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Recambio de ministros blancos deja a Aire Fresco en mayoría en el gabinete de Lacalle para el cierre del mandato

Las renovaciones, que se darán a partir de marzo, generaron inquietud y conversaciones entre los dirigentes blancos, sobre todo de aquellos sectores que quedaron sin representación en el Ejecutivo

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Inauguracion puente de La Charqueada
Lacalle Pou determinó que todo ministro que vaya a hacer campaña electoral o tener un rol protagónico en el ciclo electoral, debe dar un paso al costado.
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

Cuando llegue marzo, y el 2 de ese mes el presidente Luis Lacalle Pou brinde un nuevo discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea General, el actual gobierno ingresará en una nueva y última etapa: el año final del mandato, con un gabinete casi en su totalidad renovado. Unas cuantas renuncias se debieron a errores de gestión o problemas políticos que embretaron a la coalición oficialista o al propio jefe de Estado, y otras varias -que son las que se darán en los próximos días- tendrán que ver con la disposición del propio mandatario que define que todo ministro que vaya a hacer campaña electoral o tener un rol protagónico en el ciclo electoral, debe dar un paso al costado.

Martín Lema (Desarrollo Social), Javier García (Defensa Nacional), Tabaré Viera (Turismo) y Pablo Mieres (Trabajo y Seguridad Social) están en el grupo de esos últimos. En estos casos, salvo en uno -que es Turismo, ministerio que seguirá en manos del Partido Colorado- los reemplazantes serán no solamente blancos sino del sector que desde 2019 es el mayoritario en el Partido Nacional: Aire Fresco, el espacio del presidente y del precandidato Álvaro Delgado.

Los sucesores están todos determinados, menos el de la cartera de Turismo. Es más, Viera todavía no resolvió si renunciará luego de la Semana Santa -que es la última de marzo- como ha dicho públicamente. De hecho, allegados al ministro indicaron a El País que evalúa dejar el cargo antes de esa fecha para involucrarse de lleno en su precandidatura. Pero lo que está claro es que en su lugar asumirá otro colorado, y del sector Batllistas. No se sabe el nombre porque todavía tienen lugar las conversaciones al respecto con el expresidente Julio María Sanguinetti, quien junto con Viera luego propondrá el elegido a Lacalle Pou.

El recelo blanco

Un tema que estuvo en boca de dirigentes blancos a lo largo de este período, de forma más fuerte al comienzo, cuando se armó este gobierno, pero que volvió en distintas ocasiones a lo largo de los últimos cuatro años, es la clara predominancia que ha tenido Aire Fresco en los distintos cargos de esta administración. Lo que generó inquietud no es que el sector que de hecho fue el más votado en 2019 tenga más presencia en el Poder Ejecutivo, sino la “exageración”.

Esta suerte de recelo en ciertos sectores se activó ahora, en estos últimos días, luego de conocerse el enroque que dispuso Lacalle Pou en el Mides, Defensa y Trabajo Social.

En el último caso, Mieres dejará el lugar a Mario Arizti -tal como ya dio cuenta La Diaria-, un hombre allegado a Delgado que asumirá al frente de Trabajo cuando el actual ministro deje el Ejecutivo para encarar la campaña electoral como líder del Partido Independiente. Mieres, según supo El País, al igual que Viera, no tiene una fecha precisa para dar el paso al costado, pero sabe que será “luego de marzo”. Para entonces, el Partido Independiente dejará de tener un ministro pero conservará su presencia en el gabinete con el cargo de subsecretario, ya que el acuerdo es que lo ocupe alguien de confianza de Mieres.

Pablo Mieres
Pablo Mieres
Estefania Leal/Archivo El Pais

Pero lo que generó conversaciones entre los blancos esta semana es el enroque en las otras dos carteras, que se hará efectivo el próximo 4 de marzo.

La noticia de Alejandro Sciarra, un hombre en quien el ministro Lema tiene mucha confianza -es su director de Gestión Territorial-, incluso sorprendió a ciertos nacionalistas que esperaban al frente del Mides a una persona de “mayor peso político” en un año electoral en donde no pueden haber “errores no forzados”. Sobre todo en secretarías de Estado como el Mides, que carga con la responsabilidad de las personas que viven en situación de calle y sufren el frío del invierno.

