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Doce uruguayos recluidos en crucero de lujo con infectados de coronavirus

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El crucero fue declarado en cuarentena y nadie puede descender a puerto; médicos recorren los pasillos del buque. Foto: El País

PUERTO DE DUBÁI

Doce especialistas navales uruguayos, que fueron contratados por una empresa de servicios marítimos de Miami, se encuentran confinados en sus camarotes en un crucero de lujo amarrado en Dubái.

Trabajar en un crucero puede ser algo tentador para muchos uruguayos. Sueldos elevados, puertos lejanos, tratar a personas de diferentes orígenes o probar comidas exóticas. Esos son los atractivos. Y si uno es un vocacional del mar, el imán es gigante. Eso sedujo a doce especialistas uruguayos (mecánicos navales, marinos mercantes, soldadores y torneros).

Estos compatriotas casi aullaron de alegría cuando el 23 de enero de este año recibieron una carta de una empresa de Miami donde se les comunicaba que trabajarían en un crucero que haría un tour por puertos árabes. El sueldo era muy tentador, entre US$ 4.000 y US$ 5.000 mensuales.

La carta de la empresa estadounidense de servicios marítimos, a la que accedió El País, informaba a los uruguayos que en la paga estaba incluido un seguro de salud con repatriación en caso de necesidad y asistencia médica a bordo mientras durase el trabajo.

Hoy su situación no es nada disfrutable. Están confinados en sus propios camarotes, se tienen que ir a buscar sus alimentos a un comedor junto a cientos de personas, no les dan mascarillas y si sufren alguna sintomatología, están obligados a ir a la emergencia donde deben convivir con enfermos que padecen COVID-19. Así lo relató a El País el abogado Marcos Pacheco, quien fue contactado por los uruguayos para que gestione su repatriación.

“Hoy la situación de estos uruguayos es lamentable. En ocasiones deben alimentar a los enfermos. La empresa que los contrató desapareció”, explicó Pacheco.

Uno de los técnicos uruguayos envió un mail al Ministerio de Relaciones Exteriores donde explicaba su situación desesperante y solicitaba su repatriación a la mayor brevedad posible. El mail, al que accedió El País, señala como tema: “Corredor Sanitario. Denuncia del Crucero Horizon., dispuestos a tomar Medidas”. La respuesta fue: “Estimado señor C. Su mail fue puesto en conocimiento de la Superioridad a sus efectos. Saludos, A.P.D, consultor web del Ministerio de Relaciones Exteriores”.

En Cancillería reconocieron ayer a El País “estar al tanto de la situación” y “haciendo todo lo humanamente posible para resolverla”.

La desesperación.

Las empresas de cruceros venden sueños. Paisajes, momentos, lujo, encuentros románticos bajo la luna, descanso casi constante y piscinas de aguas azules.

El crucero Horizon es calificado por las web que venden viajes por alta mar como un buque elegante, con estilo y con unas excelentes instalaciones de diseño. Remodelado en 2012, destaca por la calidad de sus restaurantes y su servicio de primera. Este barco, dicen las publicaciones, cuenta con piscinas exteriores, spa, centro de belleza, jacuzzis y gimnasio. Además en el tiempo de ocio a bordo del Horizon es posible disfrutar del teatro Broadway como de salas de cartas, de la discoteca y del casino. Así como de sus modernas instalaciones para practicar deporte y para relajarse.

Para los tripulantes, buena paga, propinas elevadas y algo de diversión en ratos libres.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 cortó el viaje de ensueño de muchos pasajeros y tripulantes. Y lo transformó en el guión de una película apocalíptica.

Nadie puede bajar de la embarcación. Foto: El País
Nadie puede bajar de la embarcación. Foto: El País

Al contagiarse miembros de la tripulación y pasajeros, a los uruguayos les ordenaron confinarse en los camarotes. Cuando el número de personas con COVID-19 aumentó, los cambiaron de piso del crucero en varias ocasiones. Iban moviendo a la población sin recomendación médica, relató un tripulante uruguayo al abogado Pacheco. Poco después, llegó un médico y ordenó a los uruguayos una cuarentena en sus camarotes.

Y la ansiedad.

La empresa contratante en Miami desapareció. Y tampoco lograron ser repatriados porque el cupo que había en la zona era escaso.

“Hasta la fecha no han tenido respuestas concretas del gobierno. Desde la Cancillería se les trasmitió que iban a intentar conseguirles un vuelo hacia Brasil o si no uno que vaya de Dubái a España y de ahí a Brasil”, dijo Pacheco. Y agregó: “Hoy a los uruguayos los tienen aislados en el buque”.

A mediados de marzo de este año, los técnicos uruguayos veían como sus colegas de otras nacionalidades abandonaban el buque y regresaban a sus países. Un audio de uno de los técnicos enviado a Pacheco dice que se fueron brasileños, peruanos y colombianos.

Durante días los uruguayos estuvieron en un limbo. “La compañía especuló con el hecho de que continuemos trabajando el mayor tiempo posible”, afirma uno de los trabajadores. Y agrega: “Quiere que continuemos corriendo riesgo de agarrarnos esta enfermedad y ni siquiera nos paga”.

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