La agenda local está acostumbrada: cuando surgen novedades a más de 7.300 kilómetros al norte, sobre las costas del Caribe, donde rige el autoritario régimen de Nicolás Maduro, los bloques políticos recrudecen su doméstico enfrentamiento, y muestran de ambos lados, casi insalvables, sus argumentos para sostener posturas contrapuestas. Esto se da ha dado ciclos en los últimos años, y sin importar qué partido esté en el gobierno.
El último disparador que activó, otra vez, este duelo dialéctico, fue un comunicado suscripto por gobiernos afines ideológicamente (Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Ecuador y Perú) con el que cargaron contra la dictadura de Venezuela, y que el gobierno de Yamandú Orsi no firmó.
El comunicado, que recibió el directo agradecimiento de la opositora y flamante premio Nobel de la Paz María Corina Machado (ver recuadro), fue interpretado por la Cancillería uruguaya como un pronunciamiento en respuesta a la declaración conjunta del Mercosur, cuyos presidentes y cancilleres tuvieron su reunión semestral este fin de semana en Foz de Iguazú (Brasil) -y que contó con el nuevo aplazamiento de la firma del acuerdo comercial con la Unión Europea como tema principal de la cumbre-, que no incluyó menciones al asunto venezolano por falta de consenso interno.
El presidente argentino Javier Milei, el paraguayo Santiago Peña y el panameño José Raúl Mulino, junto con los cancilleres de los otros tres países firmantes, manifestaron “su profunda preocupación por la grave crisis migratoria, humanitaria y social en Venezuela, Estado suspendido del Mercosur en la aplicación del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático”. Y exhortaron “a las autoridades venezolanas a cumplir con los estándares internacionales” en materia de derechos humanos “a liberar de inmediato y a garantizar el debido proceso legal, así como la integridad física, de todos los ciudadanos privados arbitrariamente de su libertad”. Y también ratificaron su “firme decisión de alcanzar, por medios pacíficos, el pleno restablecimiento del orden democrático” en el país caribeño.
Uruguay declinó participar de este texto, en buena medida porque no hay ninguna referencia a la situación “explosiva” que está ocurriendo en el Caribe, con la presencia militar norteamericana y sus acciones directas contra buques venezolanos, y mensajes explícitos de Donald Trump amenazando con una inminente invasión en tierras bolivarianas.
“El tema Venezuela tiene que observarse en el contexto global actual, y hoy la situación ha cambiado, explota”, dijo a El País una fuente de la Cancillería uruguaya.
El debate con la oposición y los argumentos del FA
La no inclusión de Uruguay en este pronunciamiento fue cuestionado por varios referentes de la oposición, como el senador blanco Sebastián Da Silva, quien se preguntó por los “secretos” detrás de “esta negativa a firmar” y lamentó el aislamiento en que a su entender queda Uruguay “del mundo lógico”, o el diputado también blanco Juan Martín Rodríguez, que acusó a la Cancillería de “una vez más” haber “elegido ser eco del silencio cómplice”.
“Francamente no se comprende por qué Uruguay no firma esta declaración sobre Venezuela. ¿Siguen con la idea de ser neutrales entre el pueblo y la dictadura? “, se preguntó, por su parte, el excanciller Omar Paganini -en un mensaje que fue reposteado, en twitter, por el expresidente Luis Lacalle Pou-, quien además criticó a Lubetkin, en una columna publicada en El País, los argumentos empleados por el actual canciller para cuestionar el Nobel a Machado. Lubetkin ha dicho, por ejemplo, que con ese gesto no se ayudó “a bajar las tensiones” o a propiciar “escenarios sinergéticos y de encuentro entre los países de América Latina”.
