Primer acto de Orsi por el natalicio de Artigas: tomó selfies, escuchó reclamos y mandó mensajes al Parlamento

Los actos protocolares son siempre muy parecidos, sobre todo cuando se comparan eventos de un mismo período de gobierno. Pero pueden aparecer diferencias, pequeños matices, cuando lo que se toma como referencia son actos de diferentes administraciones, y mucho más cuando se trata de signos políticos contrapuestos.

Por eso, el acto de conmemoración de un nuevo natalicio de Artigas que, como todos los años, se celebró ayer 19 de junio en la ciudad de Sauce (Canelones), y que encabezó el presidente frenteamplista Yamandú Orsi, tuvo un cronograma sin mayores diferencias con el que presidió Luis Lacalle Pou el año pasado, el último de su mandato. Pero si uno afina la mirada, el contraste de estilos de liderazgo y de gobierno, y las circunstancias políticas tan distintas entre este 2025 y el 2024, afloran rápidamente en la superficie y sin mayor esfuerzo: el mandatario nacionalista, que hizo de las selfies un gesto característico de su comunicación, había dedicado más de una hora a tomar con su mano celulares ajenos para fotografiarse con los militantes o admiradores, y en un año tenso por la campaña electoral, las banderas nacionalistas y los cánticos políticos habían copado la plaza de Artigas y demorado bastante el inicio del acto.

La jornada de este jueves compartió el cálido sol de mediodía otoñal que iluminó por igual ambas jornadas, así como los interminables desfiles de escuelas, grupos sociales, instituciones, cuerpos de las Fuerzas Armadas y la Policía. Y ambas celebraciones contaron también con un largo discurso a cargo de un ministro —en 2024, habló en nombre del Ejecutivo el entonces ministro de Ambiente, Robert Bouvier, y este año lo hizo la titular de Defensa Nacional, Sandra Lazo— y con silbidos y abucheos de parte del público impaciente o contrario a las ideas vertidas de quienes les tocaron tomar la palabra.

Aunque menos, Orsi también se tomó selfies con quienes les pidieron, saludó a vecinos y viejos conocidos sin separarse de la vicepresidenta Carolina Cosse, y debió soportar el reclamo de un grupo de militantes contrarios al contrato firmado por el anterior gobierno —y renegociado actualmente por este— con un grupo empresarial para construir una nueva planta de agua potable en la zona de Arazatí —localización que hoy se discute en el marco de la negociación abierta entre Presidencia y el consorcio privado, que acordaron la suspensión de las obras a fines de abril por un plazo de 90 días mientras se abordan varios puntos del contrato.

“El agua se defiende, el agua no se vende”, contaron los manifestantes a tal viva voz que el maestro de ceremonias tuvo que pedir silencio para dar comienzo a la parte oratoria. Orsi, en ese momento, saludaba a un padre y su bebé.

En el palco oficial, acompañando al primer mandatario y la vicepresidenta Cosse, estaban las mayorías de los ministros y el prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz. Y en un extremo, como legislador del departamento, se situó el diputado de Cabildo Abierto Álvaro Perrone, con quien este gobierno llegó a un acuerdo clave para sacar adelante la última Rendición de Cuentas correspondientes al período anterior.

Precisamente, el proyecto presupuestal —referida al año 2024—, tenía algunos puntos claves, como el incremento del nivel de endeudamiento y la asignación de recursos para hacer frente a pagos de ASSE y vinculados al cumplimiento de sentencias judiciales por medicamentos de alto costo, lo que fue posible gracias a los dos voto que aportó Cabildo Abierto, y que Perrone —cuestionado por la coalición republicana por dar apoyo al oficialismo— defendió en sala en el Parlamento.

Orsi, de hecho, fue consultado por las “presiones” a que hizo referente el diputado cabildante de parte de blancos y colorados. “Pienso que tiene que ser un mal entendido. No puedo creer que eso está pasando en nuestro país. No me lo imagino”, fue todo cuanto respondió el presidente sobre esa denuncia.