Redacción El País
Estados Unidos y China levantaron ayer miércoles parcialmente y durante 90 días los elevados aranceles que se impusieron recíprocamente en un afloje temporal de la guerra comercial que sacudió los mercados y las cadenas de suministro internacionales.
En unas reuniones en Ginebra durante el fin de semana, representantes de las dos principales economías del mundo acordaron reducir drásticamente los gravámenes aduaneros que amenazaban con paralizar de facto el comercio bilateral.
El presidente estadounidense, Donald Trump dijo que tenía un borrador para un acuerdo comercial “muy sólido” con China que permitirá “la apertura” de la economía asiática a las empresas estadounidenses.
“Tenemos el marco de un muy, muy sólido acuerdo con China. Pero la parte más emocionante del acuerdo es la apertura de China a los negocios con Estados Unidos”, afirmó a la cadena Fox News.

Trump puso patas para arriba el comercio internacional con la imposición generalizada de aranceles, especialmente agresivos contra China. El gigante asiático respondió con medidas similares contra las importaciones estadounidenses.
Después de un descalabro bursátil y las dificultades en muchas empresas, ambas partes entablaron negociaciones durante el fin de semana que resultaron en un acuerdo de levantamiento parcial de las tarifas durante 90 días.
Según lo pactado, los aranceles estadounidenses a los productos chinos bajaron del 145% al 30% y los impuestos por Pekín del 120% al 10%.
Tras el acuerdo del lunes, China retiró la prohibición impuesta a sus compañías aéreas de aceptar aviones de la estadounidense Boeing.
China también anunció que suspendía por 90 días algunas contramedidas no arancelarias, en particular algunas restricciones tomadas contra decenas de entidades estadounidenses del sector de las exportaciones e importaciones.

Por su parte, la administración estadounidense anuló el martes nuevas restricciones a la exportación de semiconductores utilizados para el desarrollo de la inteligencia artificial, que habrían penalizado sobre todo a China.
“No hay ganadores en una guerra arancelaria o una guerra comercial”, dijo el presidente Xi Jinping en una cumbre con países de América Latina y el Caribe en Pekín, adonde acudieron los jefes de Estado de Brasil, Chile y Colombia.
La tregua temporal no disipa las tensiones y discrepancias. Los aranceles de Estados Unidos son más elevados porque incluyen un 20% impuesto por el presidente Trump por la supuesta pasividad de China para frenar el tráfico de precursores químicos del fentanilo.
Según Washington, estos productos son enviados a México, donde son procesados por cárteles que luego infiltran el opioide sintético al territorio estadounidense.

China niega su responsabilidad y asegura haber tomado medidas. El martes, un portavoz diplomático de Pekín instó a Washington a “dejar de desprestigiar y echar culpas” a otros.
Los analistas señalan que la posibilidad de una reimposición de los aranceles después de 90 días añade más incertidumbre.
“Una mayor reducción de tarifas será difícil y el riesgo de una nueva escalada persiste”, apuntó Yue Su, economista principal en The Economist Intelligence Unit.
“Ambas partes sufrieron mucho dolor económico y aún pueden soportar un poco más”, declaró Dylan Loh, profesor adjunto de la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur. AFP
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