La historia de Iván Merlo, el funcionario municipal de 63 años que murió en incendio del asilo de Santa Lucía

El fuego comenzó en su habitación; la fiscal del caso, Irena Penza, recibirá el informe de Bomberos dentro de 10 días y tomará una resolución

El residencial incendiado se ubica en Luis Alberto de Herrera y Brasil de la ciudad de Santa Lucía.
El residencial incendiado se ubica en Luis Alberto de Herrera y Brasil en la ciudad de Santa Lucía.
Foto: Estefanía Leal.

Unos perros comenzaron a ladrar cuando se inició el fuego. Las llamastomaron cuenta de tres habitaciones del residencial que ocupa toda la esquina de la calle Luis Alberto de Herrera y Brasil en la ciudad de Santa Lucía. Eran las 2:30 horas del 29 de julio pasado. En una de las habitaciones incendiadas dormía el funcionario municipal Iván Merlo, de 63 años, y otro residente.

Merlo, que se encontraba casi postrado en una cama por un accidente de tránsito, falleció. El otro huésped que compartía la habitación logró salir a la calle. En el residencial habían alrededor de 25 personas. Carecía de habilitación de Bomberos.

Tras el siniestro tres personas fueron internadas. Una de ellas se encuentra en el CTI de la mutualista Corporación Médica de Canelones (Comeca) por inhalar humo y quemaduras.

Iván Merlo era una persona muy conocida en Santa Lucía por su trabajo en la Junta Local de esa ciudad. También era un comerciante nato, pasión que había heredado de su padre, Pablo Arsenio Merlo.

Cuando su padre falleció, Iván continuó con el comercio en forma paralela a su trabajo en la Junta Local. Al tiempo cerró ese almacén y abrió una rotisería. Tenía dos hermanas y dos hijas.

Sus compañeros de la Junta Local de Santa Lucía lo recuerdan como un hombre alto, morocho y de bigotes. "Le gustaba mucho hacer deportes. Estaba siempre en buena forma física. También tenía un carácter fuerte", dijo a El País una funcionaria de esa repartición municipal.

En esa oficina lo recuerdan como una persona muy solidaria, que estuvo vinculado al gremio municipal de Canelones y que en muchas oportunidades participó en las organizaciones de ollas populares en huelgas decretadas por dicho sindicato.

El interior del asilo incendiado.
El interior del asilo incendiado.
Foto: Estefanía Leal.

El accidente

Tras tener dos parejas, Merlo vivía solo en una casa en el balneario Los Titanes (Canelones). Había cambiado su puesto de trabajo en la Junta Local de Santa Lucía a la Junta Local del balneario San Luis.

El 9 de junio de este año, la vida de Iván Merlo dio un giro de 180 grados. Circulaba en una moto nueva por la Ruta Interbalnearia, entre el tramo comprendido por los balnearios Atlántida y Parque del Plata. La rueda delantera tuvo un fallo y Merlo chocó contra una columna. Cayó al suelo. Sufrió una fractura expuesta en la pierna derecha y lesiones en la pelvis y en una costilla.

A sus compañeros más cercanos, Merlo trasmitió que no recordaba nada de lo que le pasó en la ruta. Gracias a su musculatura desarrollada durante muchos años de hacer deporte, el impacto no le generó más daño.

La casa de salud fue cerrada tras el siniestro fatal.
La casa de salud fue cerrada tras el siniestro fatal.
Foto: Estafanía Leal.

En el momento del accidente, Merlo estaba de licencia médica porque sufría de depresión. Tomaba regularmente sus medicamentos, según dijeron sus compañeros a El País. Y agregaron que jamás había tenido un intento de suicidio.

Fue operado por las lesiones sufridas en el accidente. Lo desvelaba no poder hacer deportes, la quietud. Al poco tiempo de la cirugía, Iván intentó pararse y se volvió a lesionar. Debió ser operado otra vez el 15 de junio de este año. Sus familiares lo llevaron a la casa de salud casi inválido. Le trasmitieron que era solo por tres meses hasta que se recuperara. También le dijeron que se trató de un consejo de los médicos, porque no podía valerse solo

Como era fumador, Iván pedía a los funcionarios del residencial que lo sacaran en la silla de rueda a la vereda. "Nunca fumó en la habitación", dijo uno de los compañeros que lo visitaba a menudo rechazando versiones que circulan en la ciudad sobre que Merlo fue el responsable del accidente.

Según supo El País, Merlo estaba desconforme en el residencial porque no conocía a los otros residentes —la mayoría eran muy mayores— y su inmovilidad era casi total.

El origen del fuego se desconoce hasta hoy. La habitación donde dormía Iván se incendió. Su compañero, como se dijo, salió ileso. Otros residentes lograron salir al exterior por una puerta lateral ubicada sobre la calle Brasil.

La casa de salud fue tapiada.
La casa de salud fue tapiada para evitar ingresos de extraños.
Foto: Estefanía Leal.

La fiscal de Canelones, Irena Penza, investiga el caso como homicidio. “De la observación primaria surge que el inicio del foco estaría en una de las habitaciones, donde efectivamente se encontró el cuerpo de la víctima. Eso lo va a corroborar Bomberos, que son los técnicos y especialistas”, afirmó la fiscal en rueda de prensa realizada el 30 de julio.

Consultada ayer por El País, Penza dijo que no podía dar detalles de lo ocurrido porque la investigación preliminar es reservada. Agregó que dentro de 10 días tendrá en sus manos el informe de Bomberos y tomará una decisión sobre el siniestro.

En Santa Lucía corren varias versiones sobre el origen del incendio. Sin embargo, hay coincidencias acerca del buen funcionamiento del residencial.

Fenómeno

En 2000, un médico de Montevideo fue destinado a una policlínica de Santa Lucía. Le llamó la atención la cantidad de casas de familias que alojaban adultos y pacientes psiquiátricos. Veinticinco años más tarde, esa es una realidad aceptada por gran parte de la población de la ciudad canaria.

Los vecinos no se ponen de acuerdo sobre la cantidad de residenciales que hay en Santa Lucía. Algunos dicen que hay 20. Otros que hay 30.

"Cualquiera que tiene una o dos piezas libres toman hasta cinco ancianos. Cobran unos $ 35.000 por cada huésped. Otros reciben pacientes de la Colonia Etchepare", dijo una vecina a El País.

La fiscal Penza señaló que en el marco de la investigación tomó contacto con esa realidad y agregó que una casa de familia, con hasta cinco personas, aparentemente no requiere de control estatal. "Por arriba de cinco residentes sí se necesita inscripciones y la habilitación de Bomberos. Es como un marco que queda como en un limbo; hay diferentes normativas", explicó.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar