Redacción El País
El Pentágono confirmó ayer martes que las fuerzas estadounidenses y de la coalición han sido objeto de diez ataques en sus bases de Irak y tres en Siria por parte de grupos respaldados por Irán desde el pasado 7 de octubre.

El secretario de Prensa del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder, confirmó estos ataques, con drones o cohetes pero no quiso entrar en detalles sobre los ataques o sobre la defensa contra éstos por cuestiones de seguridad.

Sí recalcó que EE.UU. cuenta con “importantes capacidades” y por tanto la habilidad para responder y proteger a las tropas estadounidenses y hará uso de dichas capacidades cuando sea necesario.

“Nadie quiere un conflicto mayor”, dijo Ryder al ser preguntado sobre la posibilidad de que la guerra se extienda debido a estos ataques, pero también insistió en que EE.UU. “no dudará” en reaccionar si sus fuerzas son atacadas.

Sobre la implicación directa de Irán, el general de brigada habló en todo momento de los autores como grupos “próximos” a Teherán o apoyados incluso por su Guardia Revolucionaria Islámica.

Ryder confirmó que están de camino en la zona baterías de defensa aérea y batallones Patriot para aumentar la protección de las tropas y sus aliados.

El general de brigada aseguró que está habiendo mucha “desinformación” sobre los ataques y por eso el Mando Central de Estados Unidos (Centcom) está recopilando todos los datos para poder dar a la opinión pública una información más clara de lo que está ocurriendo.

En cualquier caso quiso separar las dos situaciones que se están dando en este momento, por un lado la guerra de Israel contra Hamás y por otro la necesidad de evitar una escalada y de enviar ese mensaje a quienes “pretenden” hacer que se convierta en un “conflicto regional”.

Reiteró que el aumento de las capacidades y del potencial de defensa busca dar ese mensaje a quienes insisten en tratar de “desestabilizar”. “Tomaremos las medidas adecuadas. No vamos a dudar en defender a nuestra gente”, insistió.

Tanto Hezbulá como otros grupos armados apoyados por Irán están presentes en el territorio sirio y son aliados del régimen de Bachar al Asad, mientras que Israel considera su permanencia en ese país vecino como una amenaza para la seguridad israelí.

El movimiento chií ya está enzarzado en intensos ataques cruzados con Israel desde el sur del Líbano.

Israel ataca el territorio sirio de forma relativamente frecuente, la mayoría de las veces con misiles por parte de su aviación y menos comúnmente por vía terrestre desde su lado de la frontera, muchas veces teniendo como objetivo a Hezbulá u otras milicias. (EFE)