Redacción El País
El portavoz del Ejército de Israel, el general de brigada Effie Defrin, informó este lunes que la nueva ofensiva para la Franja de Gaza incluye "un ataque a gran escala y el desplazamiento de la mayoría de la población palestina a una zona libre de Hamás". "Se realizarán continuos ataques aéreos, se eliminarán a los terroristas y se desmantelará la infraestructura", detalló Defrin en un vídeo grabado en la frontera con la Franja de Gaza en el que aseguró que el retorno de los rehenes a Israel también forma parte de los objetivos de esta nueva operación.
Además, detalló que las fuerzas israelíes seguirán "el modelo Rafah" en referencia a la reciente anexión de la ciudad fronteriza con Egipto y barrios aledaños a la conocida como "zona de amortiguación", creada por Israel desde que empezó su ofensiva en Gaza.
El modelo consiste en ir incluyendo a la "zona de seguridad" israelí partes de la Franja de Gaza, una vez las tropas israelíes hayan "arrasado con toda la infraestructura de Hamás".
Tras el fin del alto el fuego el pasado 18 de marzo, el Ejército no solo retomó los bombardeos aéreos diarios contra la Franja, sino que también ha ido incorporando a la "zona de seguridad" partes del territorio gazatí. Cerca del 30% del territorio gazatí forma parte de la "zona de seguridad", informó recientemente el Ejército.
Hora antes, el gabinete de seguridad israelí ya había anunciado un plan para expandir las operaciones militares en Gaza, que incluyen la "conquista" del territorio palestino y el desplazamiento de la población, según informó alto funcionario. Previo a la reunión de gabinete, el ejército anunció el domingo la movilización de decenas de miles de reservistas para intensificar su ofensiva en Gaza contra el movimiento terrorista palestino.
"El plan incluirá, entre otras cosas, la conquista de la Franja de Gaza y mantener los territorios", así como "mover a la población de Gaza hacia el sur para su protección", indicó la fuente.
También se anunció un esquema con el que reanudar el acceso de ayuda humanitaria que Israel bloqueaba totalmente desde el pasado 2 de marzo, informó la prensa nacional. Entrarían alimentos, electricidad, medicamentos y combustibles.
Según el diario Israel Hayom, la estrategia está enfocada a aumentar gradualmente la presión militar sobre el enclave.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, "sigue apoyando" además la idea del presidente estadounidense Donald Trump de promover la emigración voluntaria de los gazatíes a países vecinos como Jordania y Egipto, añadió el alto funcionario. Sin embargo, tanto Jordania como Egipto han manifestado reiteradamente su oposición a esta propuesta.
El gabinete de seguridad incluye a Netanyahu y varios ministros, y "aprobó de forma unánime" el plan, que busca derrotar a Hamás, el movimiento que gobierna Gaza y que lanzó un sorpresivo ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, que desencadenó el conflicto.
La fuente consultada por AFP dijo que el plan incluye asestar "golpes poderosos a Hamás", sin especificar su naturaleza, y garantizar el regreso de los rehenes israelíes aún cautivos.
El funcionario afirmó que Israel deja abierta, hasta mediados de mayo, "una ventana" de negociaciones para la liberación de los rehenes que siguen cautivos, hasta el final de la visita de Trump, a Oriente Medio, prevista del 13 al 16 de mayo.
La Unión Europea expresó su preocupación por el plan del ejercito israelí, que resultará en "más heridos y sufrimientos para la población palestina" y pidió a Israel ejercitar la "máxima moderación".
El plan "sacrifica a los rehenes"
Israel intensificó sus bombardeos aéreos y amplió las operaciones terrestres en la Franja de Gaza desde que rompió una tregua de facto y retomó la ofensiva en el territorio palestino el 18 de marzo. Según dice, el objetivo es obligar a Hamás a liberar a los rehenes aún cautivos. Este lunes, la Defensa Civil de Gaza, controlada por la organización terrorista, anunció la muerte de 19 personas en bombardeos israelíes en el norte del territorio.
El Foro de las Familias de los rehenes capturados por Hamás el 7 de octubre de 2023 declaró que el plan anunciado "sacrifica a los rehenes". "Esta mañana, el gobierno ha reconocido que escoge el territorio en lugar de los rehenes, al contrario de lo deseado por más del 70% de la población", añade el Foro de las Familias en un comunicado.
Los milicianos terroristas mantienen cautivos a 58 rehenes, del total de 251 secuestrados el 7 de octubre de 2023. El ataque de Hamás aquel día resultó en la muerte de 1.218 personas del lado israelí, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales.
La operación israelí de represalias mató desde entonces al menos a 52.567 personas en Gaza, en su mayoría civiles, de acuerdo con el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás.
Plan israelí para la ayuda en Gaza: qué implica
El plan, con el que el gobierno israelí pretende —según fuentes gubernamentales— "evitar que Hamás tome el control de los suministros", fue presentado por Israel en Tel Aviv el pasado viernes a varias ONGs y a la ONU, informaron a EFE varias organizaciones. Esta semana, las autoridades israelíes tienen previstas reuniones individuales con organizaciones humanitarias a fin de lograr apoyos al plan, indicó un trabajador humanitario.