Acusar al FA es ”manija de la derecha”
Para el presidente del Frente Amplio, las críticas que recibe esta fuerza política por su postura en torno al conflicto venezolano y la acusación de que la izquierda “toma partido a favor de Maduro”, es en realidad “una manija de la derecha”. “De eso disfruta”, subrayó Fernando Pereira. “Es un alimento que no le contribuye en nada, pero genera algún odio desalentador”, opinó, al mismo tiempo que lamentó los “extremismo inaguantables” que han surgido en América Latina, que atraviesa un “crucial momento”.
La postura del gobierno, señalaron fuentes oficiales, está íntegramente reflejada en la intervención de Orsi de este sábado, en la que expresó su “voluntad inquebrantable de colaborar activa y constructivamente en la restauración pacífica del orden institucional y democrático” en el país gobernado por Maduro.
Y la postura del Frente Amplio es, más allá del debate de fondo, hacer énfasis en que “el continente está en peligro” con la histórica presencia de parte importante de la flota estadounidense en aguas caribeñas y venezolanas. Ponerse a discutir sobre lo otro, dijo a El País Fernando Pereira, “parece política menor”.
“Eso no quiere decir que no sea importante para Venezuela, que de hecho lo es -agregó el presidente del Frente Amplio- , ni para el Frente Amplio, que de hecho no reconoció los (últimos) resultados electorales, básicamente porque el Centro Carter y Naciones Unidas no dieron el visto bueno al escrutinio”.
Pero aseguró que “lo que no es lógico” es que el conflicto venezolano sea resuelto “con una intervención norteamericana”. “Eso es la vuelta del imperialismo y la Doctrina Monroe. Uruguay no puede adherir a eso”. Sería una traición, agregó, a “las buenas políticas internacionales de Uruguay, no de ahora, sino las históricas”.
Sobre María Corina Machado y el premio recibido semanas atrás, dijo entenderlo como algo “de locos”. “Ella participó del golpe de Estado a Hugo Chávez en 2002, y es alguien que ahora pide a toda voz la intervención militar para su país”. Es decir, concluyó Pereira: “Participó de actos muy violentos en Venezuela y en cuestiones muy duras. Estoy con la posición de Orsi, el premio debería haber quedado vacante”.
Machado agradece su apoyo a los países críticos con Maduro
La líder opositora venezolana y reciente premio Nobel de la Paz María Corina Machado agradeció este domingo a Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Ecuador y Perú por “su compromiso con la democracia y los derechos humanos” en el país caribeño.
Este grupo de naciones suscribió el sábado, al margen de la cumbre del Mercosur, realizada en Brasil, una declaración que pide a Venezuela “reestablecer” el orden democrático “por medios pacíficos” y garantizar el “respeto irrestricto a los derechos humanos”.
En la red X, Machado agradeció a los gobiernos de estos seis países “por exigir el fin de las detenciones arbitrarias y la liberación de los casi mil presos políticos en manos del régimen de (Nicolás) Maduro”.
“Sabemos que América Latina acompaña la lucha justa, legítima e irreversible por la democracia y la libertad de Venezuela”, agregó.
La declaración, difundida por el gobierno paraguayo y de la que varios dirigentes opositores en Uruguay se hicieron eco en las últimas horas, no fue suscrita ni por el Brasil de Luis Inácio Lula Da Silva, además de por Uruguay, los dos miembros del Mercosur con gobiernos de tendencia progresista, y tampoco por Chile, que es Estado asociado del bloque sudamericano.
Brasil estaba abierto a incluir una mención a la defensa de los derechos humanos en Venezuela, pero también quería expresar preocupación por el despliegue militar de Estados Unidos en la región y manifestar rechazo a las medidas unilaterales coercitivas. Como no hubo acuerdo en estos puntos, el párrafo de Venezuela se excluyó de la declaración del Mercosur y los otros seis países optaron por divulgar un texto en el que expresaron su “profunda preocupación por la grave crisis migratoria, humanitaria y social en Venezuela” y exhortaron al gobierno de Maduro a liberar y a garantizar el debido proceso, así como la integridad física, de todos los ciudadanos privados “arbitrariamente” de su libertad.