En el Ministerio de Defensa, la salida de García, líder del Espacio 40 -un sector que hoy forma parte de Espacio País, un sector integrado también por el Grupo de los Intendentes y el diputado Álvaro Dastugue, que a su vez forman parte todos ellos de la plataforma política de Delgado-, dará paso al retorno al Ejecutivo del exintendente de Flores Armando Castaingdebat, que en este período ya fue subsecretario del Mides. Y esto significa que la agrupación de García se quedará sin representación en el gabinete, para molestia de algunos dirigentes .

Algo similar ha ocurrido con el Herrerismo -sector que hoy integra el proyecto Sumar, que reúne la estructura política que sostiene la precandidatura de Laura Raffo-, que quedó sin ministro luego de la renuncia de Luis Alberto Heber a comienzos de noviembre, por decisión personal tras un intenso desgaste político. Y eso también generó inquietud en algunos integrantes de este sector, aunque esta agrupación tiene todavía a Fernando Blanco al frente de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.

Por el contrario, el precandidato Jorge Gandini logró por primera vez en todo el período tener a un representante en el gobierno, ya que desde que Omar Paganini se hizo cargo de la Cancillería -tras la renuncia de Francisco Bustillo al mismo tiempo que Heber, al quedar embretado por coletazos del caso Marset-, en su lugar en el Ministerio de Industria quedó Elisa Facio, integrante de Por la Patria.

Ahora bien, dirigentes de primera línea del Partido Nacional entienden que el presidente no tiene un compromiso de cupos y que, si lo tuviera, debería seguirlo en todos los casos de recambio de ministros blancos, algo que no ha sido la regla en su mandato. “Si no hay cuota en un caso, no debería haberla para otro”, resumió un líder de sector blanco.

De manera que Aire Fresco seguirá presente en el Mides, lo estará en Defensa y en Trabajo, y continuará estando en Interior con Nicolás Martinelli, en Transporte y Obras Públicas con José Luis Falero, en Relaciones Exteriores con Paganini, en Economía y Finanzas con Azucena Arbeleche, y en Educación y Cultura con Pablo da Silveira.

Por lo demás, los blancos están expectantes del desempeño que tendrán los nuevos ministros en este 2024, sobre todo bajo el entendido que el principal capital que tiene el oficialismo en este ciclo electoral, al igual que toda la coalición de gobierno, lo constituyen los resultados concretos de la gestión.

Delgado, la “reelección del gobierno” y la comparación con el presidente

La campaña del exsecretario de la Presidencia como precandidato a presidente se centró, desde el inicio, en buscar establecer que él es la figura que mejor puede representar dentro del Partido Nacional la “continuidad” con la gestión de Luis Lacalle Pou. Por eso, Delgado comenzó desde hace meses a presentarse como el “corazón del gobierno” y, en los últimos días, agregó el concepto de la “ree-lección del gobierno” que a su juicio significaría votar por él como presidente y al equipo político que lo acompaña como futuros gobernantes.

 Alvaro Delgado, precandidato por el Partido Nacional
Alvaro Delgado, precandidato por el Partido Nacional
Foto: Juan Manuel Ramos

Ayer, en una conferencia de prensa que hizo desde Rocha -en el marco de una gira por todo el país- remarcó estas mismas cosas, e incluso aceptó de buen grado la comparación con Lacalle Pou al ser consultado por una analogía con él que trazó el precandidato frenteamplista Andrés Lima, que dijo que al igual que el mandatario el exjerarca de gobierno “miente”.

“Primero que nada: para mí es un orgullo que me digan que soy parecido al presidente de la República”, dijo Álvaro Delgado, que acotó: “En lo que tiene que ver en que somos los continuadores de un camino, somos el corazón del gobierno y estamos pidiendo la reelección del gobierno. Obviamente, trabajamos cuatro años juntos en la Presidencia de la República, vaya si en la ejecución de cada una de las políticas públicas no estuvimos presentes, espalda con espalda”.

A continuación, con algo de humor, el exjerarca lamentó no saber “surfear” como el jefe de Estado para completar la similitud. “Me falta un poco de brazos -bromeó-, pero tengo algunos centímetros más”.

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