¿Qué implica la visión del gobierno israelí con la que planea controlar la distribución de suministros entre la población civil? EFE ha hablado con cinco fuentes de diferentes organizaciones humanitarias —dos ONGs y tres agencias de la ONU— informadas sobre este nuevo plan.
Cuatro o cinco puntos de distribución. El plan israelí apoya la creación de "cuatro o cinco" centros de distribución solo en el sur de Gaza y potencialmente un centro adicional bajo el área militar de Netzarim (centro), ubicada al sur de Ciudad de Gaza.
El modelo de entrega propuesto por Israel evita que la ayuda se almacene: unos 60 camiones entrarían a diario —una décima parte de lo que entró diariamente durante el alto el fuego— con paquetes de 20 kilos de ayuda humanitaria, mayormente alimentos, que serán recogidos por cabezas de familia.
Lo mismo ocurre con la comida caliente: esta sólo podrá salir de los centros de distribución del Ejército, sin la existencia de cocinas comunitarias, como hasta ahora, dirigidas por ONGs como World Central Kitchen o panaderías que antes eran apoyadas por el Programa Mundial de Alimentos.
Contratistas estadounidenses. Toda la ayuda humanitaria entraría por el cruce de Kerem Shalom, controlado por Israel, y solo ONGs registradas en Israel podrán operar en estas zonas humanitarias, lo que excluye a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), vetada por el Gobierno israelí desde finales de enero.
Una vez dentro del enclave, la ayuda viajará a estos centros bajo la protección de contratistas de seguridad estadounidenses, que también estarán dentro y alrededor de los puntos de distribución. Sin embargo, toda la distribución directa y el contacto con los palestinos estaría a cargo de trabajadores humanitarios no gubernamentales.
Según una de las ONG con la que habló EFE, los centros de distribución estarían siempre "dentro de la línea de visión directa" de puestos militares israelíes, lo que podría provocar ataques de soldados, y se ha barajado que los gazatíes sean sometidos a un chequeo de reconocimiento facial o biométrico a fin de monitorizar quién accede a la ayuda.
Según esta organización, si bien Estados Unidos apoya el plan, este país no ha aclarado si pretende pagar por la seguridad privada para los convoyes o las propias operaciones de entrega de ayuda.
¿Por qué las ONGs y la ONU se oponen? "Lo único que queremos es ayudar a los necesitados, pero es inaceptable que nos convirtamos en un peón de la estrategia militar de Israel", aseguró a EFE una trabajadora humanitaria cuya organización opera en Gaza. Esta fuente reiteró que Israel, como potencia ocupante y parte del conflicto, no puede decidir quién será o no beneficiario de la ayuda, ya que su distribución debe estar guiada por la necesidad y no por estrategias militares. Atentaría, dijo otra fuente, contra los principios humanitarios de imparcialidad y neutralidad.
Las ONGs aseguran temer brotes de violencia entre una población desesperada, además de arrestos arbitrarios en los puntos de distribución. Más de 400 trabajadores humanitarios han muerto, la gran mayoría por fuego del Ejército desde que comenzó la ofensiva en octubre de 2023, según las Naciones Unidas.
Rechazo unánime entre humanitarios. Anoche, en un comunicado conjunto, agencias de la ONU y representantes de ONGs, internacionales y palestinas, que operan en Gaza manifestaron su oposición al plan israelí, al decir que obliga a civiles a acudir a zonas militarizadas para recoger raciones y dificultar a los más vulnerables llegar hasta ellas.
"Entendemos que se trata del suministro de cantidades limitadas de recursos, principalmente alimentos, bajo un marco militar que no está diseñado para satisfacer las necesidades básicas de las personas y que deja a muchos gazatíes atrás", dijo hoy a EFE un funcionario de la ONU. EF
Deudas por el hambre
La desesperada situación que se vive en la capital de la Franja condujo al saqueo de la única cocina comunitaria que continuaba funcionando hace dos días. "Hay crimen organizado, los saqueadores vienen con armas y provocan el caos, luego vienen familias hambrientas y se llevan la comida", detalla a la agencia EFE Bassem Al Shanbari, un joven palestino de 24 años.
Este lunes, 300 personas hacían cola en una escuela en Ciudad de Gaza para recibir su única comida diaria, una sopa con pasta, de manos de una organización argelina. Según atestiguó EFE, esperaron allí casi cuatro horas para poder hacerse con su ración, en uno de puntos de distribución de comida del enclave, que se están quedando sin reservas.
Naser Al Omar, de 45 años, no ha comido nada en lo que va de día. "No hay nada", lamenta a EFE desde otro punto del enclave, Jan Yunis, al sur de la franja. "No hay un minuto en la noche en que durmamos, no hay descanso en absoluto ni ningún consuelo psicológico", asegura Naser.
Ayeh Abu Hammam Shurab, 34 años, señala también desde Jan Yunis que los niños gazatíes sufren debilidad e inanición porque no pueden acceder a los productos necesarios para su desarrollo.
A la escasez de bienes por el cierre de los pasos fronterizos se añade que las zonas agrícolas están ahora bajo control israelí y la falta de poder adquisitivo ya que, en una Gaza asediada, no hay trabajo.
Con información de EFE y AFP
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