Se cumplen 100 días del gobierno de Orsi: en el FA destacan que hubo más de 80 anuncios y "algunas derrotas"

Hay una cosa que es clara y que nadie -ni siquiera los dirigentes más duros de la oposición- pone en duda: los primeros 100 días de cualquier gobierno no constituyen un período suficiente como para mostrar resultados de gestión. Pero sí es una suerte de mojón de calendario en el que el sistema político y los medios suelen detenerse para dar forma a unas primeras reflexiones más o menos elaboradas de lo que ha sido el inicio del gobierno, sus errores, aciertos y el estilo de conducción política, cuyos principales rasgos suelen quedar bastante identificados en este tramo de calentamiento de motores.

Los del presidente Yamandú Orsi se cumplen este lunes 9, pero la fecha forma parte de evaluaciones que las principales figuras del Frente Amplio venían haciendo en los días previos. La vicepresidenta Carolina Cosse, por ejemplo, ya declaró este viernes que la gestión de Orsi no puede evaluarse sin ponderar algunos factores externos que ella llamó “incendios” a “resolver”, para referirse a problemas heredados de la gestión anterior, tales como la situación financiera del Casmu y la Caja de Profesionales.

Pero en filas del Movimiento de Participación Popular (MPP) se sostiene, además, que hay otros eventos a tener en cuenta en esta inicial evaluación ya que incidieron en una gestión que, como ya se verá, incluso para el oficialismo tiene luces y sombras: están por un lado las elecciones departamentales y municipales del 11 de mayo, que involucró en una intensa campaña a todos los partidos, y por el otro la muerte de José Mujica, dos días después de esos comicios. “Tuvimos un arranque, no diría que complicado, pero sí particular debido a esas circunstancias”, consideró en diálogo con El País el presidente de la Cámara de Representantes, Sebastián Valdomir.

Eso y la herencia, agregan otros dirigentes frenteamplistas sumándose como coro a lo dicho por Cosse. Así, el senador Gustavo González remarca como crucial el pago de deudas millonarias -tal es el caso de ASSE, que debe unos US$ 280 millones-, o el gasto en la solución de conflictos también arrastrados de la administración de Luis Lacalle Pou, como los US$ 144 millones que se acordó abonar por el Ferrocarril Central tras resolver un dilatado diferendo. “Todos problemas difíciles para el Poder Ejecutivo”, resumió González.

A nadie le escapa, mucho menos a la oposición pero también en el oficialismo, que este arranque de Orsi no solo lo hace con bajos niveles de aprobación -de acuerdo a las encuestas sobre imagen de gestión divulgadas hasta el momento (ver recuadro)-, sino con al menos tres renuncias por motivos políticos, en un plazo tan corto que quedará en el registro histórico.

La más compleja de procesar para el gobierno y su sector mayoritario, el MPP, fue la de Cecilia Cairo al Ministerio de Vivienda, anunciada el 18 de abril -luego de reconocer que no tenía regularizada su vivienda y que por tanto no había pagado lo que debía de impuestos de Contribución y Primaria en más de 20 años.

Pero en el oficialismo también mencionan el paso al costado que el 29 de mayo debió dar el presidente del Instituto Nacional de Colonización, Eduardo Viera, también cuestionado por la oposición por no respetar la Constitución y ser colono al mismo tiempo que dirigía el organismo, y la renuncia de Alejandra Koch a la vicepresidencia de la Administración Nacional de Puertos luego de disponer el ascenso de su esposo y su chofer, entre otros hechos criticados.

“Hubo algunas derrotas como esas”, reconoció el diputado Valdomir, quien sin embargo, al igual que varios de sus correligionarios e integrantes del actual gobierno consultados por El País, hace un “balance positivo” de lo actuado hasta ahora, fundamentalmente por mantener un “rumbo” y haber llevado adelante más de 80 anuncios -84 es el número exacto contabilizado-. Estos últimos incluye desde las habilitaciones para la exportación a China de harina de colza y soja, hasta la compra de la estancia de María Dolores -criticada por blancos y colorados-, la “rebaja de $ 2,4 el litro de gasoil” y el anuncio de que la vacuna contra la meningitis se administrará en forma gratuita.

Otro tanto sucede en la política exterior que está desplegando el canciller Mario Lubetkin, y que también incluye un listado de acciones desde el Palacio Santos. La apertura del consulado de Hong Kong/Macao, los avances en las negociaciones por el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea y la “liberación de visas” para el ingreso a China (especialmente los empresarios), son algunas de las medidas que destacan allegados al ministro Lubetkin -aunque en la mayoría de los casos son continuaciones de políticas iniciadas en el gobierno anterior.

Ahora bien, como es de esperar, la impresión que hay de esta gestión en filas de la oposición es bien distinta.

“Son 100 días sin rumbo, porque no se sabe para dónde va el país”, señaló el senador blanco Javier García, que sigue esperando la creación de 2.000 puestos nuevos en la Policía, que el ministro Carlos Negro afirmó que se desplegarán “en los cinco años”.

“Pero además es un gobierno que ha demostrado una enorme torpeza -agregó-. Porque mientras precisa los votos para aprobar su reforma de la Caja de Profesionales, no tiene la mejor idea que mojarnos la oreja designando como embajadores” a la dirigente colorada Carolina Ache para Portugal, y a la exvicepresidenta nacionalista Beatriz Argimón como representante en la Unesco, siguió el exministro, que denunció así una “falta de respeto institucional a los partidos tradicionales”.

El senador blanco Sebastián Da Silva considera que ha sido tan escasa la iniciativa del Poder Ejecutivo que, como muestra, basta el hecho de que “no han podido todavía nombrar a ningún embajador, ni siquiera en Brasil y Argentina”, lo que tiene que ser aprobado en el Senado por una mayoría que la izquierda tiene. “Pero además tiran la plata como con la compra de la estancia María Dolores, mientras pierden un tiempo que después no recuperan”, cuestionó.

Consultado por lo mismo, el senador colorado Andrés Ojeda se limitó a una frase que contiene una implícita comparación con el gobierno anterior, que debió declarar la emergencia sanitaria por el coronavirus a los 13 días de asumir: “La pandemia de este gobierno son los escándalos”. García prefiere decirles “escandaletes autoinfligidos, que también muestran una torpeza política notoria”.