo claro para tu ahorro mensual; sin un propósito concreto, es fácil abandonar el hábito.
Si estás empezando en este campo, te recomiendo que tu primer objetivo sea construir un fondo de emergencia. Este fondo debe equivaler a seis meses de tus ingresos mensuales y ser de fácil acceso (lo que se denomina “líquido” en finanzas).
Una vez que cumplas esta primera meta, tu siguiente tarea será ahorrar para incrementar tus ingresos totales a través de la inversión. ¿Cómo se relacionan el ahorro y los ingresos totales? Al ahorrar para invertir, estarás creando una nueva fuente de ingresos pasivos financieros.
Utilizá vehículos de inversión como los vistos en el punto anterior para lograrlo. El crecimiento lento pero constante de tus ingresos te motivará a seguir ahorrando e incluso aumentar tu hábito de ahorro.
Último paso
Podrías pensar: “¿Para qué voy a invertir si tengo poco dinero y los rendimientos reales hoy en día son bajos?”. Sin embargo, este es un error común. Diversos estudios muestran que la tasa de ahorro es más importante que la tasa de rentabilidad de las inversiones.
En su artículo Here is why your savings rate is more important than your investments’ returns, Anora Mahmudova explica que si ahorrás el 5,5% de tu ingreso mensual y lo invertís al 1% anual durante 30 años, tendrás una riqueza mayor que ahorrando solo el 1% e invirtiéndolo al 10% anual.
No dejar de realizar los gastos "aceptables"
Los gastos aceptables son aquellos que no resultan nocivos para nuestras finanzas personales y que debemos realizar en el día a día. Veamos algunos casos con su respectiva categorización.
Necesarios: vivienda, salud, comida, transporte y vestimenta son algunos de los rubros donde encontramos gastos necesarios. Es muy importante evitar el autoengaño, ya que muchas veces el gasto del supermercado no está compuesto en un 100% de productos necesarios, sino que puede incluir productos que corresponden a otras categorías. Lo mismo podríamos decir del transporte: si sos de tomarte taxis o ubers para ir a todos lados para ganar en comodidad a la hora de viajar, entonces no deberías clasificar esos gastos dentro de la categoría de necesarios.
Inteligentes por disfrute: es importante darnos algunos gustos para que no todo sea laborioso, pero más allá del criterio y la puntería que debemos ensayar para elegir cada capricho que genere real disfrute, antes de realizar este tipo de erogaciones debemos evaluar a conciencia su impacto en nuestras finanzas personales. ¿Superan el 10% de nuestro presupuesto mensual? ¿Lo estamos financiando con la tarjeta de crédito o de otra forma tal que reducirá nuestro flujo de fondos futuro?. De inversión: en casi todo gasto lo adquirido se consume de inmediato, mientras que, si hablamos de gasto de inversión, la definición indica que gastamos hoy para beneficiarnos mañana. Un ejemplo de gasto de inversión es la compra de electrodomésticos más caros, pero de bajo consumo, que ayuden a reducir lo que pagamos.